Extra Eventos: La Batalla Híbrida del Presente

Extra Eventos: La Batalla Híbrida del Presente

En el ámbito de la defensa, la innovación no solo se refleja en tanques, aviones o drones. La verdadera revolución está en el conocimiento oculto: los datos, la ciberseguridad y todo lo que permanece invisible. El poder se redefine; ya no se trata solo de fuerza, sino también de inteligencia algorítmica. Isabel González Hervás, experta en Seguridad y Defensa en el sector público de EY, menciona que “quien cuente con una mayor capacidad para procesar, analizar e interpretar información, tendrá la ventaja en un futuro cada vez más cercano”.

El Cambio en la Guerra Moderna

La naturaleza de los conflictos ha evolucionado, y el enfoque ha cambiado. Hoy, no es quién lanza la mayor cantidad de proyectiles, sino quién tiene el dominio sobre el conocimiento y la información. Tecnologías clave como la inteligencia artificial (IA), la computación cuántica y los vehículos autónomos han comenzado a formar parte integral de las estrategias de seguridad nacional y europea, con un impacto determinante en la defensa del futuro.

Un claro ejemplo de este cambio es el uso de la nube. Hasta ahora, las redes militares operaban como entornos cerrados y altamente seguros, pero la guerra en Ucrania ha mostrado una nueva tendencia. Pedro Pablo Pérez, director general de TRC, destaca que se han adoptado sistemas en la nube que permiten mantener una resiliencia nunca antes vista ante ataques físicos. “Esta estrategia, hasta hace poco considerada riesgosa en el ámbito militar, ha sido crucial para preservar la continuidad operativa”, comenta Pérez. Además, la IA se ha integrado en la mayoría de los ejércitos modernos, particularmente en el reconocimiento de patrones y en la toma de decisiones.

Desafíos y Oportunidades

La modernidad de la guerra combina tanto ataques físicos como digitales, lo que obliga a las fuerzas armadas a estar en constante evolución. La IA en el análisis predictivo minimiza la asimetría en los conflictos. Cualquier actor, sea estatal o no estatal, puede obtener ventajas a través de una información más rápida y precisa. “Hoy en día, un dron de bajo costo puede neutralizar un objetivo valuado en millones de euros, obligando a los ejércitos a ser más ágiles y efectivos”, explica Pérez.

Sin embargo, esta evolución plantea preguntas éticas, como el grado de autonomía que se le debe otorgar a las máquinas en la toma de decisiones militares.

González Hervás señala que el modelo de innovación en defensa de Europa fue concebido en un contexto de paz, con ciclos de desarrollo prolongados. Actualmente, la mayoría de las tecnologías disruptivas surgen del sector civil, donde la rapidez es fundamental. Para adaptar estas innovaciones al ámbito militar, es necesario transitar hacia un modelo de desarrollo más circular y colaborativo, que promueva la cooperación entre sectores público y privado.

Una de las grandes dificultades radica en la inversión. “Las restricciones presupuestarias son un verdadero reto”, menciona la experta de EY, aunque también observa que se están lanzando nuevos mecanismos de financiación, tanto públicos como privados. Por ejemplo, el Banco Europeo de Inversiones está impulsando fondos específicos para tecnologías de defensa dual, lo que facilitará la movilización de capital hacia centros de innovación.

Aunque Europa no puede competir en volumen de inversión con Estados Unidos o China, puede destacar en la aplicación ética de estas tecnologías. “Esa puede ser nuestra ventaja competitiva,” concluye González Hervás.