Ahora que los viajes han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, los viajantes recorren el planeta en pos de nuevas experiencias. Como uno de los primordiales facilitadores de esos viajes, American Express efectúa encuestas periódicas para saber de qué forma, dónde y por qué viajan sus titulares. Ayer se publicaron los resultados del Informe sobre Tendencias Globales de Viajes dos mil veintitres de American Express Travel, en el que se especifican las conclusiones de ocho mil encuestados de todo el mundo: dos mil en EE.UU., mil en Australia, Canadá, India, Japón, México y Reino Unido, todos ellos con unos ingresos familiares superiores a setenta dólares estadounidenses y que viajan en aeroplano cuando menos una vez al año.

En general, los resultados muestran que los viajes prosiguen en alza: el ochenta y cinco% asevera que hará dos o más viajes de ocio este año; el setenta y cuatro% asevera que tener una experiencia de viaje superior es más esencial que el coste; el setenta y ocho% asevera que viajar es una prioridad presupuestaria esencial. Sin embargo, los destinos se dividen entre las opciones conocidas y las nuevas.

La histórica urbe de Perast, en la bahía de Kotor (Montenegro), un destino emergente y poco conocido en Europa. GETTY

Para el ochenta y nueve% de los encuestados, «nuevo» es indudablemente un término que les suena bien: quieren ir a destinos poco conocidos en vez de a las urbes turísticas más conocidas, explorar verdaderamente esos destinos a nivel granular y respaldar a las comunidades locales. Esto es en especial cierto en el caso de los encuestados de la Generación Z y la Generación Millennial, que en mayor número que otros encuestados expresan el deseo de descubrir un nuevo sitio de vacaciones ya antes que el resto, adquirir en lugares pequeños, locales y genuinos cuando están allá y probar el destino como lo hacen los lugareños.

Vista de la plaza primordial del casco viejo de Noto, Sicilia, donde se rodó un episodio de la serie de HBO The White Lotus. GETTY

Los viajantes que decidieron ir a Sicilia este año pueden haber tomado su resolución tras ver la segunda temporada de «The White Lotus», lo que prueba otra tendencia llamada Set Jetting: viajar a lugares que han visto en la pantalla, ya sea TV, películas o redes sociales. La generación Z y la generación Millennial asimismo lideran esta categoría, ya que acostumbran a escoger destinos que han visto en esos medios, en especial en Instagram y Tik Tok, y, por ende, lugares que saben que van a quedar bien en sus fotografías en esas plataformas.

Mirando al Océano Atlántico desde Providenciales, en las Islas Turcas y Caicos. GETTY

Las vacaciones de bienestar han estado en apogeo en los últimos tiempos, en una gran parte debido al agobio inducido por la pandemia y prosiguen estándolo. El ochenta y ocho% de los encuestados asevera que este año va a gastar tanto o más en esas vacaciones en hoteles como Amanyara, en Turcas y Caicos; The Cape, A Thompson Hotel, en Cabo San Lucas (México); y One & Only Cape Town, en esa urbe sudafricana. El setenta y cinco% jura que va a desconectar/olvidar sus teléfonos a lo largo de las vacaciones para progresar su salud mental, y muchos de ellos tienen la pretensión de participar en experiencias como explorar sendas de senderismo/playa, visitar una playa privada y percibir un masaje/facial. El cuarenta y tres% escoge un hotel por sus instalaciones de bienestar y el sesenta y ocho% escoge destinos rodeados de naturaleza para progresar su claridad mental.

Otra tendencia que ha ido en incremento y prosigue haciéndolo este año es escoger un sitio de vacaciones en función de su papel culinaria: el ochenta y uno% de los encuestados asevera que probar la cocina local es la una parte del viaje que más les apetece. Un número menor –37%– planea visitar un restaurant conocido específico. Otros se inclinan más por una experiencia gastronómica pura, genuina y fácil, el género de viaje culinario que ahora atrae más al reputado chef de origen israelí Michael Solomonov, ganador del premio James Beard, entre cuyos restoranes se hallan Zahav, en Filadelfia, y Laser Wolf, en Williamsburg, Brooklyn.

Una cabaña de cangrejos en la costa de Oregón, el género de experiencia gastronómica pura preferida del chef Michael Solomonov. GETTY

«Cuanto mayor me hago, los gratos recuerdos que tengo y que conforman mi forma de meditar sobre el alimento no proceden de restoranes con calificación Michelin, sino más bien de los pequeños locales que han abierto por el hecho de que eso es lo que hacen, generaciones de personas que han hecho lo mismo a lo largo de un buen tiempo. Se puede degustar el ánima. Eso es lo que me encanta», afirma. Destaca la costa sur de Oregón, donde se detuvo por casualidad en un puesto de cangrejos Dungeness y comió cangrejos con mantequilla extraída que describe como «no recuerdo haber comido nada tan bueno nunca». Otras experiencias recordables son el ceviche de uno de los locales del pueblo de Quepos, al lado del complejo turístico en el que se alojaba en Costa Rica, y el vibrante granizado de una chabola cerca de un camino de la Costa Amalfitana italiana, rodeado de limones, higos y aceitunas.

Positano, en la Costa Amalfitana italiana, vista desde un limonar. GETTY

No es que ignore por completo los restoranes más serios, mas no acostumbra a peregrinar a los más conocidos. Sugiere fijarse en la oferta de las urbes de segunda categoría de Estados Unidos, donde el menor costo de la vida y la diversidad de las comunidades de inmigrantes crean una enorme riqueza de experiencias gastronómicas, como los geniales restoranes vietnamitas y camboyanos de Filadelfia. Y cuando se aloje en un hotel, ofrece este sólido consejo. «En sitio de los restoranes que acostumbran a aconsejar, les pregunto dónde irían y sus familias», afirma. «En un restaurant, haga lo mismo con el personal. Pregúnteles qué les agradaría comer. Demuestre que está verdaderamente interesado en el alimento, no en que le impresionen».

Andrea Gomez

San Salvador (El Salvador), 1997. Desde pequeña ha sentido una gran pasión por la escritura y la investigación, lo que la llevó a especializarse en reportajes de impacto social. En su tiempo libre, disfruta de la lectura de novelas históricas y de misterio, y también es una gran amante de la música, especialmente del rock latinoamericano. Además, es una ávida viajera, y ha tenido la oportunidad de visitar algunos países de América Latina y Europa para conocer diferentes culturas y enriquecer su visión del mundo.