Cruise se ha quedado sin permiso de operación en San Francisco. El Departamento de Vehículos Motores de California (DVM), la máxima autoridad estatal del transporte, ha retirado la autorización a la compañía de taxis autopilotados tras acusarla de esconder información tras incidentes de tránsito. Cruise lleva semanas bajo los reflectores nutriendo las dudas sobre su seguridad vial, singularmente desde el instante en que una de sus unidades arrollase a una mujer en el centro de la urbe californiana, provocándole heridas de gravedad.
De pacto con Vice, el primer medio en informar la suspensión a Cruise, aquel accidente ocurrido la noche del dos de octubre es el responsable del castigo a la compañía. El accidente se registró en el cruce de Cinco y Market, una zona muy frecuentada de la urbe. Una transeúnte cruzó por el paso de peatones y fue golpeada por un vehículo tripulado color verde. De pacto con el relato de la compañía, este golpe lanzó a la mujer en exactamente la misma dirección que la trayectoria del taxi, que iba vacío. El turismo autónomo frenó de forma violenta para disminuir al mínimo el golpe, mas la mujer quedó atrapada bajo el eje trasero del vehículo.
El DVM asegura que los representantes de Cruise no mostraron en un inicio todo el material grabado por las múltiples cámaras del robotaxi. De pacto a los reguladores del transporte, las primeras imágenes compartidas por Cruise solo mostraban de qué manera el vehículo frenó tras haber golpeado a la mujer. El departamento, no obstante, consiguió de otra instancia federal material auxiliar. En esa nueva grabación, las autoridades vieron que el taxi, tras el impacto, efectuó una maniobra para estacionar. “Esto indica que los coches de Cruise pueden no tener la habilidad para responder después de incidentes que involucren a peatones”, afirma el DVM.
Cruise, no obstante, discute la versión de las autoridades de California. En las redes sociales, la compañía asevera que su personal mostró de forma “proactiva” toda la información al departamento estatal, como a otras dependencias federales y locales. “Estuvimos en contacto constante con los reguladores para resolver todas sus preguntas y asistir a la policía para identificar al coche que atropelló a la mujer y huyó”, asegura el comunicado. Cruise, sin embargo, señala que están examinando la contestación del vehículo autónomo a este “evento extremadamente raro”.
El del dos de octubre no ha sido el único accidente protagonizado por un taxi de Cruise. La empresa fue obligada a reducir el número de unidades en operación tras un par de incidentes registrados en el mes de agosto. Las autoridades de San Francisco redujeron a cincuenta automóviles, desde cien, el máximo de unidades que podían operar a lo largo del día. El número de taxis nocturnos pasó de trescientos a ciento cincuenta.
Uno de los taxis chocó el diecisiete de agosto con un camión de bomberos que se dirigía a atender una urgencia. La empresa explicó que el vehículo autónomo no advirtió a tiempo el vehículo de rescate, que transitaba en sentido opuesto para saltarse el semáforo en colorado. Un par de edificios bloquearon la visión de las cámaras de la unidad. El otro accidente ocurrió aquella noche de jueves una vez que un turismo con conductor se pasase un semáforo e impactase a un Cruise sin pasajeros.
En agosto, esta compañía y su más próximo contendiente, Waymo, recibieron el visto bueno de los reguladores para ofrecer el servicio las veinticuatro horas del día. El permiso quitaba límites al número de vehículos que podían estar desplegados en las calles o al kilometraje que podían registrar los taxis. Los trescientos automóviles que tenía Cruise eran solo una fracción equiparada con las más de diez unidades de Uber y Lyft en San Francisco. Ahora Cruise interrumpe su servicio. De instante, no se sabe cuánto tiempo va a durar el castigo.
Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.