avanzados, mas que puede asistirle a comprender y conseguir un conocimiento inicial sobre la materia
Los emprendedores, cuando ya tienen la idea de negocio, deben tomar muchas resoluciones. Y una de ellas es la estructura legal que va a tener la
empresa, a fin de que sea la más conveniente a sus intereses, ya que puede tener un impacto significativo en su éxito en un largo plazo. Hay múltiples opciones
libres, y cada una tiene sus ventajas y desventajas. En este artículo, se explorarán ciertas consideraciones clave que deben
tenerse en cuenta al escoger la estructura legal para una start-up.
Una de las opciones más habituales para una start-up es la estructura legal de una sociedad de responsabilidad limitada (LLC, por
sus iniciales en inglés). Una LLC combina la protección de responsabilidad limitada de una empresa con la flexibilidad operativa de una sociedad de
personas. Esto quiere decir que los dueños de una LLC, conocidos como miembros, no son personalmente responsables por las deudas o responsabilidades
de la compañía. Además, las LLC acostumbran a tener menos formalidades y requisitos de presentación que las corporaciones, lo que las hace atractivas para las
start-ups que procuran una estructura más diligente y menos burocrática.
Otra opción a estimar es la estructura legal de una empresa, ya sea una empresa de responsabilidad limitada (CRL) o
una corporación S. Las corporaciones ofrecen una separación clara entre los dueños y la compañía, lo que quiere decir que los dueños no son
personalmente responsables de las deudas o demandas de la compañía. Las corporaciones asimismo tienen el beneficio de permitir la emisión de acciones y la
atracción de inversores externos de forma más simple que otras estructuras legales. Sin embargo, las corporaciones pueden requerir más formalidades y
cumplimientos legales, lo que puede resultar más costoso y requerir más tiempo y esmero por la parte de los creadores.
Además de las opciones citadas previamente, hay otras estructuras legales menos comunes que podrían ser convenientes para determinados casos
concretos. Por ejemplo, las compañías de tecnología acostumbran a estimar la opción de una estructura legal de sociedad de responsabilidad
limitada de inversión (LLLP). Una LLLP es afín a una LLC, mas deja la incorporación de inversores externos como asociados limitados. Esto
puede ser atrayente para las start-ups que procuran atraer capital externo sin comprometer el control o la administración de la compañía.
Al tomar una resolución sobre la estructura legal de una start-up, es esencial estimar asimismo los impuestos. Algunas estructuras legales
pueden tener ventajas fiscales concretas, por lo que es conveniente preguntar a un profesional o a un consultor fiscal para valorar las implicaciones
fiscales de cada opción.
Además, es esencial tomar en consideración los planes para el futuro de la start-up. Si se espera medrar de manera rápida y buscar financiación externa, una
estructura legal que facilite la emisión de acciones y la atracción de inversores podría ser más conveniente. Por otro lado, si se espera sostener la
empresa como una operación más pequeña y controlada por los creadores, una estructura legal más fácil y menos formal puede ser suficiente.
Así que la elección de una estructura legal es cosa del emprendedor, del empresario, y ha de tomar en consideración muchas variables, mas siempre y en todo momento
atinar en lo que mejor le viene a su empresa, ya que después de todo, esa estructura legal le acompañará a lo largo de muchos años.