La recuperación económica de la Unión Europea se halla en la urgente necesidad de culminar la construcción de su mercado único. Con este objetivo, la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa un ambicioso paquete que busca potenciar la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA). Este organismo es esencial para avanzar en la integración del mercado de capitales, un pilar que aún falta en la estructura y que es crucial para financiar proyectos empresariales que requieren grandes cantidades de inversión. Además, se trata de un paso vital para frenar la fuga de ahorros de los hogares europeos hacia mercados más rentables en otros países.
Expectativas en el ámbito financiero
Las expectativas entre los especialistas financieros eran elevadas tras el anuncio de la Comisión. La integración de mercados bursátiles, de derivados, bonos, y criptoactivos enfrenta numerosos obstáculos. Varios países, dispuestos a proteger sus lucrativos negocios, ven en la liberalización del mercado un posible riesgo. Luxemburgo es un claro ejemplo de esta resistencia, siendo un referente en el ámbito de la gestión de fondos de inversión.
Un paquete con mucha proactividad
Bruselas ha mostrado firmeza con su nuevo paquete regulador. Aunque no presenta un hito central, incluye un conjunto significativo de medidas que fortalecen las atribuciones de la ESMA. Este organismo, que tiene su sede en París, ahora tiene un rol que se asemeja más a un coordinador central en lugar de un simple asesor de supervisores nacionales, como la CNMV de España. «Siempre he oído hablar del gran apoyo a la Unión de Ahorros e Inversiones. Esto es eso. Apoyarlo es respaldar estas medidas. Lo contrario, carece de sentido», señaló la Comisaria de Servicios Financieros, María Luís Albuquerque, al ser interrogada sobre la ambición del paquete.
Nuevas competencias para la ESMA
Entre las reformas se encuentran transferencias de competencias de supervisores nacionales a la ESMA en áreas clave, tales como las infraestructuras de mercado y la supervisión de los proveedores de servicios de criptoactivos, sin importar su tamaño. Esto otorgará a la ESMA la capacidad de solicitar información, realizar investigaciones, inspecciones y aplicar sanciones.
Además, se propone la creación de un nuevo Consejo, distinto al actual que incluye autoridades nacionales, con el fin de intervenir de manera más eficiente e independiente, priorizando los intereses del mercado único en vez de los intereses nacionales.
Supervisión de gestores de fondos
Una de las situaciones que más se discutía era si la ESMA asumiría la supervisión de las gestoras de fondos de inversión. Sin embargo, la Comisión ha aclarado que esta responsabilidad seguirá en manos de las autoridades nacionales, aunque se fortalecerá su influencia en los grandes grupos transnacionales a través de exámenes anuales que analizarán la información disponible.
Los nuevos poderes de coordinación otorgados a la ESMA son fundamentales. Se le capacitará para abordar las desigualdades en la supervisión que dificultan el ejercicio efectivo de los derechos de pasaporte de los fondos de inversión y gestores.
Cambios normativos significativos
Uno de los aspectos más notables del nuevo paquete es la transformación de varias normas, que pasarán de ser directivas comunitarias a reglamentos. Este cambio implica que los Estados miembros perderán cierto margen de maniobra jurídico. Mientras las directivas deben ser implementadas en las legislaciones nacionales, lo que a menudo provoca retrasos y disputas, los reglamentos se aplican directamente, facilitando una adoquín más uniforme y ágil en la regulación.
La ESMA ha respondido positivamente a la propuesta, señalando que esta iniciativa aborda la fragmentación originada por la divergencia en normas y prácticas de supervisión nacionales. Su celebración se centra en la simplificación de requisitos reglamentarios, la reducción de cargas administrativas y la promoción de la innovación, pasos necesarios para mejorar la competitividad y agilidad de los mercados de capitales en la UE.
