La exempleada de Facebook Frances Haugen filtró 21.000 documentos internos de la compañía que dieron lugar a la investigación periodística 'The Facebook Files', en la Universidad de Stanford, en marzo de 2022.
La exempleada de Facebook Frances Haugen filtró veintiuno documentos internos de la compañía que dieron sitio a la investigación periodística ‘The Facebook Files’, en la Universidad de Stanford, en el mes de marzo de dos mil veintidos.Carlos Ávila González (The San Francisco Chronicle via Getty Images)

El suelo tremió en los cuarteles de Facebook de Menlo Park, California, a mediados de septiembre de dos mil veintiuno. The Wall Street Journal publicó a lo largo de múltiples días los llamados Facebook Files, una investigación periodística basada en documentos internos de la tecnológica en los que se probaba que sus ejecutivos eran siendo conscientes de los daños que ocasionaban Instagram y Facebook entre los jóvenes. También quedaba probada la responsabilidad de la compañía en la difusión de noticias falsas y de contenidos que incitaban la violencia.

Un mes después, en el mes de octubre, el planeta le puso semblante a la encargada de esa filtración. La ingeniero Frances Haugen (Iowa City, treinta y nueve años) decidió descubrir su identidad y contó en una entrevista televisiva que había descuidado su puesto en Facebook con veintiuno documentos internos bajo el brazo. El Senado de EE UU la llamó a declarar y se empezaron investigaciones sobre sus revelaciones sobre Meta, el nombre que pasó a tener la compañía de Mark Zuckerberg semanas tras la filtración. No tardaron en llegar las primeras demandas de progenitores de adolescentes que habían sufrido trastornos mentales, alimentarios o aun el suicidio, muchas de las que terminaron formando una parte de la demanda colectiva presentada en el mes de marzo por cientos de particulares y decenas y decenas de instituciones educativas contra múltiples redes sociales. El pico de esta ola de procesos llegó la semana pasada, cuando los fiscales generales de cuarenta y uno Estados demandaron a Meta por dañar a pequeños con sus productos y no informar sobre esos riesgos.

Haugen no oculta su emoción por lo ocurrido. “Este es un momento verdaderamente histórico”, afirma sonriente a Forbes Hispano por videoconferencia. Desde que se fue de Facebook, la estadounidense ha dado conferencias por todo el planeta y ha fundado una ONG, Beyond the Screen, que pretende hacer más trasparentes las redes sociales.

Pregunta. ¿Qué sintió el martes pasado, cuando se presentó la demanda?

Respuesta. En Estados Unidos no abundan los acuerdos entre demócratas y republicanos. Que cuarenta y uno Estados se unan y demanden rendición de cuentas a una compañía es algo muy grande. Y prueba que tienen pruebas sólidas contra ella. Si no, no darían ese paso. Este caso no va de que Facebook daña a los pequeños, sino más bien de que Facebook daña a los pequeños y además de esto engaña sobre ello. El encubrimiento es de forma frecuente peor que el crimen. Hay quien afirma que la Sección doscientos treinta [de la Communications Decency Act de 1996, que exime a las plataformas, salvo contadas excepciones, de la responsabilidad de los contenidos publicados en ellas por terceros] quiere decir que estas empresas pueden hacer lo que deseen. No sé si eso es completamente cierto. Pero lo que sí sé es que las leyes de protección al consumidor establecen que no puedes describir tu producto de una forma cuando sabes que es diferente. Una de las cosas increíbles que van a suceder en las próximas semanas es que vamos a conocer la versión completa del texto de la demanda [hay muchos extractos que son secreto de sumario]. Eso lo cambiará todo, pues estoy segura de que son extractos de documentos de convocatoria. Tan pronto como podamos ver lo que los propios documentos de Facebook afirman en detalle sobre la salud mental con los pequeños, creo que verdaderamente cambiará de manera profunda la charla en torno a las redes sociales y los pequeños.

