Barranquilla, conocida como «la arenosa», ha transformado su imagen a lo largo de los años. Esta vibrante ciudad colombiana, situada a solo 100 kilómetros de la turística Cartagena, es la cuarta más poblada del país, con 1.2 millones de habitantes, y un motor clave de la economía nacional al aportar significativamente al PIB. Anteriormente golpeada por la corrupción y la criminalidad, Barranquilla ha renacido como un símbolo de eficiencia e innovación.
Transformación Positiva
Desde 2008, cuando el partido Cambio Radical asumió la Alcaldía con Alejandro Char al frente, la ciudad ha experimentado un notable cambio. Ana María Aljure, actual gerente de la ciudad, sostiene que el punto de inflexión fue crucial para dejar atrás años de olvido y desconfianza. “En ese entonces, nadie creía en Barranquilla; los bancos no prestaban ni un peso. Teníamos una ciudad desgastada por problemas de corrupción”, señala Aljure, quien enfatiza que la llegada de Char marcó el inicio de un nuevo capítulo en la gestión pública.
Bajo su liderazgo, Barranquilla ha logrado un PIB de 12,500 millones de dólares, con un puerto que maneja el 7.4% de las mercancías del país. La combinación de industrias en auge, como cuatro zonas francas y más de 30 parques industriales, junto con una sólida oferta turística que incluye más de 200 hoteles, han sido fundamentales para esta recuperación. “La clave ha sido la gestión eficiente y la colaboración público-privada”, afirma Aljure.
Inversiones y Proyectos Sociales
Desde su puesto, Aljure se involucra activamente en la comunidad, organizando actividades para promover el bienestar urbano. Su compromiso va más allá de los números; se puede ver cantando y bailando con diversas comunidades para impulsar campañas de limpieza y transformaciones urbanísticas. Un ejemplo emblemático es la remodelación del Gran Malecón, donde se erige una imponente estatua de Shakira.
Gracias a una mejor gestión de los recursos, las inversiones han fluido hacia la ciudad. La transformación también abarca el ámbito educativo; “antes, teníamos 60,000 niños fuera de las aulas por falta de infraestructura”, comenta Aljure. Hoy, Barranquilla cuenta con escuelas renovadas, hospitales que funcionan y un transporte público en expansión, como los nuevos autobuses de gas natural.
Seguridad Incrementada
La seguridad ha mejorado notablemente, con la implementación de aproximadamente 1,200 cámaras de videovigilancia y tecnología avanzada para el análisis de datos. Según Aljure, los homicidios han disminuido un 43% desde 2008, mientras que los hurtos comerciales cayeron un 62% y la extorsión se redujo en un 88%. “El desarrollo tecnológico ha hecho que estos avances sean tangibles”, añade.
Barranquilla se ha convertido en un importante punto de atracción para inversores, posicionándose como una ciudad en crecimiento con recursos humanos y de infraestructura prometedores. A pesar de las tensiones políticas en la región, Aljure asegura que su ciudad sigue avanzando: “Hemos construido una autopista para atraer inversiones extranjeras. Las sanciones no nos afectan, y continuamos mostrando todo lo positivo que Barranquilla ofrece”.
Con un futuro lleno de posibilidades, Barranquilla ha demostrado que el cambio es posible, y su compromiso por el desarrollo sostenible la convierte en un ejemplo a seguir en Colombia y más allá.
