Muchos servicios y productos de tipo digital recogen datos de los usuarios de forma intensiva. Pero por norma general no creemos que esto lo haga un vehículo, a pesar de que muchos de ellos ya se conectan de manera fácil a internet. La Fundación Mozilla ha publicado un informe que alarma de la gran cantidad de datos personales que recogen los fabricantes, basada en el estudio de las políticas de privacidad de veinticinco grandes marcas de vehículos. El estudio toma en referencia a Estados Unidos, si bien la Fundación Mozilla matiza que ha revisado asimismo las políticas de privacidad de la Unión Europea (con singular foco en Alemania). Los estudiosos de la organización han examinado todas y cada una de las marcas primordiales del mercado, como Toyota, Volkswagen, BMW, Ford, Kia, Hyundai o Tesla.

Las conclusiones son atractivas. Según el estudio, los fabricantes de turismos pueden recoger más datos personales de los precisos para prosperar sus automóviles. Entre están los de corte demográfico (nombre, edad, género, dirección de vivienda), mas asimismo el nombre de usuario en una red social o los contactos de su agenda. Además, ciertas marcas podrían compilar hasta el origen étnico del dueño, expresiones faciales, información sobre su salud e inclusive sobre su vida sexual.

Tras conocer el informe, Forbes Hispano ha contactado con la filial de España de múltiples marcas de automoción con el fin de conocer de qué manera se amoldan sus políticas de privacidad al territorio nacional. Solo Nissan Iberia ha respondido aseverando que cumple rigurosamente con la normativa europea (RGPD) y que no compendia ni procesa datos personales sensibles. “Las afirmaciones realizadas en ese informe sobre la recopilación y el procesamiento de datos personales no están relacionadas con las prácticas de privacidad de datos en Nissan Europa, a la cual reportamos todos los países en este mercado”, declaran desde la compañía. Nissan no ha concretado a este periódico qué clase de datos personales compendian sus turismos ni de qué manera es el género de permiso que solicitan al dueño.

Samuel Parra, letrado especialista en derecho tecnológico, recuerda que a fin de que el tratamiento de nuestros datos sea válido, el permiso ha de ser informado. “Si quieren que un cliente consienta cuatro tratamientos distintos [el término tratamiento incluye la recogida y posterior procesamiento o cesión de la información] que tienen que ofrecerle en cuatro casillas diferentes. La aceptación en bloque de toda la política de privacidad hace que el consentimiento sea inválido”.

Los turismos, por consiguiente, no pueden recoger ningún dato personal. Y esto incluye cualquier información que pueda identificar a la persona o al vehículo. “Si añaden que tu coche ha ido de Murcia a Madrid, ahí están geolocalizando el vehículo en el espacio y el tiempo. Y esta información sí puede ser personal”, destaca Parra.

El informe de la Fundación Mozilla es parte integrante de la serie de investigaciones Privacy Not Included [la intimidad no está incluida], que examina el estado de la privacidad en diferentes campos. Los estudiosos de la Fundación han dedicado seiscientos horas al trabajo, aseguran. Cada marca les ha ocupado veinticuatro horas. Y sus resultados se aplican a los turismos modernos, aquellos que pueden conectarse a internet o hacerlo a servicios digitales a través de un smartphone.

“A medida que los coches están más conectados y más informatizados, se han convertido más y más en una pesadilla para la privacidad”, mantiene Jen Caltrider, estudiosa y directiva del programa Privacy Not Included de la Fundación Mozilla. Y añade: “Ahora los coches vienen con muchos sensores integrados, como micrófonos y cámaras”. Los vehículos compendian datos personales cuando las personas interaccionan con el vehículo. Según los estudiosos, lo hacen a través de esos sensores, los servicios digitales integrados o la aplicación del vehículo, que se transforma en una puerta al contenido de nuestro teléfono.

No existen muchos cálculos concretos sobre el volumen de negocio que pueden desplazar los datos provenientes de la industria de la automoción. Pero en dos mil dieciseis la asesora McKinsey & Co estimaba que en dos mil treinta podrían ser tan rentables para producir setecientos cincuenta millones de dólares estadounidenses. En una previsión reciente, publicada por Statista, se habla de ingresos de más de veinte millones de dólares estadounidenses para exactamente la misma data.

Aunque bailen, estas cantidades asisten a entender la avidez de las marcas de turismos por los datos personales. A esto se une su naturaleza, como actores de una industria tradicional obligados a maniobrar en un ámbito muy, muy diferente al suyo. “Tienes a fabricantes de coches que básicamente están entrando en el negocio de los datos y se están convirtiendo en compañías tecnológicas, argumenta Caltrider.

El RGPD como escudo para los usuarios europeos

La normativa europea, el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos), contempla la protección del usuario frente a los principales abusos que detalla el informe de la Fundación Mozilla. La recopilación de datos sensibles, como el origen étnico, información sobre salud o sobre la vida sexual, está prohibida con carácter general por esta legislación.

Parra también puntualiza que la escucha a través de sensores debería estar vetada en España, pues aquí se entra en el terreno de la interceptación de comunicaciones y el secreto de comunicaciones, dos categorías donde la legislación es garantista. Sin embargo, el abogado opina que tanto en España como en otros países de la UE pueden existir deficiencias a la hora de tratar los datos de los propietarios de vehículos.

La recopilación de datos cuyo consentimiento no se explicite y sea aceptado deberá ser anónima. Pero esto no siempre es así. “Algunas marcas, sabiendo cómo aceleras y cómo manejas el coche, predicen el desgaste del neumático sin tener un sensor que lo mida. Cuando has desgastado mucho los neumáticos, el coche te manda un aviso para recomendarte que cambies los neumáticos. En este caso, ¿ellos han recibido información anónima?”, se cuestiona Parra retóricamente. “No, han tenido que recibirla específicamente sobre tu coche, porque si no, ¿cómo saben que eras tú el que conducías así? Tenían que saber que era tu coche para mandarte la comunicación correspondiente”.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.