La gigante automotriz Volkswagen está enfrentando retos significativos que han llevado a su primera pérdida financiera desde el inicio de la pandemia de COVID-19. La crisis en su filial de coches deportivos, Porsche, sumada a las políticas arancelarias impuestas por el expresidente estadounidense Donald Trump, ha creado un panorama complicado para el grupo.
Pérdidas que Marcan un Cambio de Tiempos
En el tercer trimestre de 2025, Volkswagen reportó pérdidas operativas de 1.300 millones de euros, contrastando drásticamente con los 2.833 millones de ganancias del mismo periodo en 2024. Esto equivale a una pérdida neta de 1.072 millones de euros, una caída significativa desde el beneficio de 1.558 millones del año anterior. En los primeros nueve meses de 2025, el resultado operativo alcanzó 5.408 millones de euros, reflejando un descenso del 57,8% comparado con el año anterior. El margen operativo se redujo a un 2,3% en este lapso.
Analistas ya anticipaban un trimestre difícil tras el anuncio de Porsche en septiembre, donde se decidió aplazar el lanzamiento de varios modelos eléctricos, enfocándose nuevamente en motores de combustión y vehículos híbridos. Esta dirección llevó a la marca a amortizar 3.000 millones de euros y a contabilizar 2.100 millones en efectos puntuales derivados de proyectos.
Un Panorama Mixto
Arno Antlitz, director financiero de Volkswagen, describió el presente de la compañía como un “panorama mixto”. Aunque su ofensiva de productos está obteniendo resultados, el desempeño general se encuentra por debajo del año anterior. “El incremento en la producción de vehículos eléctricos, que tradicionalmente ofrecen márgenes más bajos, ha influido en nuestra situación”, detalló Antlitz.
Entre las cargas surgidas, se contabilizan 7.500 millones de euros por aranceles, ajustes estratégicos en Porsche y amortizaciones vinculadas a su fondo de comercio. Sin embargo, si no se hubieran considerado estas cargas, el margen de beneficio podría haber alcanzado un 5,4%, un nivel “bastante aceptable” dadas las circunstancias del mercado.
Venta y Facturación: Una Luz en la Oscuridad
A pesar de las dificultades, Volkswagen ha visto un leve aumento en sus ventas y facturación. Durante los primeros nueve meses, los ingresos crecieron 0,6%, alcanzando 238.669 millones de euros, mientras que las entregas se elevaron 1,2%, totalizando 6,6 millones de vehículos. Los incrementos en Sudamérica (+13%), Europa Occidental (+4%) y Europa Central y Oriental (+11%) han compensado, hasta cierto punto, las caídas en China (-2%) y América del Norte (-11%).
Las marcas del grupo, incluyendo Skoda y Seat/Cupra, también han mostrado un crecimiento, especialmente en la entrega de vehículos eléctricos. Sin embargo, la caída en las ventas en China, sumado a las inversiones elevadas en electrificación y digitalización, está ejerciendo una inmensa presión sobre los márgenes de Volkswagen.
Medidas Drásticas y Futuro Incertidumbre
Para enfrentar estos desafíos, Volkswagen ha iniciado un ambicioso programa de ahorro y reestructuración, que podría resultar en la eliminación de más de 35.000 empleos en todo el grupo. A pesar de ello, las medidas planeadas no prevén un déficit que podría alcanzar miles de millones. La dirección está considerando nuevas opciones de reducción de costos y la venta de participaciones en un intento de cubrir estas dificultades financieras.
En resumen, Volkswagen se encuentra en una encrucijada donde el futuro de sus operaciones dependerá de decisiones estratégicas que puedan equilibrar su trayectoria hacia la electrificación sin sacrificar su viabilidad financiera. La historia de esta automotriz está lejos de terminar, y los próximos pasos serán cruciales.