Haugen, durante su comparecencia en el Subcomité de Comercio, Ciencia y Transportes del Senado de EE UU el 5 de octubre de 2021.
Haugen, a lo largo de su comparecencia en el Subcomité de Comercio, Ciencia y Transportes del Senado de EE UU el cinco de octubre de dos mil veintiuno.Pool (Getty Images)

P. ¿Hay más gargantas profundas en un caso así?

R. Bueno, en la demanda se cita a otras personas con sus nombres tapados. Así que sabemos que hay otros que charlan de Facebook. Sabemos asimismo que la demanda se apoya en documentos que no eran míos. Yo solo saqué a la luz un puñado de documentos sobre niños; mi enfoque primordial era la equidad lingüística. Hay cientos y cientos de millones de hispanohablantes en el mundo entero. Facebook no invierte tanto en la seguridad de su versión de España como en la inglesa. Yo igual revelé treinta o cuarenta documentos centrados en los pequeños. ¿Qué sucede cuando en vez de ver treinta o cuarenta tenemos mil o cuatro mil? Estoy muy conmovida de ver lo que el planeta aprenderá desde estos informes.

P. ¿Ha cooperado con ciertos fiscales generales que han presentado la demanda?

R. Sin comentarios.

P. ¿Conoce o ha tratado con ciertos cómplices que han filtrado más documentos para edificar el caso?

R. Tampoco puedo comentar eso, lo siento.

P. ¿De qué forma espera que acabe este proceso?

Mi motivación primordial al hacer la filtración fue poder dormir por las noches”

P. Cuando decidió desamparar Facebook y filtrar los documentos internos, ¿su objetivo era llegar al punto en el que estamos ahora? ¿Qué imaginó que pasaría?

R. Tenía unas esperanzas impresionantemente bajas cuando di ese paso. Mi motivación primordial era poder dormir por las noches. Sabía que ya no era responsable de lo que se hacía, que ya no era una parte del inconveniente. Y todo cuanto ha pasado desde ese momento es fabuloso. El hecho de que se haya presentado esta demanda lo es. Siempre he creído que el camino judicial era la única forma de que acabásemos avanzando. Así sucedió con el tabaco y los opioides. Yo soy cuáquera, verdaderamente creo en el poder de la verdad.

P. ¿Qué espera de la demanda colectiva presentada en el mes de marzo por las instituciones educativas?

R. Me semeja bien interesante. Y se están sumando poco a poco más distritos educativos. Yo no tenía ni la más remota idea de lo mucho que las redes sociales han desequilibrado las escuelas hasta el momento en que comencé a promocionar la causa. Hablé con directivos de centros y afirman cosas como que a lo que más dedican su tiempo los estudiantes es a las redes sociales. La directiva del instituto en el que estudié me afirmó que los chicos han montado un club de la lucha: hay una cuenta anónima de Instagram desde la que los pequeños conciertan riñas y donde suben entonces las grabaciones. Esto es de manera profunda perturbador. Hay escuelas en EE UU donde deben decomisar los móviles pues, si no, no pueden educar.

P. ¿Ha recibido amenazas desde el instante en que se fue de Facebook?

R. No. Tengo los mensajes directos abiertos en Twitter y mis direcciones de correo en mi página y absolutamente nadie jamás me ha molestado. Para Facebook, es tal y como si no existiese. Soy como Voldemort, mi nombre no se puede decir. Me siento muy agraciada, la verdad. Creo que si hubiese ido tras Twitter, la cosa sería diferente. Elon Musk tiene un montón de fanboys que seguramente me habrían acosado. Pero muy realmente pocas personas apoyan a Mark Zuckerberg. Creo que es bastante triste. Está muy, solísimo.

