A pesar de los desafíos que plantea el uso constante del móvil, hay aspectos positivos que a menudo pasan desapercibidos. Más allá de la simple adicción, el uso del smartphone nos brinda diversas ventajas en nuestra vida diaria: desde mantenernos conectados con otros a acceder a información en cualquier momento, e incluso sentirnos más seguros. Aunque es importante considerar los posibles efectos negativos, es fundamental explorar el lado bueno de llevar el móvil siempre encima.

Un estudio realizado por el profesor Frank Schneider de la Universidad de Ámsterdam y publicado en la revista Computers in Human Behavior en abril de 2023, reveló que el smartphone puede actuar como un amortiguador físico, reduciendo la sensación de exclusión social en aquellos que lo llevan consigo. Además, se encontró que pensar en las funciones sociales del smartphone, como las aplicaciones de comunicación, puede disminuir la sensación de ostracismo. Estos hallazgos sugieren que el móvil puede brindar un confort emocional y social a sus usuarios.

Aunque algunos cuestionan si esta conexión constante con el smartphone socava nuestra autoconfianza, es innegable que la sensación de seguridad que proporciona es real. Para Schneider, la clave radica en aprender a utilizar adecuadamente todas las funciones del smartphone, reconociendo tanto sus beneficios como sus riesgos.

La influencia en el cerebro y la interacción social

El uso frecuente del móvil ha transformado nuestra manera de interactuar con el entorno, repercutiendo en nuestra capacidad para procesar la información. Según Diego Redolar, experto en neurociencia, este cambio en la forma en que percibimos la realidad a través del smartphone afecta la consolidación de la información. Sin embargo, también destaca que el acceso constante a gran cantidad de información ha potenciado la capacidad de filtrar lo relevante, fortaleciendo la corteza prefrontal, la región cerebral encargada de esta función.

Además, el smartphone ha revolucionado nuestra interacción social, permitiéndonos estar en contacto con personas que de otra manera estarían fuera de nuestro alcance. Esto puede potenciar nuestra capacidad de empatía y comunicación, especialmente en situaciones de aislamiento o vulnerabilidad. El simple hecho de llevar el móvil encima puede reducir la activación de la amígdala, disminuyendo la ansiedad y generando una sensación de seguridad.

Desmitificando la «nomofobia»

La preocupación por no tener el móvil presente en todo momento no necesariamente indica la presencia de la «nomofobia» o una dependencia problemática de las redes sociales. Joaquín González-Cabrera, investigador de la Universidad Internacional de La Rioja, señala que el uso disfuncional e inadecuado de la tecnología es lo que realmente define estas problemáticas, y llevar el móvil consigo no implica necesariamente ser nomófobo. Sin embargo, es importante estar atentos a un uso compulsivo o que genere consecuencias negativas en nuestra vida.

En resumen, el smartphone brinda la oportunidad de fortalecer nuestras conexiones sociales, acceder a información de forma inmediata y sentirnos más seguros en situaciones de vulnerabilidad. Reconocer y aprovechar estos beneficios, equilibrando su uso con una utilización consciente, es fundamental para sacar el mejor partido de esta herramienta que hoy en día se ha vuelto imprescindible en nuestra vida cotidiana.