Inteligencia Artificial y Medio Ambiente

La creciente presencia de la inteligencia artificial (IA) generativa está teniendo un impacto significativo en el medio ambiente, tanto a nivel simbólico como práctico. Las grandes empresas tecnológicas, líderes en el desarrollo de esta tecnología, han visto un aumento considerable en su consumo de energía, agua y emisiones de carbono en los últimos años, y las proyecciones apuntan a que esta tendencia continuará en aumento. Aunque las compañías no admiten oficialmente que este incremento se deba a la IA, los datos muestran un aumento notable a partir de 2022, año en que OpenAI lanzó ChatGPT y dio inicio a la era de la IA generativa.

El profesor Shaolei Ren, experto en sostenibilidad de la IA de la Universidad de California, Riverside, señala que el incremento en la contaminación y el consumo de recursos está estrechamente relacionado con el desarrollo y la implementación de la IA. El despliegue de la IA generativa y otros servicios relacionados ha coincidido con un aumento significativo en estos aspectos, lo que plantea desafíos importantes en términos medioambientales.

Consumo energético

Empresas como Google y Microsoft, principales impulsores de la IA, han experimentado un aumento considerable en su consumo energético en los últimos años. Google, creador del modelo Gemini, reportó un incremento del 16,2% en el consumo energético en 2023, mientras que Microsoft duplicó sus necesidades energéticas entre 2020 y 2023. Este aumento se debe en parte al uso intensivo de procesadores GPU para el entrenamiento de modelos de IA, que requieren una cantidad significativa de energía.

Consumo de agua

Además del consumo energético, el uso de agua en los centros de datos dedicados a la IA ha experimentado un incremento notable. En la refrigeración de estos centros se emplea agua para disipar el calor generado por los procesadores y servidores, lo que ha llevado a un aumento del consumo de este recurso. Empresas como Microsoft han reportado el uso de miles de millones de litros de agua, con una parte significativa que se evapora o se consume y no se reutiliza, lo que plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad de este enfoque.

Emisiones de carbono

Las emisiones de carbono asociadas con la IA han experimentado un aumento, especialmente en empresas como Google y Microsoft. La fabricación de chips de IA y la construcción de centros de datos son factores que contribuyen en gran medida a estas emisiones, lo que plantea desafíos adicionales en la reducción de la huella de carbono de la IA.

Desafíos y proyecciones

A medida que la IA continúa expandiéndose, las empresas tecnológicas se enfrentan al desafío de reducir su impacto medioambiental. Aunque muchas compañías están implementando medidas para mejorar sus registros de emisiones de carbono y reducir el uso de agua, alcanzar la neutralidad de carbono para 2030 sigue siendo un objetivo ambicioso. Las proyecciones indican que la demanda global de IA seguirá aumentando, lo que requerirá un enfoque sostenible y responsable por parte de la industria.

A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digitalizado, es fundamental abordar el impacto medioambiental de la inteligencia artificial y trabajar en soluciones innovadoras que permitan conciliar el desarrollo tecnológico con la protección del medio ambiente para las generaciones futuras.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.