El tráfico aéreo en Estados Unidos enfrentará una reducción del 10% en 40 de sus principales aeropuertos a partir de este viernes. Esta situación es resultado de la saturación del sistema, potenciada por un aumento en las bajas de controladores aéreos a causa del cierre del Gobierno federal, que ya acumula 36 días. Aeropuertos clave como los de Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Atlanta y Washington se verán afectados, aunque por ahora, los vuelos internacionales no entrarán en esta limitación.
Incertidumbre para los Viajeros
Con tan solo 24 horas previas a la implementación de estas restricciones, muchos viajeros aún no tienen claridad sobre la posible cancelación de sus vuelos. Sean Duffy, secretario de Transportes, y Bryan Bedford, director de la Administración Federal de Aviación (FAA), anunciaron la medida, pero brindaron pocos detalles concretos, dejando a los pasajeros en la incertidumbre hasta que se publique la orden oficial.
Impacto en los Vuelos
Se estima que hasta 1.800 vuelos podrían verse comprometidos solo en el primer día del recorte. Según Cirium, un proveedor de datos aviación, esta cifra dependerá de cómo se apliquen las restricciones en cada aeropuerto. La reducción comenzará de manera gradual, iniciando con un cambio del 4% este viernes y alcanzando el 10% en la próxima semana, según Reuters.
Las principales aerolíneas estadounidenses, como American Airlines, Delta, Southwest y United Airlines, tendrán que reducir un 6% su capacidad de asientos total. A pesar de ello, American Airlines ha tratado de tranquilizar a sus clientes, afirmando que «la mayoría de los viajes no se verán afectados» y asegurando que se comunicarán proactivamente sobre cualquier cambio en los itinerarios.
Aumento de la Presión
El sector aéreo, que ya estaba enfrentando dificultades, se encuentra al borde del colapso por el cierre gubernamental. Hasta el momento, más de 13,000 controladores aéreos están trabajando sin recibir sus salarios desde el 1 de octubre. Muchos de ellos han optado por ausentarse debido a la necesidad de buscar trabajos alternativos para cubrir sus gastos, lo que sólo incrementa la carga sobre un sistema ya estresado y con múltiples vacantes.
Urgencia en el Capitolio
Estas restricciones en el tráfico aéreo presionan a ambos partidos en el Capitolio para que se lleguen a acuerdos que pongan fin al cierre administrativo. Este «shutdown», como se le conoce, es el más prolongado en la historia de EE.UU. y ha llevado a muchas agencias federales a cerrar o reducir sus actividades prácticamente al mínimo.
Mientras algunos demócratas centristas intentan encontrar un camino hacia un acuerdo, varios senadores, impulsados por victorias electorales recientes en Nueva York, Virginia y Nueva Jersey, prefieren mantener su posición para lograr un triunfo en cuestiones de salud frente a los republicanos.
Desde fuentes cercanas a las negociaciones se anticipa que un posible acuerdo podría no llegar hasta dentro de dos semanas, justo antes del día de Acción de Gracias, un periodo donde se espera un récord en viajes aéreos en el país.
Un Recordatorio del Pasado
La situación actual recuerda la crisis de enero de 2019, cuando tras 35 días de cierre, el Senado decidió actuar después de que la FAA anunciara limitaciones en vuelos debido al aumento de ausencias de controladores.
Esta crisis también afecta al propio presidente Donald Trump, quien ha vinculado el cierre presupuestario con pérdidas electorales recientes y ha instado a los republicanos a eliminar el filibusterismo, la norma que permite dilatar la aprobación de leyes en el Senado. Sin embargo, los republicanos se muestran reacios a hacerlo, temiendo que podrían enfrentar las mismas estrategias si perdieran la mayoría en el futuro.
Con un panorama electoral en el horizonte, los cambios actuales en el tráfico aéreo son solo un reflejo de las tensiones políticas que dominan el escenario nacional. Las próximas semanas prometen definir no solo el futuro del transporte aéreo, sino también el rumbo político de Estados Unidos.
