La riqueza biológica de América Latina y el Caribe es incomparable, albergando la mitad de la biodiversidad del planeta. Sin embargo, esta región, que se encuentra sentada sobre un vasto banco de innovaciones naturales desarrolladas durante 3.400 millones de años, apenas ha comenzado a traducir esa riqueza en crecimiento económico y oportunidades. La clave para la próxima revolución tecnológica reside precisamente en esta biodiversidad; es aquí donde la responsabilidad y el potencial son mayores.
### Desarrollo vs. Conservación: Una Ilusión
Durante demasiado tiempo, los debates en torno al desarrollo y la conservación han quedado atrapados en una falsa disyuntiva. A menudo se plantea que hay que elegir entre proteger tesoros ecológicos como la Amazonía o fomentar el empleo y la prosperidad. Sin embargo, esta visión es engañosa. La biodiversidad no obstaculiza el desarrollo; al contrario, es un activo valioso. Su conocimiento es fundamental para rediseñar materiales, innovar en energía, desarrollar nuevos medicamentos y crear industrias competitivas y sostenibles.
### De la Extracción a la Innovación
El cambio de un modelo extractivista a uno innovador no puede ocurrir de manera espontánea. Se necesita una coordinación política clara, inversiones sostenidas y colaboración científica. Aunque más del 22% de la superficie de América Latina está protegida, simplemente establecer límites no llevará a una verdadera transformación. Un estudio reciente de la CAF y la Universidad de Oxford, que se presentará en la COP30 de Cambio Climático en Belém de Pará, revela que muchas políticas de bioeconomía están en riesgo de perpetuar métodos extractivos. Mientras tanto, la investigación sobre biodiversidad avanza de manera aislada del ámbito industrial y financiero. Los esfuerzos como el ecoturismo y los pagos por servicios ambientales son importantes, pero no son suficientes. Sin un canal que conecte el conocimiento biológico con el diseño de productos y desarrollos industriales, la región seguirá siendo proveedora de materias primas en lugar de ser un líder en innovación.
### Impulsando el Cambio a través de la Financiación
La financiación actual está más enfocada en proteger que en transformar. Es esencial desarrollar una nueva estrategia que identifique inversiones que generen empleo de calidad, capacidades tecnológicas y derechos de propiedad local. Los bancos de desarrollo, especialmente la CAF, tienen una oportunidad invaluable para actuar como catalizadores en esta transformación. Con una estrategia alineada al compromiso de ser el banco verde y azul de la región, CAF ya está tomando medidas para fusionar conservación y desarrollo económico, apoyando proyectos que integren conocimientos ancestrales.
### La Biointeligencia como Motor de Innovación
La naturaleza es mucho más que un simple almacén de recursos; es una fuente inagotable de conocimiento. El reciente Atlas de Innovaciones de la Naturaleza, creado por el centro TIDE de la Universidad de Oxford, utiliza inteligencia artificial para identificar analogías biológicas que pueden resolver desafíos industriales y energéticos. Este enfoque muestra cómo la biodiversidad puede ser fundamental en el diseño tecnológico y podría colocar a la región en la intersección de las transiciones verde y digital, siempre que se invierta en la apertura de datos y en la cooperación científica con comunidades locales.
### Ecosistemas de Innovación y Colaboración Regional
Para activar el potencial de innovación en biodiversidad, no basta con el esfuerzo individual de cada país. Es necesario construir ecosistemas de investigación que traspasen fronteras, uniendo infraestructuras, datos y talento. Iniciativas como el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo pueden liderar esfuerzos conjuntos en investigación y desarrollo. Los bancos de desarrollo también juegan un papel crucial. Al invertir en ecosistemas de innovación que se centren en la biodiversidad, financiarán proyectos que integren la bioindustrialización y promuevan el desarrollo sostenible.
### El Futuro está en Nuestras Manos
La promesa de un futuro próspero está ya en marcha, con equipos latinoamericanos trabajando en innovaciones inspiradas en la naturaleza, como hidrogeles basados en gusanos marinos. Es momento de que América Latina y el Caribe se alineen para que la biodiversidad se convierta no en un estorbo, sino en la fuente de su progreso y desarrollo.
La economista Carlota Pérez ha resaltado durante décadas que cada revolución tecnológica se basa en el uso inteligente de los recursos locales. La pregunta no es si la región puede permitirse invertir en estas innovaciones, sino si puede permitirse el lujo de no hacerlo. Dejad que el colibrí, símbolo de agilidad y regeneración, guíe el próximo capítulo del desarrollo en América Latina y el Caribe.

 
			 
			 
			 
			