En el corazón de la comarca leonesa del Bierzo se encuentra Fabero, hogar de la mina de carbón a tajo más extensa de Europa. Este antiguo sistema de explotación, que cesó sus operaciones en 1918, ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural en Castilla y León. Hoy, la cuenca carbonífera se transforma en un atractivo parque de turismo industrial gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ha destinado 38 millones de euros para restaurar unas 722 hectáreas. Este proyecto no solo busca revitalizar el lugar, sino que también incluye la instalación de un huerto solar, reflejando un giro hacia la sostenibilidad y el ocio.
### El potencial de los antiguos yacimientos
A nivel global, aproximadamente 5,820 kilómetros cuadrados de antiguos yacimientos de carbón podrían convertirse en fuentes de energía solar, según informes de Global Energy Monitor (GEM). Un estudio reciente indica que se podrían integrar hasta 300 gigavatios (GW) de energía solar en la mezcla energética para 2030, generando alrededor de 259,700 empleos permanentes. Esta tendencia ha propiciado que muchos busquen aprovechamientos alternativos mediante la implementación de proyectos fotovoltaicos.
La transición hacia una economía descarbonizada presenta retos significativos, especialmente para los países con un legado minero importante. Actualmente, 33 naciones han mostrado su compromiso de eliminar la extracción de carbón, pero la reconversión de estos espacios, a menudo degradados y contaminados, requiere una cuidadosa planificación y recursos.
### Un enfoque global hacia la sostenibilidad
“Lo que comenzó como la observación del metano emitido por las minas se ha transformado en un enfoque global sobre la transición de la minería de carbón hacia la energía solar”, explica Ryan Driskell, director asociado de GEM. El informe revela que China lidera este movimiento con 90 proyectos activos de reconversión y 14 GW en desarrollo. Otros países involucrados incluyen Estados Unidos, India, Indonesia y Australia, que concentran el 75% de la capacidad de esta transición, mientras que Europa y América Latina también avanzan, destacando ejemplos en Grecia y Alemania.
En España, la tendencia a reconvertir terrenos mineros no se limita a Fabero. Regiones como Asturias están explorando activamente esta posibilidad. Judit Carreras, directora del Instituto de Transición Justa, señala que estas iniciativas surgen de la conciencia sobre el daño ambiental que han generado las minas, y la necesidad de aprovechar los recursos naturales de manera sostenible.
Cada vez son más las empresas que buscan adaptarse a este nuevo modelo. Nombres como EDP, Iberdrola y Enel Green Power están evaluando cómo transformar antiguas minas en instalaciones fotovoltaicas, aunque aún enfrentan obstáculos relacionados con la burocracia y la claridad en la propiedad de los terrenos.
### La renaturalización como modelo a seguir
El Instituto de Transición Justa, bajo el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se encarga de proporcionar apoyo social y económico a las áreas afectadas por el cierre de minas. A través del Programa Transición Justa España 2021-27, el instituto busca mitigar los efectos negativos del cierre de la minería de carbón y las centrales térmicas.
Aunque la ley exige a las empresas restaurar los entornos que han explotado, muchas de ellas no cumplen con su obligación, lo que pone de manifiesto la necesidad de una supervisión más efectiva y de un enfoque sólido hacia la recuperación de estos espacios.
La evolución de antiguos yacimientos carboníferos hacia fuentes de energía renovable no solo representa una oportunidad económica, sino también un compromiso con el medio ambiente. La transformación de estos terrenos en activos sostenibles es un paso crucial hacia un futuro más limpio y responsable.
