Un pequeño rincón del mundo, la aldea de Ülken en Kazajistán, alberga a unas 1.500 personas a la orilla del árido lago Baljash. Este remoto lugar, poco atractivo para los turistas, se convirtió en el epicentro de un ambicioso proyecto nuclear en 1997, cuando el país, segundo mayor productor de uranio, intentó construir una central. Sin embargo, las protestas ambientales echaron por tierra el plan. Ahora, en 2024, el gobierno ha decidido volver a la carga con un referéndum que podría dar origen a una nueva central, obligando a Ülken a afrontar un futuro nuclear.
### Un renacer de la energía nuclear
La comunidad internacional enfrenta crisis energéticas y la búsqueda de fuentes estables y autónomas es más urgente que nunca. La creciente demanda, impulsada por la inteligencia artificial y la electrificación del transporte, ha despertado un renovado interés por la energía nuclear. Actualmente, existen 407 reactores operativos en el mundo, 64 en construcción y 33 en proceso de desmantelamiento, según los informes de estado de la industria nuclear mundial. Aproximadamente el 9% de la electricidad que consume el planeta proviene de estas fuentes, con la mayoría de los nuevos proyectos concentrados en Asia, principalmente en China e India.
Estados Unidos, que lidera la producción de energía nuclear, está extendiendo la vida de su infraestructura más antigua. El presidente ha expresado su intención de cuadruplicar la producción en los próximos 25 años, mientras que Italia, tras cerrar sus centrales en 1987 debido al desastre de Chernóbil, también está considerando reinstalar pequeños reactores. Polonia, Finlandia y Suecia se suman a la ola de nuevos proyectos, buscando triplicar su producción para 2050.
### Desafíos y oportunidades en el camino nuclear
Con un 30% de la producción total energética mundial, Estados Unidos enfrenta retos serios: sus reactores, en su mayoría viejos, solo representan el 19% de su consumo eléctrico, que, por otro lado, está dominado por combustibles fósiles y energías renovables. A pesar de su ambicioso plan, el objetivo de Trump de alcanzar 400 gigavatios de capacidad para 2050 es considerablemente complicado, lo que ha llevado a la simplificación de permisos y ampliación de capacidad en plantas existentes.
A través del océano, la Comisión Europea ha estimado que, para cumplir con los planes energéticos de los Estados miembros hasta 2050, se necesitarán inversiones cercanas a los 241.000 millones de euros, tanto para actualizar los reactores existentes como para construir otros nuevos.
### La situación en España y el Futuro de la Nuclear
A pesar de que España, que actualmente obtiene el 20% de su energía de la nuclear, planeó el cierre gradual de sus siete instalaciones a partir de 2019, la actual incertidumbre mundial tapa las prevenciones iniciales. Empresas como Iberdrola, Endesa y Naturgy abogan por mantener abiertas sus centrales para garantizar la seguridad energética.
Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear, destaca que la energía inercial, necesaria para mantener la red, no puede ser sustituida por fuentes renovables. Mientras tanto, gigantes tecnológicos como Amazon y Google están buscando garantizar un suministro energético más limpio con acuerdos que incluyen energía nuclear.
### Nuevas tecnologías y financiación
El optimismo por la energía nuclear también se extiende al ámbito financiero, y los nuevos reactores modulares pequeños (SMR), diseñados para ser más eficientes y menos costosos, están en el horizonte. Según Jaime Segarra, del Instituto de Ingeniería de España, estos reactores tienen el potencial de cambiar las reglas del juego en el sector energético.
Sin embargo, la oposición entre los beneficios y los riesgos de la energía nuclear sigue presente. Grupos ecologistas advierten sobre los peligros de esta fuente, ofreciendo una perspectiva crítica sobre su viabilidad. Para muchos, la herencia de residuos radiactivos que durarán miles de años presenta un desafío ético y logístico que no se puede ignorar.
A medida que el mundo contempla su futuro energético, tanto el optimismo por la tecnología nuclear como la preocupación por su legado continúan desarrollándose. La única constante es que la transición energética requiere un enfoque equilibrado entre todas las fuentes, garantizando, al mismo tiempo, el cumplimiento de los compromisos climáticos. La pregunta queda en el aire: ¿será la energía nuclear parte de la solución o un obstáculo en el camino hacia un futuro más sostenible?
