La última palabra sobre el fulminante despido de Sam Altman como consejero encargado de OpenAI no está escrita. Mientras prosigue sin aclararse totalmente el detonante de la destitución fulminante, medios especializados estadounidenses han informado de que Altman sostiene contactos y negociaciones para recobrar su puesto. La compañía no ha facilitado información oficial a este respecto. Las renuncias que han acompañado al despido de Altman y los nervios de los inversores pueden terminar dando un vuelco a la batalla de poder que se ha estado librando dentro de la firma vanguardista en la inteligencia artificial generativa.
La publicación experta en tecnología The Verge ha sido la primera en aseverar, citando múltiples fuentes familiarizadas con el tema, que el consejo de OpenAI está en conversaciones con Altman a fin de que sea de nuevo consejero encargado. Una de las fuentes afirmó que Altman es “ambivalente” sobre su regreso y desearía cambios significativos en la gobernanza.
OpenAI tiene una especial estructura de gobernanza. La cabecera es una ONG (y exenta de impuestos) que controla las filiales, incluyendo la operativa en la que ha invertido Microsoft. El mando de esa sociedad en la cúspide corresponde a un consejo de administración que ha quedado compuesto solo por Ilya Sutskever, científico jefe de OpenAI y uno de sus creadores, y por 3 consejeros independientes: Adam D’Angelo, jefe de Quora; Tasha McCauley, emprendedora tecnológica, y Helen Toner, directiva de estrategia del Georgetown Center for Security and Emerging Technology. Está por ver que tras pactar su cese ahora estuvieran prestos a dar marcha atrás.
El presidente, Greg Brockman, y el consejero encargado, Altman, fueron despedidos el viernes por el resto de consejeros, en lo que ciertos empleados han considerado un golpe de poder que atribuyen a Sutskever. De fondo, latiría un pulso entre quienes desean apresurar al límite el desarrollo de OpenAI y de los productos y servicios de la compañía y de quienes ponen el acento en la seguridad y los peligros y están a favor de medir al milímetro cada paso. Altman se consideraba en un punto intermedio en esa tensión, al tiempo que Sutskever sostenía una situación de mucha precaución. Desde el incontenible éxito de ChatGPT, el lanzamiento de nuevos productos y la busca de inversores con una elevada valoración de la compañía pueden haber tensado demasiado la cuerda. En todo caso, no ha habido una explicación en detalle de las razones del despido de Altman.
Que el ejecutivo que se ha transformado en embajador de la inteligencia artificial sostenga conversaciones con el consejo para su retorno sería consecuencia del seísmo que ha provocado su salida. Tras su cese, Brockman presentó su renuncia, y a eso le ha seguido una avalancha de renuncias de otros empleados clave que podría no haber terminado. Según The Verge, Altman y Brockman han estado hablando con amigos e inversores sobre la posibilidad de crear otra empresa de inteligencia artificial.
Después de que The Verge, una publicación muy influyente en Silicon Valley, publicase la nueva de las negociaciones ha sido The Wall Street Journal, la Biblia del periodismo económico, el que ha asegurado que son los inversores de OpenAI (entre ellos Microsoft y la compañía de capital peligro Thrive Capital, sus primordiales accionistas externos), los que hacen sacrificios para devolver su puesto a Altman.
El diario neoyorkino asevera que el ejecutivo está considerando la posibilidad de volver, mas que ha dicho a los inversores que para admitir su regreso desea un nuevo consejo. El medio asimismo asevera que Altman ha estado estudiando la creación de una nueva empresa que ficharía a una buena parte de los empleados de OpenAI, y que ahora decide entre las dos opciones.
Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.