En la actualidad, los niños están siendo influenciados por las redes sociales, observando y copiando hábitos obsesivos de perfección y belleza. La cultura del skincare (cuidado de la piel en inglés) se ha popularizado, con el compartimiento de rutinas que incluyen el uso de diversos productos como sueros, retinol, colágeno, peeling y ácido hialurónico. Esta obsesión por la perfección y la presión social para lucir impecable ha dado lugar a un trastorno conocido como cosmeticorexia, generando compras y uso excesivo de productos de cuidado de la piel. Este fenómeno, que inicialmente se centraba en mujeres de todas las edades, se ha extendido a niñas y preadolescentes, lo que no solo altera sus comportamientos típicos, sino que también puede afectar su salud. La incorporación de potentes principios activos en estos productos ha llevado a un aumento en los casos de irritación, acné y dermatitis en edades tempranas, según alertan los expertos en dermatología.
Las redes sociales como TikTok e Instagram son plataformas donde se puede observar esta tendencia. Videos de niños exhibiendo productos de belleza como si fueran juguetes son cada vez más comunes. Esto ha llevado a la popularización del término «Sephora kids» (niños Sephora en inglés), haciendo referencia a una tienda de productos de belleza. No obstante, es importante destacar que para abrir una cuenta en TikTok hay que tener al menos 13 años, según la política de seguridad y bienestar de los menores de la plataforma, lo que plantea interrogantes sobre la supervisión de los padres en este tipo de contenido.
El impacto de esta tendencia también se refleja en las búsquedas en Internet, donde la palabra skincare ha ido en aumento, especialmente desde el inicio de la pandemia, con cerca de 17 millones de publicaciones bajo el hashtag #skincare en TikTok.
El aumento de problemas dermatológicos
Dermatólogos como Alejandro Lobato han atendido a pacientes jóvenes obsesionados con el cuidado de la piel, mostrando rutinas que incluyen múltiples productos. Estas prácticas, según un reciente estudio en Estados Unidos, están vinculadas a un aumento en casos de dermatitis por contacto, irritación y acné en niños y preadolescentes. Los menores tienden a utilizar productos inadecuados para su edad, como el retinol, ácido hialurónico y cremas antiarrugas, lo que puede tener repercusiones negativas en su salud física y mental.
La dermatóloga Alba Calleja, de la clínica Doctor Morales Raya, advierte que los niños imitan a adultos que probablemente no seguirían estas complejas rutinas de cuidado de la piel recomendadas en las redes sociales. Esto puede desencadenar crisis de autoestima, ansiedad o depresión, especialmente en adolescentes que experimentan cambios emocionales y problemas con la autoestima. Sin embargo, Calleja destaca que esta popularización del cuidado de la piel ha llevado a un aumento en las visitas al dermatólogo, lo que puede facilitar la prevención y el tratamiento oportuno de enfermedades de la piel.
Un lucrativo negocio
El fenómeno de los ‘Sephora kids’ no solo ha generado preocupaciones en el ámbito de la salud, sino que también ha impulsado un notable crecimiento en la industria de productos para el cuidado de la piel dirigidos a niños y bebés. Marcas como Drunk Elephant, adquirida por el grupo Shiseido en 2019, han experimentado un aumento en la demanda de sus productos, corroborando el incremento continuo de ingresos en esta área. Según datos de Statista, se estima que este mercado podría alcanzar los 5.600 millones de dólares en 2026, lo que evidencia el impacto económico de esta tendencia.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.
