Las fotografías manipuladas han sido tema de conversación a lo largo de los años. La reciente imagen alterada de la princesa Kate Middleton es solo un ejemplo más de esta tendencia preocupante. A medida que la tecnología avanza, la manipulación de imágenes se vuelve más sofisticada, lo que plantea desafíos en cuanto a la autenticidad de lo que vemos en pantalla.
Si bien la inteligencia artificial (IA) se ha señalado como una herramienta de creación de deepfakes, en el caso de la foto de Kate Middleton, el software utilizado fue Photoshop, una herramienta convencional que existe desde 1987. Esto demuestra que no se necesita IA para crear imágenes falsas convincentes.
¿Qué impacto tienen estas imágenes manipuladas en nuestra percepción de la realidad? A continuación, analizaremos algunas claves para entender mejor este fenómeno:
1. Desconfianza por defecto. Ante la proliferación de imágenes alteradas, es natural que surja la duda constante sobre la veracidad de lo que vemos. Incluso cuando se presente una imagen genuina, la tendencia es cuestionar cada detalle en busca de indicios de manipulación.
Esta actitud ha generado una generación de «detectives de imágenes» que examinan minuciosamente cada aspecto visual en busca de pistas de autenticidad. Las instituciones y figuras públicas se ven obligadas a ofrecer pruebas adicionales para respaldar la veracidad de sus imágenes.
2. Subjetividad en la percepción. La interpretación de una imagen puede variar según las preferencias y creencias del espectador. Una misma imagen puede ser percibida como verdadera o falsa dependiendo de la predisposición de la persona que la observa.
Este fenómeno plantea interrogantes sobre la objetividad de las pruebas visuales y la necesidad de corroborar la información mediante otros medios.
3. Impacto de la desinformación. Si bien casos como la imagen alterada de Kate Middleton pueden considerarse desinformación de bajo impacto, existen ejemplos más preocupantes, como las imágenes generadas por IA con el propósito de influir en eventos políticos.
Estudios han revelado cómo es posible crear imágenes falsas para difundir noticias manipuladas y sembrar la duda en la opinión pública. Esta amenaza requiere medidas de prevención y concienciación por parte de la sociedad.
4. El poder de la narrativa multimedia. Para influir de manera efectiva, la desinformación no se limita a imágenes estáticas, sino que abarca videos, audios y una narrativa completa que busque engañar a la audiencia de forma coherente.
La proliferación de contenido falso en plataformas digitales destaca la importancia de desarrollar habilidades críticas para discernir entre información veraz y manipulada.
5. Rol de los medios de comunicación. Ante la difusión de imágenes dudosas, los medios desempeñan un papel crucial al verificar la autenticidad de las mismas y desacreditar aquellas que sean engañosas.
La colaboración entre medios, instituciones y sociedad civil es fundamental para combatir la desinformación y promover la alfabetización mediática en un entorno digital cada vez más complejo.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.