Iberdrola, a través de Avangrid, su filial en Estados Unidos, ha puesto en marcha el parque eólico marino Vineyard Wind, ubicado en la costa de Nueva Inglaterra, al noreste de Estados Unidos. Este proyecto representa un hito para la compañía, ya que es su primer parque eólico marino en territorio estadounidense.
En asociación con Copenhagen Infrastructure Partners (CIP), Iberdrola es propietaria del 50% de este parque eólico, que se suma a otro proyecto reciente desarrollado por la empresa danesa Ørsted para la eléctrica estadounidense Eversource en la costa de Nueva York. Ambos parques eólicos marinos se han convertido en los primeros en suministrar energía eléctrica a gran escala a Estados Unidos.
La puesta en marcha de Vineyard Wind ha coincidido con un período complicado para el sector, caracterizado por el encarecimiento de las materias primas, el aumento de los tipos de interés y los problemas en la cadena de suministro, lo que ha llevado a la cancelación de varios contratos en el sector de energías renovables.
Pedro Azagra, consejero delegado de Avangrid, ha destacado la importancia de este hito al declarar: “Hemos llegado a un momento decisivo para la acción climática en Estados Unidos y un amanecer para la industria eólica marina estadounidense”.
Este parque eólico, a unos 25 kilómetros de la costa de Martha’s Vineyard, constará de 62 aerogeneradores, capaces de generar 806 megavatios (MW), suficientes para abastecer a más de 400.000 hogares y empresas de Massachusetts. Además, se espera que la creación de este parque genere 3.600 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo y ahorre 1.400 millones de dólares a los clientes durante las dos primeras décadas de operación.
Cancelación de contratos
Además del parque Vineyard Wind, Avangrid es propietaria de otros proyectos de energía eólica marina, como Commonwealth Wind y Park City Wind, en Massachusetts y Connecticut respectivamente, así como el proyecto Kitty Hawk Wind, que tiene el potencial de suministrar energía a Virginia y Carolina del Norte.
Sin embargo, la empresa se ha visto afectada por la cancelación de contratos, como el acuerdo de comercialización de energía de Commonwealth Wind, que llevó a Avangrid a pagar 48 millones de dólares para rescindir dicho contrato. Esta situación, marcada por la viabilidad económica de los proyectos en las condiciones acordadas inicialmente, ha impactado no solo a Avangrid, sino también a otras empresas del sector que han tenido que enfrentar desafíos similares.
En este contexto, Molly Morris, presidenta de Equinor Renewables America, ha señalado: “La viabilidad comercial es fundamental para proyectos ambiciosos de este tamaño y escala”, ante la cancelación del acuerdo para vender energía al estado de Nueva York de su parque eólico marino Empire Wind 2.
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