Las películas de superhéroes semejan haber perdido su impulso en la taquilla, con las dos últimas entradas de Marvel y DC enfrentándose a la abulia del público; las películas de superhéroes semejan estar resbalando de su pedestal de cultura pop.

Shazam dos se estrenó con unos flojos treinta con cinco millones de dólares americanos en el mercado y Ant-Man: Quantumania jamás estuvo a la altura de sus ciento seis millones de dólares americanos del fin de semana de apertura, chispeando cara un total global de cuatrocientos sesenta y dos millones de dólares americanos y con pocas probabilidades de lograr los quinientos millones.

Esto es desilusionante, teniendo presente que Quantumania era un escalón vital para el próximo gran acontecimiento crossover de Marvel, presentando a Kang (Jonathan Majors) el enorme malo de la Fase cinco del Marvel Cinematic Universe. Técnicamente, es la segunda introducción de Kang, si se cuenta su aparición en la serie de Disney+ Loki.

Marvel Studios semeja estar padeciendo exactamente los mismos inconvenientes que los cómics, lanzando demasiado, demasiado pronto, lo que resulta en un público confundido y cansado. DC, por otra parte, ha sido inconsistente y desorganizada a lo largo de años; los nuevos jefes de DC, James Gunn y Peter Safran, han prometido adecentar las cosas, habiendo mostrado últimamente su nueva pizarra.

Nunca se aclaró verdaderamente si Shazam iba a ser parte del nuevo plan para DC, lo que quizás explique una parte del desinterés del público. Además, los entusiastas ya se quemaron con el Black Adam de Dwayne Johnson, que contaba con una escena blog post-créditos que prometía el regreso de Henry Cavill como Superman, algo que ya no sucederá.

Las escenas blog post-créditos, una entretenida característica introducida por vez primera por el MCU, se han vuelto rancias, y de forma frecuente poseen promesas vacías y revelaciones decepcionantes; la escena blog post-créditos de The Eternals, por poner un ejemplo, introduce a Harry Styles en el MCU, así como una criatura famosa como «Pip el Troll».

Hay un tufo a desesperación en el panorama de los superhéroes; Marvel ha comenzado a emprender acciones legales contra los spoilers (en nuestros días están procurando encontrar a un anónimo que se dedicaba a filtrar guiones en Reddit), pese a que en sus películas apenas ha ocurrido nada esencial desde el instante en que Iron Man se sacrificó.

Incluso la charla en torno a estas franquicias ha sufrido un cambio de tono dramático; ya antes, los actores, argumentistas y directivos charlaban de sus películas de superhéroes con reverencia, reconociendo que montaban una ola popular cara un enorme día. Ahora, publican tweets en modo defensivo, y aún semejan enojados con Martin Scorsese por criticar el MCU hace 4 años.

El directivo de Shazam, David F. Sandberg, publicó en Twitter que ha terminado con los superhéroes por el momento, al tiempo que la estrella Rachel Zegler tuiteó sobre el descalabro de taquilla de Shazam, escribiendo que ciertas personas eran «insensatamente mezquinas» y solicitó al público que «le diese una ocasión.»

El argumentista de Quantumania, Jeff Loveness, afirmó sentirse «abatido» por la contestación negativa a su película, y se defendió de las críticas de los entusiastas por su discutida interpretación del villano de los cómics MODOK, declarando: «¡No, [las críticas] están equivocadas! ¡Yo llevo razón! MODOK es excelente!».

Todo esto es un tanto deprimente, sobre todo equiparado con las alturas de Infinity War, cuando daba la sensación de que las películas de superhéroes iban a continuar subiendo a nuevas alturas en la taquilla.

No está claro quiénes son los Vengadores hoy en día, pues ya no semejan formar equipo. DC está repleto de héroes medio olvidados que, según lo que parece, no van a regresar. En las afueras, hay extrañezas como Morbius, una película que parecía aferrarse a los bordes harapientos del MCU, y que podría cruzarse cualquier día, ¿tal vez? ¿Posiblemente con el Venom de Tom Hardy?

En cierto sentido, el meme de Morbius, una celebración irónica de la mediocridad insípida y corporativa, encapsulaba lo que muchos sienten sobre la presente cosecha de películas de superhéroes; cruzados disfrazados poco a poco más intercambiables que se pasean por una enredada red de universos y multiversos compartidos donde, si tienen suerte, es posible que lleguen a estar a la vera de Spiderman en la próxima secuela.

A menos que uno haya estado haciendo sus deberes, todo semeja un embrollo enmarañado; la limpia simplicidad de los comienzos del MCU no volverá.

¿Está llegando la fatiga de los superhéroes?

El público aún está presto a acudir a las películas de superhéroes, si le semejan un evento esencial. Pero no es bastante difícil ver que las películas de superhéroes tienden a quedarse cortas en comparación con otras películas de género.

Para la ciencia ficción, compare la turbia y apagada Quantumania con el vibrante planeta de Avatar 2, o la desganada excursión del Doctor Strange por el multiverso con las cavilaciones existenciales de Todo a la vez en todas y cada una partes. En cuanto a la acción, el público está mejor viendo a Tom Cruise efectuando una acrobacia que reta a la muerte, o a Keanu Reeves disparando a una sala llena de asesinos que viendo a un actor enmascarado flotar delante de una pantalla verde.

Superhéroes icónicos como Spiderman, Batman y el Joker aún semejan capaces de atraer grandes cifras y provocar conversación; los primeros por empaparse de añoranza, y los segundos por ostentar tomas únicas y propias de personajes familiares.

¿Volverán a ser indispensables las películas de superhéroes?

Algunas lo van a hacer. Marvel aún no ha usado a Majors en su potencial, y una vez que su Kang se enfrente a personajes como Shang-Chi, She-Hulk y Ms. Marvel, probablemente cause más impresión. Cuando Marvel comience a agregar por último a los X-Men y a los Cuatro Fantásticos, los entusiastas estarán interesados en ver de qué manera se ha reiniciado a los personajes icónicos.

Además, la próxima encarnación de Superman va a contar con una nueva visión de James Gunn, que bien podría revitalizar a un personaje que siempre y en toda circunstancia ha semejado un tanto perdido en el panorama moderno.

Esenciales o no, las películas de superhéroes han sido absorbidas por la cultura pop dominante y semejan haber perdido su novedad. Ahora son solo películas.