Desde la creación de la Secretaría Técnica y Administrativa de la Comisión Nacional de Medio Ambiente -el primer organismo de gobierno ligado a estas materias y que en ese entonces dependía del Ministerio de Bienes Nacionales- en 1990, a cuando Medio Ambiente pasó a tener su propio ministerio, en 2010, durante la administración de la expresidenta Michelle Bachelet, que los cargos de la primera línea eran mixtos o derechamente sólo ocupados por hombres.
No obstante, a 8 de marzo de 2023, la historia es otra. En el primer gobierno de Chile declarado abiertamente feminista -uno de los tres ejes de su agenda son los temas de equidad de género- también es la primera vez que hay tres mujeres a la cabeza de la institucionalidad ambiental: desde el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) y el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Se trata de la ministra Maisa Rojas -una de las 30 Mujeres Poderosas 2022 de Forbes Hispano-, la superintendenta Marie Claude Plumer, y la directora del SEA, Valentina Durán.
“Estamos viviendo una crisis de degradación medio ambiental muy severa en Chile y en el mundo. Lo podríamos llamar una crisis de cuidado, por una mala relación con nuestro entorno. Y el cuidado, históricamente ha sido un rol de mujeres. Ahora, eso tiene que cambiar”. Maisa Rojas, ministra de Medio ambiente.
Una vida ligada a la naturaleza
Los acercamientos de la ministra Maisa Rojas con el medio ambiente se dieron desde muy pequeña. Su niñez la vivió en Alemania, en una zona que pese a ser ciudad, tenía gran parte de naturaleza a su alrededor. “Tenía mucha posibilidad de ir a jugar al bosque, a los lagos, y de poder moverme muy libremente. Incluso había una especie de terreno baldío frente al colegio en el cual jugábamos. Tenía unas pequeñas colinas y en invierno, cuando se congelaba el agua, andábamos en patines sobre hielo. En un momento nos enteramos que iban a construir un edificio en ese espacio. Esa fue mi primera protesta, a los 8 años”, cuenta a Forbes Hispano.
La directora Valentina Durán, al igual que la ministra, siguió su vocación desde la cercanía de su familia con la naturaleza, a través del gusto por acampar. De recordar a su madre exclamando ‘somos millonarios’, llena de felicidad, frente al mar o una cascada. Y pese a que en sus primeros años de vida quiso ser ecóloga o astronauta, terminó escogiendo Derecho, sin saber que más tarde, tras asistir a una charla con Sara Larraín entorno a la Cumbre de Medio Ambiente de Río en 1992, se comenzaría a interesar por la protección de la naturaleza.
La superintendenta Marie Claude Plumer también creció rodeada de naturaleza, y sobre todo, de lo verde: Nació en Puerto Aysén, pero su niñez y adolescencia la vivió en Valdivia, ciudades en la zona sur y austral de Chile. “Mi madre ha sido siempre una gran influencia para mí. Ella, sin tener una formación profesional, tenía una sensibilidad especial respecto a todo lo que implicaba su entorno. Y nos reíamos junto con mis dos hermanos, porque ella siempre decía que nos maravilláramos con las cosas, con el entorno, con las flores, los paisajes del sur. Teníamos 7, 8 y 10 años. Uno lo da por hecho pero luego no es tan así”, recuerda. “Con esos ejemplos vamos tomando conciencia de que maravillarse con el entorno no es tan evidente. Es parte de la emoción y el cariño cuando se transmite. Por ahí comenzó el interés por esa área. Ahora, en qué momento hice la decisión de hacerlo de forma profesional, diría que fue más al azar”.
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Las tres tienen una trayectoria profesional bastante amplia y destacada, a nivel nacional e internacional: la ministra Rojas es física y doctora en Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Oxford, fue directora del Centro de Ciencia y Resiliencia -entre otros- y ha tenido un rol activo y relevante en torno a las cumbres climáticas de Naciones Unidas, siendo coautora del Quinto Informe del IPCC respecto a las pérdidas y daños generados por el cambio climático, y co-guiando la negociación respecto de dichos antecedentes, resultando en la creación del primer fondo internacional para ayudar a los países más vulnerables por el calentamiento global.
Los caminos de Plumer y Durán vienen desde el Derecho Ambiental. En el caso de la superintendenta, el inicio de su carrera laboral coincidió con el retorno a la democracia y cuando el expresidente Patricio Aylwin envió el proyecto de Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, el cual creaba la Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA). “Por esas casualidades de la vida se estaba armando la institucionalidad, y me dijeron que presentara mis antecedentes. Eso hice y el llegar a un organismo nuevo dentro del Estado de Chile, con el objetivo que se perseguía, me capturó por completo. Con lo poco que uno sabía para la época… Desde ahí que nunca lo he dejado”, relata a Forbes.
