El FBI y el Departamento de Justicia están estudiando los hechos que llevaron a la compañía matriz china de TikTok, ByteDance, a emplear la aplicación para observar a cronistas estadounidenses, incluido este reportero, conforme fuentes conocedoras de las actuaciones de los departamentos.
Según una fuente con conocimiento de causa, la Sección de Fraudes de la División Penal del Departamento de Justicia, en cooperación con la Fiscalía del Distrito Este de Virginia, ha pedido a ByteDance información sobre los intentos de sus empleados de acceder a la información de ubicación de periodistas estadounidenses o a otros datos privados de los usuarios usando la aplicación TikTok. Según dos fuentes, el FBI ha estado efectuando entrevistas relacionadas con la vigilancia.
El uso de la aplicación por la parte de ByteDance para observar a ciudadanos estadounidenses fue denunciado por vez primera por FORBES en octubre y confirmado por una investigación interna de la compañía en el último mes del año.
«Hemos condenado enérgicamente las acciones de las personas implicadas, que ya no trabajan en ByteDance. Nuestra investigación interna prosigue en curso y cooperaremos con cualquier investigación oficial que se nos presente», declaró Jennifer Banks, portavoz de ByteDance. TikTok no respondió a la petición de comentarios.
La Fiscalía del Distrito Este de Virginia y el Departamento de Justicia no respondieron de forma inmediata a las preguntas de FORBES. El FBI rechazó hacer comentarios.
Es la primera vez que el gobierno federal estudia las prácticas de vigilancia de ByteDance. No está claro si la convocatoria del DOJ está relacionada con las entrevistas del FBI.
El Departamento de Justicia y el FBI son parte del Comité Interinstitucional sobre Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), que esta semana demandó a ByteDance que se desprendiese o veniera de TikTok o se encararía a la prohibición de la aplicación en todo el país. Durante los últimos años, el CFIUS ha intentado negociar un contrato de seguridad nacional con TikTok destinado a atenuar la preocupación de que pudiese ser empleada por el gobierno chino para acceder a valiosa información privada sobre ciudadanos estadounidenses o manipular el alegato civil de Estados Unidos.
La demanda de desinversión marca una trágica derrota para TikTok, que prometió gastar mil quinientos millones de dólares estadounidenses en un conjunto de planes de secuestro de datos, conocidos como ‘Proyecto Texas’, que aguardaba que dejaran a ByteDance continuar siendo dueña de TikTok. Según el ‘Proyecto Texas’, TikTok alojaría los datos de los usuarios estadounidenses en servidores nacionales gestionados por un equipo con sede en Estados Unidos sujeto a la supervisión del Gobierno.
Sin embargo, la confirmación por la parte de ByteDance de que observaba a cronistas parecía contrariar las promesas que había hecho al gobierno estadounidense como una parte de la propuesta.
La demanda asimismo se genera en la mitad de una mayor preocupación por TikTok en el Capitolio. En diciembre, una alianza bipartidista comenzó a presionar a fin de que se prohibiese absolutamente la aplicación, y los legisladores expresaron su indignación por la vigilancia de los cronistas por la parte de las compañías. En ese instante, el miembro del Congreso Raja Krishnamoorthi (D.-Illinois) afirmó a FORBES que había una «genuina preocupación bipartidista» por TikTok, agregando que «preocupación podría ser un eufemismo».
La semana pasada, un conjunto de doce miembros del Senado más presentó un proyecto de ley que facilitaría al Presidente Biden decretar una prohibición. La Casa Blanca apoyó el proyecto de ley, pidiendo que el Congreso «actúe con rapidez» para aprobarlo.
TikTok ha afirmado que ni la desinversión ni la prohibición resolverían los inconvenientes de seguridad nacional planteados por los incrédulos de Washington. En su sitio, ha instado al CFIUS a admitir una propuesta, basada en el Proyecto Texas, que dejaría a ByteDance continuar siendo dueña de TikTok. Pero la demanda de desinversión del CFIUS semeja sugerir que la propuesta no ha conseguido persuadir al Gobierno.
TikTok empezó a trabajar en el ‘Proyecto Texas’ en dos mil veintiuno, como contestación a las preocupaciones planteadas por vez primera bajo la Administración Trump. El proyecto se sostuvo en secreto hasta el momento en que BuzzFeed News descubrió su existencia a inicios de dos mil veintidos, y se transformó en objeto de investigación regulativa una vez que exactamente el mismo medio recibiese un audio filtrado que probaba que empleados de ByteDance en China habían accedido reiteradamente a datos de usuarios estadounidenses de TikTok.
Los informes de BuzzFeed News y FORBES mostraron que ha habido poca o ninguna separación funcional entre TikTok y ByteDance. Un informe de FORBES de septiembre de dos mil veintidos descubrió que de manera frecuente se aguardaba que los líderes de TikTok prosiguieran las instrucciones de los ejecutivos de ByteDance.
En julio de dos mil veintidos, BuzzFeed News asimismo notificó de que ByteDance mandaba mensajes prochinos a los usuarios estadounidenses de otra aplicación (ahora desaparecida). En diciembre de dos mil veintidos, FORBES descubrió que los medios estatales chinos habían empleado cuentas de TikTok (que, en aquel instante, no contenían etiquetas que revelasen que estaban gestionadas por medios estatales) para agredir a ciertos políticos ya antes de las elecciones de mitad de orden. Esa misma semana, el directivo del FBI, Christopher Wray, expresó su preocupación por la posibilidad de que el gobierno chino utilizara TikTok para operaciones de repercusión.
En noviembre, FORBES notificó sobre una evaluación interna del peligro de fraude de ByteDance de dos mil veintiuno, en la que se advertía: «A menos que ByteDance realice inversiones substanciales, sostenidas y veloces en sus programas antifraude», la empresa podría ser objeto de multas masivas y perder la capacidad de operar en Estados Unidos. La evaluación advertía aparte de «acusaciones penales contra ejecutivos y directivos de ByteDance (aun si no participaron activamente en la mala conducta).»
Monterrey (México), 1990. Estudió una licenciatura en comunicación y comenzó trabajando en medios locales de su ciudad, como periódicos, revistas, estaciones de radio o canales de televisión. Tiene un gran interés por la cultura mexicana, incluyendo la música, la comida y la historia. Es un apasionado de los deportes, especialmente del fútbol.