A pesar de este contratiempo, las acciones de BBVA llegaron a experimentar un incremento del 9% en Wall Street. Es importante destacar que el banco no cotiza directamente en el mercado estadounidense; sus movimientos se realizan a través de los American Depositary Receipts (ADR), unos certificados negociables que representan acciones de empresas extranjeras. Actualmente, estos ADR se transaccionan a aproximadamente 19,5 dólares, marcando un aumento superior al 7%. En el mercado español, el valor de las acciones de BBVA cerró el jueves en 15,72 euros.
Antes de que se anunciara el fracaso de la OPA, desde XTB señalaban que, aun manteniendo un enfoque conservador, era posible prever una revalorización de BBVA que pudiera oscilar entre el 5% y el 10%. Según su análisis, este incremento se produciría gracias a la prima ligada a la operación, que tiende a cerrar la brecha inicial en situaciones de OPA.
Desde el bróker se explicaba que, al lanzarse una oferta, usualmente las acciones de la empresa compradora tienden a caer, mientras que las de la entidad objetivo suelen incrementarse. Sin embargo, en el caso de que la OPA no se concrete, esta tendencia podría invertirse.
No obstante, esta situación abre oportunas oportunidades para los accionistas de BBVA. La firma ha señalado que la sobreabundancia de capital de la entidad podría distribuirse en forma de dividendos extras o, incluso, implementar un considerable plan de recompra de acciones, lo que generaría un clima de optimismo en el mercado.
En respuesta a las novedades, BBVA ha anunciado que «retoma de manera acelerada» su plan de distribución. Este incluye el inicio de una recompra de acciones de cerca de 1.000 millones de euros programada para el 31 de octubre, además del mayor dividendo en su historia: 0,32 euros por acción, que se entregará el próximo 7 de noviembre. También se planea lanzar una significativa recompra adicional de acciones, demostrando su compromiso hacia los accionistas y el mercado.