El cierre del año trae consigo un emocionante ascenso en el valor de los metales. El oro se aproxima a los 4.500 dólares por onza, mientras que el precio del cobre supera por primera vez los 12.000 dólares por tonelada. Este aumento del cobre se debe, en gran parte, a una combinación de aranceles y una persistente escasez de oferta, lo que ha generado un incremento de más del 30% en su valor durante el año. Los analistas anticipan que esta tendencia continuará, con proyecciones que sugieren que el cobre podría alcanzar los 15.000 dólares por tonelada en 2026.
El Impacto de Aranceles y Demanda
El precio del cobre ha estado en constante movimiento como resultado de la preocupación sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos y la evidencia clara de que la demanda está superando a la oferta. Aunque la guerra comercial iniciada por la Casa Blanca ha disminuido en intensidad, sigue siendo un factor clave que ha impulsado los precios. Muchos compradores han acelerado sus adquisiciones, llevándolas hacia EE.UU. Los datos indican que, pese a la desaceleración económica en China, el cobre ha experimentado un incremento de más del 1% en el mercado de Londres, llegando a superar por primera vez la barrera de los 12.000 dólares por tonelada.
Además, la creciente demanda industrial está impulsando aún más los precios. El cobre se ha convertido en un termómetro de la actividad manufacturera, vital para sectores emergentes como los vehículos eléctricos, las energías renovables y la inteligencia artificial. De hecho, se prevé que la demanda de cobre continúe superando la oferta de forma estructural, lo que augura un futuro con precios al alza incluso hasta 2026.
Pronósticos del Mercado
Morgan Stanley ha señalado que el mercado global del cobre enfrentará en 2026 su mayor déficit de suministro en dos décadas, con una demanda estimada en 600.000 toneladas por encima de la oferta. En el mismo contexto, Citi estima que, en escenarios de debilidad del dólar y recortes en las tasas de interés de la Reserva Federal, el precio del cobre podría incluso dispararse hasta los 15.000 dólares por tonelada. En su análisis base, prevén que el cobre se sitúe en torno a los 13.000 dólares en un periodo de seis a doce meses.
Por otro lado, Goldman Sachs ha argumentado que el aumento en los precios no se debe únicamente a la oferta y demanda actuales, sino a las expectaciones de los inversores sobre la futura escasez. Este banco ha elevado su proyección de precios para 2026 a 11.400 dólares por tonelada, aunque este pronóstico ya se ha visto superado.
Kerstin Hottner, directora de materias primas de Vontobel, advierte que la volatilidad de los precios del cobre podría incrementarse en el corto plazo debido a una demanda más débil de China. Sin embargo, también indica que el largo plazo promete una demanda firme impulsada por la electrificación de la economía, en detrimento de los combustibles fósiles.
Interrupciones en el Suministro
El déficit de suministro también se ve agravado por interrupciones en las operaciones mineras. Por ejemplo, la mina chilena Quebrada Blanca, operada por Teck Resources, y la mina Grasberg en Indonesia —que sufrió un grave accidente— han sacado aproximadamente 350 toneladas métricas del suministro global para 2026 desde finales de septiembre.
La directora de Vontobel explica que mientras la primera mitad del año estuvo marcada por la fuerte demanda de China y las preocupaciones relacionadas con aranceles, la segunda mitad ha estado dominada por interrupciones en el suministro. La industria minera del cobre enfrenta retos significativos, provocando caídas en la producción mientras la demanda continúa aumentando, según declaraciones desde la gestora francesa Ofi Invest AM, con activos superiores a los 180.000 millones de euros.
Con un panorama tan dinámico, el cobre se plantea como un elemento central en el futuro económico y ambiental, siendo crucial para las industrias que definirán el mañana.
