Cada día se toman noventa y dos millones de selfis en el planeta. Y lo común es que pocos salgan bien (o no nos agrada de qué forma quedan). De hecho, una investigación desarrollado por un hospital mental estadounidense, The Florida House Experience, concluyó que el cuarenta y ocho% de las mujeres y el cincuenta y ocho% de los hombres precisa entre dos y cinco intentos hasta dar con la imagen perfecta; y un tres% más o menos hace más de veintiseis ya antes de quedar satisfecho. ¿Qué hay que tener en consideración a fin de que salga a la primera? La iluminación, el encuadre y la postura son esenciales.

La luz, mejor natural

Los especialistas coinciden: hay que eludir la luz directa del sol o la iluminación artificial; la natural y suave es la mejor para sacar un buen selfi. Y si es la de primera hora de la mañana o la de la puesta de sol, mucho mejor. El motivo es que con este género de luz la cara queda alumbrada de forma natural, dismuyen las sombras y se evitan efectos poco favorecedores como las bolsas en los ojos. Por exactamente el mismo motivo, aparte de eludir focos y fluorescentes, hay que procurar no recurrir al flash. Un truco sencillísimo es poner el brillo de la pantalla al límite en ambientes oscuros y mal alumbrados a fin de que de algo de luz al semblante.

Y si la luz artificial es la única opción, es indispensable prestar mucha atención a la dirección desde la que llega: la cenital (desde arriba) crea muchas sombras y no favorece, la frontal muestra más detalles y la lateral genera sensación de más volumen.

El encuadre

El ángulo en el que se pone la cámara hace que un selfi cambie completamente: hay que tener en consideración que si la cámara se ubica sobre la cabeza hace el efecto de ojos grandes; desde abajo puede aparecer el efecto “nariz de cerdito”…

Aunque frecuentemente las autofotos acostumbran a hacerse sosteniendo el móvil con la mano o con un palo, los encuadres que se logran así no siempre y en todo momento son los mejores, y no queda estético que se vean pedazos de brazo en la imagen o el propio stick. Por eso, resulta realmente útil emplear un mini trípode o cualquier objeto que haya cerca (desde una piedra hasta una lata o vaso de cartón) para respaldar el móvil, dejar las manos libres y lograr encuadres más artísticos. En este caso, es interesante escoger el enorme angular toda vez que el móvil lo deje y recurrir al temporizador e, aun, poner el móvil al revés para lograr efecto contrapicado.

Cuide la postura

Hay que cuidar la postura, tanto la del cuerpo como el ademán de la cara. Lo ideal es parecer relajado y no ponerse recio ni elevar el cuello (o bajarlo, para eludir el efecto de doble papada): sostenerse recto, separar un tanto las piernas y brazos, ponerse de lado y virar solo la cara cara la cámara son ciertos trucos. También resulta favorecedor entrecerrar un tanto los ojos a fin de que no dé sensación de cara de atemorizado o eludir la sonrisa forzada, mirar ‘hacia el infinito’…

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.