Durán tenía un poco más de conocimiento sobre el derecho ambiental cuando entró a la universidad, ya que su padre era consultor legal respecto al área. “Tomé los primeros cursos que se impartieron en la Facultad de Derecho de la U. de Chile y logré unir mi vocación con algo que me preocupaba. Aprender de ciencias y no estar restringida sólo al derecho, sino a conocer distintas especialidades, me resulta muy estimulante”, sincera la directora del SEA.
La llegada al gobierno de Gabriel Boric
La ministra ya va por su primer año como parte del gabinete ministerial del Presidente Boric. Durán también, mientras que Plumer ingresó a la SMA el 3 de enero de este año, tras ser seleccionada por Alta Dirección Pública para dirigir la entidad fiscalizadora.
– ¿Cómo fue su reacción cuando el Presidente la llama y le dice que la quería en Medio Ambiente?
M. Rojas: “Al inicio, sinceramente no pensé que me iba a llamar. Después cuando me llamó pensé que sería para el Ministerio de Ciencias, y ya una vez hablando y empezando a armar lo que haríamos en el MMA, sabíamos que el Presidente tiene la posibilidad de nombrar a 12 directores que concursan por Alta Dirección Pública, y mirando la institucionalidad ambiental con el objetivo de fortalecerla, el SEA era estratégico. Convencimos al Presidente de esa mirada, le propusimos el nombre de Valentina y aceptó. Muy agradecida que haya aceptado porque es un trabajo bien difícil. Recibe muchas críticas y presiones por todos lados. No es fácil. En el caso de Marie Claude, al comienzo la llamé para que fuera la jefa jurídica del MMA, y estuvo con nosotros 8 meses. Quedé feliz con su trabajo. No creo que haya en Chile una persona que sepa tanto de derecho ambiental como Marie Claude. Bueno, hay otras cinco personas más quizás, pero Marie Claude es una de ellas. Luego cuando se abrió el concurso de Alta Dirección Pública para la Superintendencia, nos comunicó que iba a postular, y cuando quedó en la terna, la apoyamos”.
– ¿Cómo han sido estos meses en el MMA, SEA y Superintendencia?
V. Durán: “Cuando me llamó para saber si estaba disponible, lo encontré complicado. Sin embargo, al final fue esa misma dificultad la que me atrajo. Lo pensé un poco y al día siguiente le dije que sí. Y sí, es un cargo complicado porque no todo el mundo queda contento. Necesariamente en un proyecto y en su calificación -aunque no depende necesariamente del SEA sino de las comisiones- siempre hay algunos contentos y otros descontentos, pero me pareció que era un desafío muy interesante que podía permitir plasmar algunas ideas en las que yo ya venía trabajando y que estaban presentes en el programa de gobierno al cual yo adhería, como asegurar una evaluación de impacto ambiental técnica de excelencia para poder dar confianza a todos los actores del sistema, tanto las comunidades como los inversionistas. Elevar las exigencias, al mismo tiempo que dar confianza. En segundo lugar, la posibilidad de participar en la implementación del Acuerdo de Escazú, que fue algo que como académica apoyé mucho y de lo que tengo una gran convicción respecto a la democracia ambiental para el desarrollo sostenible, incluso para la paz, para la convivencia social. Luego la Ley de Cambio Climático, donde era necesario incorporar el cambio climático en la Evaluación de Impacto Ambiental, algo en lo que estábamos en deuda en este momento. Esas razones fueron una motivación y al mismo tiempo se transformaron en los ejes de nuestra gestión en el SEA”.
M.C. Plumer: “Había trabajado en dos oportunidades previas en la SMA, como fiscal en un período relativamente corto, y luego como jefa de la división, entonces no era una institución desconocida respecto de los desafíos. Además, liderar la SMA en esta administración, para mí, era especialmente motivante porque hay cercanía en los lineamientos, como fortalecer la SMA a través de una modificación de la ley. Hay un compromiso del Ejecutivo de avanzar hacia allá firmemente y que es fundamental para lograr ciertos objetivos. A la Superintendencia se le exige oportunidad, eficacia y eficiencia, por lo tanto, nosotros vemos de que el cambio de ley es necesaria. Por otro lado, gestionar un servicio tan importante para la institucionalidad como lo es la Superintendencia es un desafío, también es un regalo. Lo recibo también así, con un equipo de profesionales de todos los estamentos y donde la mayoría lleva muchos años. Ha habido cierta estabilidad en este servicio más allá de los cambios de administración, y también eso le da una impronta bien interesante. Hay cambios que hay que hacer a veces en las jefaturas, los niveles más cercanos y que son razonables que pasen, pero son equipos muy fuertes y que para mí son parte de un pilar fundamental para su funcionamiento”.
