Elon Musk lanza xAI
Elon Musk en la conferencia Viva Technology, en París (Francia), el dieciseis de junio de dos mil veintitres.GONZALO FUENTES (REUTERS)

Bastaron menos de diez palabras a fin de que Elon Musk anunciase un nuevo emprendimiento. El magnate ha entrado al negocio de la inteligencia artificial con xAI, una nueva compañía que, a su juicio, va a ayudar a “comprender la realidad” y la naturaleza del cosmos. La empresa se ha estrenado en las redes sociales lanzando una pregunta de corte filosófico: “¿Cuáles son las preguntas más fundamentales que permanecen sin respuesta?”. Es el más reciente golpe de efecto del hombre más rico del planeta, quien vive mal momento en Twitter, la plataforma que adquirió el año pasado y cuya existencia se ha visto conminada tras el lanzamiento de Threads, apoyada por el gigante tecnológico Meta.

El equipo de xAi ha presentado este miércoles a través de una página web. Está encabezado por Musk y formado por otros once ingenieros, todos hombres, quienes tienen experiencia en proyectos como DeepMind de Google, OpenAI y Microsoft. Son talentos que han ayudado a desarrollar las versiones treinta y cinco y cuatro de ChatGPT, que ha significado un punto de inflexión en el ámbito con más de cien millones de subscriptores en los primeros un par de meses tras su lanzamiento. El equipo va a hacer su presentación oficial este viernes en una charla en Spaces, de Twitter. El anuncio ha dejado claro que están contratando nuevos perfiles.

No es la primera vez que Musk se interesa en la inteligencia artificial. El empresario lleva más de diez años apostando por el desarrollo de herramientas de esta clase, ciertas de estas ya están en funcionamiento en Tesla. Pero ha sido en los meses recientes y, sobre todo, a causa del éxito de ChatGPT que ha decidido pisar el acelerador. En marzo, y su asociado, Jared Birchall, registraron el nombre de la compañía frente a las autoridades de Nevada. Un mes después, ya estaba en negociaciones para persuadir a los inversores de su empresa automotriz y de SpaceX para hacerse de recursos frescos para inyectar en xAI. De pacto al diario Financial Times, Musk adquirió miles y miles de procesadores de Nvidia, una compañía que se disparó en bolsa por el boom de la inteligencia artificial.

El dueño de Tesla y SpaceX estuvo vinculado con OpenAI, la compañía que lanzó el robot ChatGPT. Musk abandonó la junta del consejo de la compañía en dos mil dieciocho. Desde entonces, ha criticado claramente a la compañía, a quien ha calificado de estar a cargo de Microsoft, que ha invertido trece millones de dólares estadounidenses en el desarrollo del chatbot.

A finales de marzo, la de Musk fue una de las voces más relevantes en la mitad de un coro de la industria que solicitó precaución en la nueva ola de AI. Por medio de una carta abierta, especialistas y ejecutivos de tecnológicas solicitaron ua tregua de 6 meses para frenar el avance de las investigaciones. El razonamiento era que estas herramientas representan “profundos riesgos para la sociedad y la humanidad”. El documento hacía referencia a las reglas del juego adoptadas por múltiples desarrolladores y capitanes de industria en dos mil diecisiete en una conferencia convocada por el instituto Future of Life. Estas acordaban dedicar un intenso cuidado a los recursos éticos y económicos invertidos en los bots frente a la profunda capacidad que tienen para “cambiar la historia de la vida en la tierra”.

El lanzamiento de xAI semeja atender a estas preocupaciones. Además del equipo de doce hombres que conforma la nueva empresa, la compañía ha sumado asimismo a Dan Hendrycks, un doctor de Berkeley que dirige el Centro para la Seguridad de la Inteligencia Artificial (CAIS, por las iniciales en inglés). Es una organización sin fines de lucro basada en San Francisco que estudia el desarrollo del ámbito y se enfoca en reducir potenciales daños para la sociedad. La organización ofrece becas para estudiar filosofía e da cursos que asistan a advertir anomalías en la programación, entre otros muchos elementos.

Hendrycks, así como otros dos autores, explicaba en un ensayo reciente publicado por la universidad de Cornell que existen 4 grandes categorías en las que la IA puede representar un daño a la sociedad. La primera es que conjuntos o individuos usen la herramienta con malas pretensiones. La segunda es la carrera entre compañías por desarrollar, que puede provocar que la prisa o las presiones de inversores pongan a predisposición de los usuarios versiones inconclusas o imperfectas que den demasiado control a los algoritmos. La tercera son los peligros organizacionales, de qué manera la interacción de fallos humanos y sistemas complejos pueden tener como resultado “accidentes catastróficos”. La última es tal vez la más temida, los programas que aprovechen una inteligencia superior a la humana para sublevarse contra la sociedad. “Nuestro objetivo es promover una profunda comprensión de estos riesgos e inspirar esfuerzos colectivos para asegurarnos de que la IA sea empleada de forma segura”, afirma Hendrycks en el ensayo.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.