Mozilla, la fuerza sin fines de lucro tras el navegador Firefox, está lanzando una start-up centrada en la IA con la misión de crear una opción alternativa fiable y de código abierto a los pesos pesados ​​emergentes como ChatGPT.

La compañía anunció últimamente que Moez Draief, ex directivo científico global de Capgemini Invent, encabezará la compañía, que cuenta con una inversión inicial de US dólares americanos30 millones de la Fundación Mozilla.

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El presidente de la Fundación Mozilla, Mark Surman, charló con Forbes sobre la nueva empresa, llamada Mozilla.ai, en una extensa entrevista sobre las amenazas y la promesa de la nueva tecnología. También charló sobre de qué manera la compañía de veinticinco años va a abordar la IA de forma diferente.

“IA es lo que era la web hace 25 años”, afirma. “Es el tejido de cómo hacemos las cosas”.

El peligro no es solo que “el grupo muy pequeño de jugadores que controlan toda nuestra economía” se apresure a crear productos con consecuencias no deseadas, arguye, sino se centren solamente dónde pueden conseguir ganancias. “Algunas de las empresas más grandes que la humanidad haya creado se están apresurando con toda esta innovación de IA para hacer aquello para lo que están diseñadas naturalmente, que es consolidar el control”.

Una opción alternativa independiente

Este no es un campo nuevo de discusión para Mozilla, que se ha centrado en producir discusión e innovación en torno a la IA a lo largo de los últimos años. La puesta en marcha asimismo llega en un instante en que Microsoft, un esencial inversor en Open AI, matriz de ChatGPT, despidió a un equipo clave de moral de IA.

¿Será fiero la competencia? Por supuesto. “Si volvieras a hace 25 años, cuando Mozilla comenzó y dijeras, ‘bueno, tienes este código fuente abierto de este navegador que ya no es popular’. Ve a vencer a la compañía de tecnología más grande del mundo”, te habrías reído de la sala. (En cambio) realmente reabrió la web y en verdad condujo a la mayor parte de las propiedades web y redes sociales modernas que tenemos hoy”.

“Necesitamos comenzar a desarrollar una tecnología deficiente que demuestre que la IA puede funcionar de manera diferente… algo que sea una alternativa independiente de hacia dónde se dirigen los grandes jugadores y eso es lo que será Mozilla.ai”.

“Somos activistas y pragmáticos, defensores y constructores de tecnología”, afirmó Surman. “Nos apegamos a nuestra misión de mantener Internet abierto y accesible para todos y también convertirlo en algo que beneficie a la humanidad”.

Mozilla se unió como reacción a lo que el Departamento de Justicia determinó después como un comportamiento monopolístico por la parte de Microsoft al demandar a los fabricantes de PC que licenciaran e instalasen su navegador, Internet Explorer, como condición para utilizar su software.

La tecnología se vuele más poderosa

Con el lanzamiento del código fuente del conjunto de navegadores Netscape, la comunidad de Mozilla creó un navegador gratis e independiente, Firefox. Mozilla Corporation, una subsidiaria de la fundación sin fines de lucro que encabeza Surman, prosigue siendo un desarrollador de navegadores, aplicaciones, códigos y herramientas gratis y de código abierto.

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“Vimos las cosas maravillosas en términos de conexión humana, innovación y creatividad”, afirma Surman sobre los primeros días de la web. “Lo que no vimos fueron los efectos secundarios de una Internet abierta sin restricciones: los monopolios, la desinformación alrededor democracia.”

El instante vital para Surman y otros muchos al ver de qué manera Internet podría transformarse en un arma llegó hace prácticamente una década, cuando Edward Snowden, un ex asesor de inteligencia informática y contratista de la Agencia de Seguridad Nacional, filtró patentiza de que el gobierno de los Estados Unidos espiaba a sus ciudadanos.

Luego vinieron las revelaciones de que una compañía del Reino Unido llamada Cambridge Analytica consiguió inadecuadamente datos de hasta ochenta y siete millones de personas en Facebook y los usó para crear perfiles de votantes empleados para orientar anuncios políticos de Donald Trump, Ted Cruz y otros.

Lo que el planeta precisa ahora no es detener la innovación, sino más bien incorporar medidas de seguridad prudentes, más trasparencia y más acceso. Lo equipara con la seguridad alimenticia o los cinturones de seguridad.

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Como académico, Surman, con sede en Toronto, afirma que la Generación Z ya lo comprende. “Son increíblemente conscientes de que los algoritmos están ahí para manipularlos y tratar de engañarlos. Lo que realmente no tienen es una plataforma en la que puedan hacer algo más extremo en términos de leer un tipo diferente de algoritmo, creando un tipo diferente de empresa“.

Si el elenco actual de personajes permanece indiscutible, el peor de los casos de Surman no se parece tanto a The Terminator sino a The Matrix, pero es “increíblemente banal”.

En ese escenario, “tecnología que se vuelve cada vez más poderosa, las cosas están cada vez más automatizadas y son controladas por cada vez menos jugadores y todos caemos en un estado de pánico en el que debemos estar de acuerdo con las cosas. Todo se siente bien porque todos nos hemos ido”.

Por otra parte, afirma, “el peor de los casos es que nos explotemos a nosotros mismos. Ciertamente creo que en un mundo donde hay un conflicto tremendo, la idea de que la IAAcelerar a las personas que quieren armar la información y crear conflictos es muy posible. Alguien no tiene que ser Terminator, solo un tipo malo” con mejores herramientas.

O ponemos esas herramientas a cargo de personas con motivaciones más inspiradoras. Habiendo desafiado a los gigantes ya antes, Surman conoce el poder que acarrea democratizar la tecnología y brindarle a las personas una plataforma para emplearla.

Forbes US

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