– Imagino que eso también le da más fuerza, considerando la crisis medioambiental.
M. Rojas: “Creo que le da un sello especial cuando el Presidente declara que este va a ser el primer gobierno ecologista en la historia de Chile, y a la institucionalidad ambiental que le corresponde dar contenido a eso. Por tanto, por mi lado como supervigilante de la institucionalidad ambiental, siempre he dicho que lo que necesitamos en esta etapa de desarrollo es fortalecerla, así que es una maravillosa coincidencia que estemos tres mujeres a cargo de eso, que nos conozcamos y nos tengamos confianza, haciendo este trabajo en conjunto”.
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– ¿Qué significa para ustedes que en el primer gobierno ecologista de Chile, actualmente hayan tres mujeres a la cabeza de cada institución que engloba a la cartera? Considerando la emergencia climática y la importancia a nivel mundial que tiene esto.
M. C. Plumer: “Cuando se da este hecho, siempre digo que no lo veo como una coincidencia. El acceso de la mujer a puestos de poder es una decisión política. Y cuando la mujer ha avanzado en los siglos, tiene que ir acompañado con decisiones políticas. Puede haber coincidencia, por ejemplo, que con Valentina nos conocemos hace 25 años y formamos el Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile. Esa sí es una coincidencia de la vida, pero la coincidencia de que estén tres mujeres en un cargo de poder no es menor, porque no estamos hablando del segundo o tercer nivel jerárquico, sino de compartir el poder, lo veo como una decisión política y me hace sentido que sea desde esta administración cuando ha sido muy fuerte su decisión de avanzar en igualdad. La brecha todavía es muy alta, pero han habido avances. Y bueno, las tres tenemos largas historias profesionales y eso le da un plus en la madurez de cómo se puede enfrentar una institucionalidad que es altamente exigida y demandada. Y al menos de la Superintendencia el sello es hacer frente a una demanda importante de denuncias. Avanzar en oportunidad y eficacia es un desafío que en mucho de los casos es propio de la Superintendencia”.
V. Durán: “Es un honor poder trabajar con la ministra, a quien conozco desde el área académica. Tengo gran admiración y respeto. También estoy muy agradecida de este llamado, y con Marie Claude que participamos juntas en la formación del Centro de Derecho Ambiental, incluso imaginándolo antes de que existiera, entonces realmente esto nos da la posibilidad de trabajar de una manera muy coordinada y colaborativa, entendiendo desde la importancia de la protección del medio ambiente, pero también en la oportunidad de incorporar el enfoque de género en la gestión ambiental, con mayor sensibilidad. Es algo que ya viene desde el derecho internacional y la agenda 2030 con los objetivos de desarrollo sostenible, el Acuerdo de París, la Ley Marco de Cambio Climático que incluye enfoque de género. Eso nos da una oportunidad de incorporar esa mirada, pero desde un ámbito en que no nos resulta nada extraño a ninguna de las tres. Hay muchas mujeres trabajando en sustentabilidad, temas científicos de cambio climático y de derecho ambiental. Es un área en que hay muchas mujeres, de hecho, en el SEA un 53,8% de los funcionarios son mujeres”.
– ¿Cuál ha sido la mayor dificultad que han vivido como mujeres dentro del mundo de la ciencia y el medio ambiente?
M. Rojas: “Podría hablar varias horas porque al menos a los comienzos de mi carrera, que fueron en Física y donde hasta el año pasado trabajé en una facultad de ingeniería, un ambiente muy masculinizado. Ha sido una carrera bien difícil en la cual la perseverancia y apoyo de colegas, parejas, niños, entre otros, es lo que permitió que esto ocurriera. De que una se mantuviera, pero efectivamente donde las mujeres comienzan a ganar más espacios dentro de las ciencias físicas y matemáticas son en los temas de sustentabilidad. Dentro de la Facultad de Ingeniería de la U. de Chile me ha tocado dar cursos que tengo 30% mujeres de forma muy reciente, y cuando se trata de cursos de cambio climático, hay más del 50% de ellas. A las pocas mujeres que hay, les atraen estos temas. Son espacios que han encontrado donde hay interés y se sienten más escuchadas, valoradas y que pueden aportar más. Y es una muy buena noticia porque los problemas ambientales son temas complejos que tenemos que resolver, que requieren de miradas diversas, y la primera diversidad que tenemos a mano es la de género. Tampoco me parece que es tan casual en el sentido de que estamos viviendo una crisis de degradación medio ambiental muy severa en Chile y en el mundo. Lo podríamos llamar una crisis de cuidado por una mala relación con nuestro entorno. Y el cuidado, históricamente ha sido un rol de mujeres. Ahora, eso tiene que cambiar. Lo que nosotras tenemos que lograr hacer y que estamos haciendo al estar en una posición de toma de decisiones y poder, es que lo que culturalmente aceptamos como principios y valores positivos en el ámbito personal del hogar -porque las mujeres se encargan de cuidar pero en lo privado- los reconozcamos y valoremos en lo público. De transformarnos en una sociedad de cuidado, y eso incluye el cuidado del medio ambiente”.
