El mundo cambia a gran velocidad, tal vez, demasiada. Revolución tecnológica, diversas crisis y conflictos son algunos de los frentes a los que atender. Y todos merecen una profunda reflexión y un constante debate entre los distintos agentes que tratan de darles solución. Esa ha sido la premisa del Web Summit 2023 que se ha celebrado en Lisboa. Más de 70.000 asistentes y 800 ponentes procedentes de 160 países con un único objetivo: intercambiar ideas acerca del papel que pueden jugar la tecnología o el emprendimiento en este nuevo orden mundial. Banco Santander ha tenido una destacada presencia en esta edición del evento a través de uno de los ejes de su acción social: el emprendimiento. Y es que en Lisboa han estado presentes 32 de las startups del ecosistema emprendedor Santander X 100 de la entidad, además de los 6 ganadores del reto global de ciberseguridad, ‘Santander X Global Challenge | Cyberprotect the future’.
Una de esas jóvenes empresas es Crowmie, un proyecto que, con apenas un año de vida, encarna a la perfección las dos grandes claves sobre las que se asentarán las empresas del futuro: sostenibilidad y digitalización.
Emprendimiento verde
Crowmie es una green-fintech que está cambiando la forma tradicional de invertir en activos de energías renovables. Permite a cualquier persona invertir en proyectos fotovoltaicos a través de una plataforma de inversión autoexplicativa que ofrece la flexibilidad de una bolsa de valores. Los usuarios pueden invertir en cualquier activo disponible en un mercado global a partir de 100 euros, sin procesos burocráticos y con la opción de liquidar la inversión en cualquier momento. “Facilitamos que cualquier persona del mundo pueda invertir en proyectos solares de autoconsumo industrial a través de nuestra plataforma”, resume Fernando Dávila, el CEO de esta iniciativa empresarial.
Crowmie permite a cualquier persona invertir en proyectos fotovoltaicos a través de una plataforma de inversión autoexplicativa que ofrece la flexibilidad de una bolsa de valores
“Normalmente, cuando hablamos de activos físicos como son las instalaciones fotovoltaicas, lo primero que piensas es que vas a tener que mantener esa inversión durante mucho tiempo antes de rentabilizarla. Lo que nosotros hemos hecho es desarrollar herramientas financieras en la plataforma que automatizan tanto los procesos de captación de capital como los de devolución de rendimientos, y además garantizan que puedas vender tus activos en el momento que quieras”, explica este emprendedor.
Por término medio, los inversores están tardando entre 2 y 3 meses en ver el fruto de su aportación. La plataforma está dando unos rendimientos de entre el 8 y 12% anuales, que se abonan mensualmente. ¿Quién puede invertir en Crowmie? “Todo el mundo”, zanja Dávila. “Nuestra prioridad es hacer que la plataforma sea accesible para personas de cualquier edad, desde los 18 hasta los 90 años. Además, para participar no se necesita ningún conocimiento previo de estos mercados, ya que nosotros nos encargamos de explicar en la plataforma los riesgos y oportunidades de manera comprensible”, agrega.
Cómo funciona
Invertir en Crowmie es muy sencillo. Una vez se inscribe el usuario y su formulario es validado, ya puede realizar su inversión. A cambio, recibe una serie de tokens que puede vender en cualquier momento a otro inversor. Las aportaciones de los participantes se utilizan para construir instalaciones que producen electricidad renovable. Ésta se vende a la red y también es autoconsumida por la propia instalación. Finalmente, los beneficios de esa venta se reparten entre los inversores en función de la cantidad de participaciones que ostenten.
Una vez que el usuario se inscribe y su formulario es validado, ya puede realizar su inversión a partir de 100 euros
Todas las operaciones de Crowmie están supervisadas y ejecutadas por abogados y financieros especialistas. Se firma un contrato PPA para establecer un precio mínimo por la venta de la energía y asegurar así un interés mínimo. Además, la empresa de la instalación tiene la obligación de autoconsumir la energía generada durante la vigencia del contrato. El contrato asegura el derecho a recibir no solo la parte de inversión que corresponda al principal, sino también, los beneficios generados por la venta de la energía.
Un proyecto de tres
Crowmie es un proyecto emprendedor formado por tres socios: “Pablo Valverde se encarga del marketing y trabaja en la creación de la comunidad de inversores; Joshua Cleveland es el responsable del desarrollo de la plataforma tecnológica, y yo me ocupo de la parte financiera y operativa, de la dirección y de las relaciones con el ecosistema emprendedor”, explica Fernando Dávila. Sobre cómo surgió la idea de la empresa, este ingeniero aeroespacial de formación, pero con sólidos conocimientos en renovables, señala que “vimos una oportunidad para crear un proyecto que permitiera diversificar las inversiones de las personas en proyectos de impacto”.
En su aventura, estos tres emprendedores no están solos. Enmarcada en la apuesta que desde hace ya más de 27 años Banco Santander hace por apoyar la educación, la empleabilidad y el emprendimiento con distintas iniciativas y programas, la entidad ha contribuido al desarrollo de esta nueva compañía de la green economy. “Santander nos proporciona contactos, partners, asesoramiento, ayuda económica, nos resuelve dudas, nos da visibilidad, nos presenta a inversores… Su apoyo es un sello de calidad y un valioso refuerzo en muchos ámbitos que permite que los emprendedores tengamos más oportunidades de tener éxito”.
En el caso de Crowmie, ese éxito se traduce en cerca de 200 inversores que han realizado aportaciones en los últimos cuatro proyectos de la plataforma. ¿Cuál es el objetivo que se marca la empresa de cara al futuro? Fernando Dávila lo tiene claro: “Hacer la inversión en activos físicos renovables lo más accesible posible y que ésta sea tan liquida como los mercados financieros. Queremos lograr que nadie tenga miedo a invertir en un activo como son las energías renovables porque no lo conoce o porque crea que se va a quedar atrapado durante mucho tiempo en esa inversión. Nosotros queremos cambiar esa visión, posibilitando inversiones en renovables accesibles, líquidas y que, además, dejen un impacto positivo en el planeta”.