Vigilancia en redes sociales

En la era de las redes sociales, ha surgido una tendencia de vigilantes en línea que buscan exponer comportamientos cuestionables o ilegales. Estos «justicieros de la red» suelen basar sus acusaciones en indicios o pruebas que recopilan para llegar a sus propias conclusiones, algunas veces acertadas y otras no tanto. Ejemplos de esto se han visto en diferentes partes del mundo, como el caso de una mujer que compartió videos en TikTok de una supuesta infidelidad en un vuelo o la difusión de imágenes comprometedoras en discotecas.

¿Es legal grabar a alguien sin su consentimiento y compartirlo en redes sociales? Según Borja Adsuara, especialista en derecho digital, la respuesta es no. La Ley Orgánica 1/1982 protege el derecho a la intimidad y a la propia imagen, y su difusión sin consentimiento puede constituir una infracción. Incluso en el caso de personas famosas, las reglas sobre la publicación de sus imágenes son distintas.

En el ámbito de la delincuencia, plataformas como Patrulla Madrid en Instagram han ganado popularidad al exponer a presuntos delincuentes. Sin embargo, los expertos advierten que acusar y difundir la imagen de una persona puede tener consecuencias legales. La justicia no debe ser tomada por mano propia, y es fundamental respetar la presunción de inocencia.

En casos de conductas delictivas, es recomendable entregar pruebas a las autoridades en lugar de publicarlas en redes sociales para evitar posibles demandas por difamación. La responsabilidad recae en el ofendido para denunciar cualquier vulneración de su honor, intimidad o imagen. En situaciones así, contar con asesoramiento legal es crucial para proteger los derechos de ambas partes involucradas.

Algunos usuarios en redes sociales defienden la exposición de la vida privada de otros bajo diversas justificaciones. Sin embargo, es importante reflexionar sobre los límites éticos y legales de estas acciones. La vigilancia en línea puede tener implicaciones legales serias y es fundamental actuar con responsabilidad y respeto hacia la intimidad de los demás en el entorno digital.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.