Garantizar que las tecnologías del presente y del futuro sean morales y que no aumenten las discriminaciones es un reto que se encara los gobiernos y las instituciones. Sin embargo, mientras que la conectividad aumenta, aún estamos lejos de que su beneficio sea igualitario. El informe La Sociedad Digital en España 2023 de Fundación Telefónica prueba que el planeta de Internet prosigue avanzando, mas el control persisten en las manos de pocos. Solamente 6 plataformas digitales producen más de la mitad del tráfico total de la red. Y mientras que el noventa% de los europeos tienen acceso a este cauce de información, esta cantidad no alcanza el cuarenta% en África.
El tráfico en la red de redes aumenta sin parar y en torno a un treinta y cinco% anualmente, mas solo 6 grandes compañías producen más de la mitad de este movimiento. Alphabet, la matriz de Google, controla el veintiuno% del total, seguido por Meta, con un quince%. Luego están Netflix (nueve%), Apple y Amazon (cuatro%) y Microsoft (tres%). Según el informe, eso se traduce en unos costos más elevados para los operadores de redes en la Unión Europea. Por lo que, el informe insiste en que “urge desarrollar una propuesta legislativa que aborde las asimetrías del poder de negociación en el ecosistema digital, de forma que los grandes originadores de tráfico paguen un precio justo y razonable por los servicios que se les prestan”.
“Tenemos que replantear si es justo que tan solo seis compañías globales, ninguna con origen europeo, estén acaparando más del 50% de los recursos de red, de los que debemos disfrutar a todos los ciudadanos. Esto es como si nada más que seis grandes compañías de transporte acapararan más del 50% de las autopistas, no parecería muy correcto ni lo más equitativo. Es el tipo de materia que tenemos que seguir peleando”, ha asegurado Sergio Oslé, consejero encargado de Telefónica España, a lo largo de la presentación del informe este martes, en Madrid.
El otro reto por solventar es el efecto caja negra de la inteligencia artificial. El informe especifica una investigación llevado a cabo por IBM en el mundo entero, que mostraba que más de la mitad de las compañías que usan inteligencia artificial aceptan que no monitorean el origen de los datos que la nutre, no pueden explicar las resoluciones que toma y tampoco tiene políticas morales para eludir a los cortes.
En esta muestra, más del sesenta% de las compañías aseveraron que no pueden explicar con certidumbre las resoluciones que toma la inteligencia artificial, no controlan el origen de los datos que usan para alimentar a los sistemas de aprendizaje automático y que tampoco han desarrollado una política moral en torno a su forma de aplicarlos. Finalmente, un cincuenta y nueve% reconocen no tomar medidas ante posibles ciberataques que puedan trastocar el adecuado funcionamiento de los algoritmos.
Un inconveniente específico de esos descuidos es cuando, por poner un ejemplo, una compañía usa inteligencia artificial para efectuar una preselección de aspirantes. Si el algoritmo entrenado para identificar los perfiles perfectos ha empleado los datos de las peculiaridades de los empleados contratados en los últimos tiempos, y que entre estos hay una proporción mínima de mujeres, el sistema puede aceptar equivocadamente a escoger que las mujeres son menos preferibles que los hombres y, en consecuencia, descartar por adelantado a las aspirantes.
Pablo Gonzalo, responsable global de Conocimiento y Cultura de Fundación Telefónica, matiza que la inteligencia artificial ya produce, y va a producir, muchas ocasiones, por poner un ejemplo, en el campo sanitario y de diagnóstico de enfermedades. Sin embargo, para eludir los cortes, la discriminación y que es una tecnología que se desarrolla bajo criterios éticos, hay mucho por hacer. “La asignatura pendiente es conseguir que todos los sistemas de inteligencia artificial y todas las empresas se conciencien mucho más sobre la necesidad de monitorizar los sistemas. Es preocupante porque la inteligencia artificial aprende de los datos y si los datos están sesgados, inevitablemente va a ofrecer conclusiones sesgadas”, explica Gonzalo a Forbes Hispano.
La falta de talento en España
España ocupa el séptimo puesto en concepto de digitalización entre los estados miembros de la UE, dos puestos más arriba que el año pasado, y únicamente es superada en este campo por Finlandia, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Irlanda y Malta. Mientras dispone de una dotación de infraestructuras muy avanzada, está bajo la media europea tratándose de talento digital, como en especialistas en ciberseguridad y desarrollo web.
Y hay una brecha de género que no se consigue cerrar. Entre dos mil doce y dos mil veintiuno, la cantidad de mujeres en las profesiones TIC no ha aumentado ni tan siquiera el 1%. En prácticamente una década, pasó de ser el dieciocho con siete% hasta el diecinueve con cuatro%. Según estiman, con esos factores, deberían pasar treinta y dos años hasta el momento en que el número de mujeres ocupadas en actividades digitales se compare al de varones. “Llevamos muchos años todas las instituciones intentando a que haya más vocaciones femeninas en el ámbito de STEM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas] y, sin embargo, no parece estar funcionando. Creo que uno de los principales elementos son los referentes, es decir, que realmente cada vez haya más mujeres en el ámbito tecnológico y que sean referentes para las niñas”, agrega Gonzalo.
El informe asimismo resalta que la práctica del trabajo a distancia no ha mantenido el volumen que desplegó a lo largo de la pandemia, sino ha descendido desde ese momento. Entre principios de dos mil veintiuno y finales dos mil veintidos, el número de personas activas que teletrabajan ha caído del diecisiete% al doce%. Además, el porcentaje de empresas que dejan la vía telemática asimismo ha caído del cincuenta% en dos mil veintiuno al cuarenta% dos mil veintidos. Pero es una cosa que afectó más a las pequeñas empresas. Mientras se puede comprobar que en las compañías con más de doscientos cincuenta empleados el trabajo a distancia se ha transformado en algo permanente, con una alteración de solo dos puntos, en las pequeñas ha caído alrededor de diez puntos.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.