La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha revelado que la banca en la sombra en España ha crecido hasta alcanzar los 400.000 millones de euros, lo que representa un incremento del 14% en solo un año. Este informe, publicado el viernes, se centra en el análisis de la intermediación financiera no bancaria en el país en función de datos de 2024. A pesar de este notable crecimiento, el organismo asegura que no hay riesgos significativos que amenacen la estabilidad del sistema financiero en este sector.
Crecimiento en Números
Con esta cifra, la banca en la sombra representa el 7,2% del total del sistema financiero español. Aunque esta proporción está en aumento, sigue estando por debajo del promedio europeo, que ronda el 14%, según datos del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB). Este total incluye activos de entidades no bancarias que realizan funciones similares a las de la banca tradicional. Es interesante mencionar que un abrumador 91,7% de esos activos están bajo la gestión de fondos de inversión, mientras que el resto se divide entre titulizaciones (5,4%), establecimientos financieros de crédito (2%), sociedades de valores (0,5%) y sociedades de garantía recíproca (0,4%).
Una Visión Más Amplia
Si ampliamos la definición para incluir todos los activos de las entidades no bancarias, el total se eleva a 1,65 billones de euros, que equivale a un 30% del sistema financiero total. Este dato coloca a España en una posición comparable con otros países europeos. Por ejemplo, en Francia, el porcentaje es del 31,2%; en Italia llega al 35,9%; y en Alemania alcanza el 36,4%.
Un Contexto Tranquilo
La CNMV subraya que, a pesar del crecimiento en la banca en la sombra, este no conlleva un incremento de los riesgos sistémicos. En el informe se señala que no se detectan vulnerabilidades significativas en las instituciones que forman parte de esta intermediación, particularmente en los fondos de inversión, que presentan perfiles de riesgo más conservadores comparados con sus homólogos europeos.
Específicamente, el riesgo de crédito permanece estable, ya que las carteras de los fondos están mayormente compuestas por activos de renta fija de alta calidad. Además, el riesgo de liquidez ha mejorado desde 2023, gracias a carteras más líquidas y una gestión más prudente. Por otro lado, el riesgo de apalancamiento se mantiene bajo, debido a una limitada exposición a instrumentos derivados.
Implicaciones para la Supervisión
A pesar de este panorama tranquilo, el aumento del peso de la banca en la sombra plantea retos para la supervisión financiera en España y Europa. Tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE) han enfatizado la importancia de monitorizar el crecimiento de la intermediación no bancaria, debido a su potencial para generar riesgos en situaciones de estrés financiero. Los supervisores europeos han advertido sobre la posible vulnerabilidad de estas entidades ante episodios de falta de liquidez. Asimismo, el BCE considera que la interconexión entre la banca tradicional y los actores no bancarios es un punto clave a observar, ya que las entidades financieras mantienen exposiciones tanto directas como indirectas a fondos y vehículos no bancarios, lo que podría amplificar las perturbaciones en caso de una crisis.
La evolución de la banca en la sombra, aunque actualmente parece estable, es un tema que seguirá en el punto de mira tanto de organismos reguladores como de inversores.
