EFE.- Las altas tasas de inflación que se han presentado en México a lo largo de más de un año se han ido “comiendo” poquito a poco a las taquerías de la capital, donde ciertas se discuten este día del taco entre acrecentar los costos o enfrentar el abismo del cierre.

En las taquerías que abundan en las calles que rodean la rotonda SCOP, una de las más conocidas de Ciudad de México, situada en la colonia Narvarte, taqueros consultados por EFE con ocasión del día del taco, que se festeja este viernes, aseguraron que la inflación ha perjudicado a toda la cadena taquera.

El incremento de los costos de las materias primas afecta a los puestos y en la infinidad de comensales que día a día, a cualquier hora, se llevan a la boca el platillo más representativos de la gastronomía mexicana.

“Sí nos ha afectado bastante (la inflación) empezando por (el precio) que los criadores de los animales nos dan, subió bastante el precio de la carne”, explicó Vicente Gutiérrez, gerente de un puesto en el tianguis de la calle Tajín.

Foto: EFE/Mario Guzmán

Gutiérrez vende barbacoa y aseguró que ahora paga un sesenta% más por la materia prima. “El carnero es lo más caro que hay”, afirmó.

Como a él, le ha sucedido a otros taqueros de la zona que se han visto obligados a subir sus costos hasta diez pesos, perder clientes del servicio y, en ciertos casos, registrar pérdidas económicas que exponen su continuidad.

“Ya no tenemos la misma clientela y obviamente lo reflejamos en las ventas, que han bajado mucho”, lamentó Federico Garnica, que dirige la taquería Los Primos y que acostumbraba a trabajar a un par de locales de distancia, en “El Joven”, expertos en tacos de canasta.

La primera quincena de marzo la inflación en México cerró en un setecientos doce%, mas el inconveniente viene de atrás: el pasado agosto, el país registró su tasa inflacionaria más alta del siglo, del ochenta y siete%.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tasa de alteración anual del coste de la tortilla de maíz se ubica en ciento cuarenta y tres%, el frijol en el doce y setenta y tres% y carnes como la de res o el pollo un cuatro% y un cuatro.9%, respectivamente.

Los entrevistados asimismo resintieron el encarecimiento de la verdura, el limón o el queso, del mismo modo esenciales para el taco.

Foto: EFE/Mario Guzmán

‘HE VISTO NEGOCIOS CAER’

Esta frágil situación, que afecta a una buena parte de las economías mundiales, deja colgando de un hilo a las taquerías y los puestos de la calle de México, que dependen de sus ventas al día para sobrevivir.

“Yo he visto negocios caer, de acuerdo a los incrementos tanto de los productos alimenticios como de las rentas. Es tanto el aumento (de los precios) que ya no puede subsidiarse el negocio”, expuso Garnica.

Mientras que Gutiérrez, sin llegar al extremo del cierre, es uno de los que lo ha vivido en primera persona.

“(La inflación) provoca pérdidas y desempleo, hemos dejado sin trabajo a varias personas (tres). Actualmente somos cinco (empleados) y somos familia”, comentó.

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TRADICIÓN ANTES QUE INFLACIÓN

Pese a todo, a las catorce horas, cita en la que millones de mexicanos aprovechan para salir comer y después volver al trabajo, el puesto de tacos de Gutiérrez y todos y cada uno de los lindantes están a rebosar de clientes del servicio.

La costumbre de comer este tradicional platillo, para los entrevistados, tiene más peso que el incremento de los costos.

“Sí ha afectado un poco (la inflación), porque han subido un poco (los precios), pero no es tanto como para que dejes de consumir. Aquí se consume prácticamente a diario”, manifestó Víctor Hugo Martínez, mientras que llevaba unos tacos para comer en su centro de trabajo.

Mónica Flores, sentada en la terraza de la taquería árabe Hayito, negó que la inflación haya alterado sus hábitos de consumo.

“Al fin y al cabo, soy mexicana y me gustan los tacos”, afirmó.