P. ¿Ha coincidido alguna vez con Zuckerberg desde el instante en que se fue de Facebook?

R. No.

P. ¿Le agradaría poder charlar con él?

R. Sí. Siento que soy la única persona en el planeta que piensa que puede hacerlo mucho mejor. Si llego a redactar otro libro [publicó en mayo sus memorias] cualquier día, mi dedicatoria va a ser la siguiente: “Quiero dedicarlo a Mark Zuckerberg y ser como él. Tengo plena fe en que estás destinado a la grandeza, y no voy a dejar de empujar hasta que lo logres”. Necesita retirarse y hacer otra cosa. Tiene dinero infinito, es un hombre joven, de treinta y nueve años… Imagina lo que podría hacer. Podría superar a Bill Gates, tiene un buen tiempo por delante para conseguirlo [siempre se ha dicho que Zuckerberg envidia el concepto que la gente tiene del fundador de Microsoft]. Y, no obstante, está atrapado en esta cárcel que edificó para sí mismo. Creo que está atemorizado y solo. Me encantaría darle una charla de ánimo. Decirle: puedes hacer más, prosigue adelante y alcanza tu destino.

Incluso si Meta logra salir bien parada del juicio, la demanda lo va a mudar todo”

P. ¿Cuándo se percató de que debía irse de Facebook?

R. Cuando entré a ser parte de un equipo llamado Integridad Civil. Era el departamento que se creó tras las elecciones de dos mil dieciseis [los datos de 87 millones de usuarios de Facebook recogidos por Cambridge Analytica podrían haber contribuido a la victoria de Donald Trump] para asegurar que Facebook fuera una fuerza positiva en el planeta. Pues bien, lo disolvieron menos de treinta días tras las elecciones de dos mil veinte. No hubo absolutamente nadie que dijese: el seis de enero [fecha de recuento del voto electoral en la que fue asaltado el Capitolio] se aproxima, debemos preparar una sala de guerra. Al ver eso, me pareció claro que la compañía no se iba a poder sanar por sí sola. Necesitaba ayuda pública. En ese instante es cuando creí que debía hacer algo.

P. ¿Qué le semeja TikTok, la red social de mayor desarrollo entre jóvenes? ¿Es tan peligrosa como Meta?

R. Tiene inconvenientes muy afines. TikTok está desarrollado para ser moderado. La razón por la que producen contenidos tan virales es que desean que haya un pequeño número de vídeos que representen el ochenta% o noventa% de lo que todo el planeta ve. El inconveniente de un sistema como ese es que si no tienes suficiente personal moderador, brotan los riesgos. Los prejuicios o la discriminación que puede provocar el algoritmo son aún más pronunciados. Cuando dejé Facebook, creí que teníamos 5 años antes que TikTok provocara violencia. Pues bien, el año pasado, a lo largo de las elecciones en Kenia, vimos los primeros casos de violencia ocasionada por TikTok. Hablé con alguien de esa red social y me afirmó que en ese instante no había moderadores que charlasen swahili. Si decides no invertir en idiomas, alén de los más utilizados, pones en riesgo a todo el mundo. Así que, indudablemente, TikTok tiene comportamientos conflictivos afines a los de Meta, solo que aún no tenemos pruebas de ello.

P. ¿De qué forma ve las redes sociales en diez años?

R. Creo que en diez años vamos a mirar atrás y nos sorprenderá todo cuanto ha pasado. Ya estamos comenzando a ver estudiantes de segundo año en la universidad que dan testimonios sobre lo que han visto en las redes sociales. Una cosa que ha sorprendido a profesores y educadores es que existen muchos pequeños disgustados sin aparente motivo. También existen muchos que tienen compañeros que se han suicidado. Vamos a tener que encararnos al hecho de que esta generación es la más perjudicada por las redes sociales, y nos van a hacer saber las consecuencias que les han supuesto. Cuando miremos atrás en diez años, nos vamos a preguntar por qué no pudimos avanzar más veloz en la regulación.

P. ¿Dónde se ve en diez años?

R. Espero ser superflua. Confío en que para entonces tengamos leyes prudentes que den acceso a los datos de estas plataformas, en que tengamos un sistema democrático robusto en el que no se precisen más Frances Haugens para marchar.

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Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.