V. Durán: “De alguna forma, estamos entrenadas para cuidar. Y ahora toca cuidar el planeta. A las tres nos ha tocado verlo desde distintos ámbitos, que tiene que ver con acciones cuyo objetivo o resultado no vas a ver en lo inmediato. Y eso requiere un cierto nivel de perseverancia, generosidad y de mirar el largo plazo. La sustentabilidad es justamente estar mirando a largo plazo. Es un espacio de coordinación y menos competencia”.
M. C. Plumer: “Desde mi profesión que es el derecho, también ha ido hacia una suerte de 50/50, pero al menos a mí me tocó vivir la parte de cuando la carrera era muy masculina. En el ámbito ambiental también ha sido de menos a más, pero falta mucho todavía. Lo vemos en las oficinas de abogados, en las consultoras, donde el liderazgo de la mujer todavía está detrás de una preminencia a los altos cargos masculinos. Son muy pocos los que están liderados por una mujer. Y en las consultas pasa algo similar.
Hoy la superintendencia, al igual que el SEA, está cerca de un 50% de presencia de mujeres, y también somos el primer servicio que está certificado con la norma del Sello Iguala. Eso nos coloca en el desafío de mantener la certificación. Todo está asociado a trabajar en una igualdad y equidad de género”.
“La coincidencia de que estén tres mujeres en un cargo de poder no es menor, porque no estamos hablando del segundo o tercer nivel jerárquico, sino de compartir el poder. Lo veo como una decisión política y me hace sentido que sea desde esta administración, cuando ha sido muy fuerte su decisión de avanzar en igualdad”. Marie Claude plumer, superintendenta del medio ambiente.
Chile y su protagonismo verde en los ojos del mundo
– ¿En qué posición se encuentra Chile respecto a la toma de decisiones y acciones entorno a la crisis mundial medioambiental?
M. Rojas: “Chile tiene una posición de liderazgo bien importante a nivel internacional y ha logrado que esa ambición sea coherente con una política nacional. Esto es particularmente verdad en cuanto a cambio climático, donde no solamente hemos adoptado los acuerdos que haya se hayan generado, sino que esto se tradujo en la Ley Marco de Cambio Climático, que tiene por ley nuestro compromiso de carbono neutralidad. Somos el segundo país en desarrollo que lo tiene después de Fiji, y tenemos compromiso de construcción de resiliencia también. Ahora, lo que es un poco paradójico pero que sigue siendo una buena noticia, es que estamos las tres mujeres acá, pero sigue una silla vacía. Hay un cuarto pilar que falta dentro de la institución ambiental, que es el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas. Y sin perjuicio de eso, igual han habido avances en biodiversidad. Chile tiene muchas áreas protegidas, especialmente en el océano, así que si todo esto lo hemos hecho sin una institucionalidad fuerte y a cargo, imagínense cómo va a ser cuando la tengamos completa. Esperamos prontamente que aquí haya alguien sentado, ojalá sea mujer también. Esa visión de que las dos crisis, como la medioambiental y la de biodiversidad están estrechamente vinculadas, es lo que nos ha permitido ir avanzando. En biodiversidad se nota muy fuertemente que nos falta más el pilar nacional”.
– ¿Cómo respaldan toda la institucionalidad el SEA y la SMA considerando lo geográficamente largo que es Chile? ¿Cómo generar esa confianza en los inversionistas, considerando las exigencias de los proyectos y qué estándar se pretende instaurar para también ser ejemplo a nivel mundial?
V. Durán: “Las exigencias ambientales sólo pueden ir en aumento porque estamos en una crisis de contaminación, de pérdida de biodiversidad y en una crisis climática. No hay planeta B y ya hemos entendido el valor que tiene el capital natural. Así que no hay alternativa. El punto es cómo lo hacemos generando las confianzas necesarias y siendo predecibles. Eso es lo que, al menos como Servicio de Evaluación Ambiental, aspiramos. Estamos trabajando en el desarrollo de guías y criterios de evaluación, para difundir y capacitar a los funcionarios y funcionarias del SEA como consultarías en general. Es un trabajo cotidiano y de mucho rigor para ir compartiendo la forma en que se van elevando los estándares, pero quiero decir que se elevan porque tenemos una legislación y normativa que también va elevando sus exigencias. Ya Chile ha adoptado un principio de no regresión en su derecho. En el SEA ejecutamos política pública, no la definimos, y eso obedece a nuestro sistema jurídico. En ese sentido, queremos dar las mayores claridades a quienes quieren invertir en el país, de que necesitamos que ingresen proyectos robustos en lo técnico. Bien preparados, con buenas consultorías y por eso tenemos las puertas abiertas al diálogo y poder explicar cuáles son nuestros criterios, y que esos proyectos vengan con un buen relacionamiento comunitario, que se inserten como buenos vecinos”.
M. C. Plumer: “Estoy de acuerdo en el liderazgo que ha tenido Chile en todo el proceso de negociación internacional, en biodiversidad. La dificultad está en cómo llevamos los compromisos internacionales al país y luego, lo que se aprueba cómo se ejecuta. Y si finalmente eso que se aprueba es eficaz. Ahí se abren muchas discusiones y una de esas líneas es su cumplimiento. A veces la norma puede ser una letra muerta. O la autorización de funcionamiento que se otorgó no tiene un relato con su cumplimiento. Entonces, para la SMA es bueno el priorizar respecto al cómo conciliar estos grandes compromisos internacionales que se transforman en cambio climático, agenda 2030 u otros. No se puede todo. Y una de las líneas de priorización es la gestión hídrica. En lo personal, estoy agregando fuertemente la biodiversidad, entendiendo que también ahí está el agua, las especies, áreas protegidas y el ecosistema. Si hay que focalizar los esfuerzos en materia de fiscalización, vamos a ver dónde están las actividades en las áreas protegidas, dónde se está haciendo especial uso del recurso hídrico asociado a comunidades con escasez hídrica. No es un trabajo de dos o tres meses, es al menos de mediano plazo para efectos de los resultados”.
– ¿Cómo proyectan que se viene este año en términos medio ambientales para el país?
M. Rojas: “Espero que se apruebe el Servicio de Biodiversidad de Áreas Protegidas y así tener el cuarto pilar de la institucionalidad de Medio Ambiente. Con eso me doy por pagada”.
M. C. Plumer: “Una ya no es una ciudadana de la calle. Tenemos un rol que cumplir en la institución donde nos toca. En este rol, queremos hacer todo lo que esté a nuestro alcance. Ojalá logre convocar a todo el servicio a trabajar en ciertos lineamientos. Tengo mucha esperanza en el proyecto de ley de Fortalecimiento de la Superintendencia de Medio Ambiente. Eso va a ser un hito muy representativo de la necesidad que hay y cómo eso va a implicar toda una mejora a la institucionalidad. El desafío propio, con todo el equipo de la SMA, es cumplir con nuestras metas comprometidas de gestión asociado a programación, subprogramación, mejorar la gestión de las denuncias. Estar más cerca de los territorios. Ser más oportunos.
– ¿Cuántas denuncias suele recibir la Superintendencia de Medio Ambiente?
M. C. Plumer: “En promedio anual, unas 6 mil. En total, desde la fecha de la creación de la SMA hasta hoy llevamos más de 25 mil, y eso, a partir de 2019 fue exponencial a partir de un portal ciudadano. La incidencia fue muy fuerte. Dentro de las 6 mil denuncias al año, gran parte es por ruido urbano y que consume parte muy importante las capacidades instaladas de la SMA. Una cuestión que el legislador de años 2010 no previó. No lo vio. A los días de la puesta en marcha de la SMA en 2012, ya habían más de 800 denuncias presentadas. Fue algo que no se visualizó en el diseño institucional y por eso lo relevante de hacer la modificación y hacerse cargo de lo que ha pasado. Si no, se hace insostenible la oportunidad de poder llegar a hacerse cargo de todas las denuncias”.
V. Durán: “El MMA, encabezado por la ministra Maisa Rojas, es quien determina las políticas ambientales en conjunto con los otros ministerios y quienes proponen al congreso los proyectos de ley y reglamentos. A nosotras nos toca asegurar el cumplimiento en normativa ambiental, el SEA en la fase preventiva y al SMA en la fase de cumplimiento, y eso es parte fundamental del Estado de Derecho. También tiene que ver con cómo nos posicionamos en el resto del mundo. En que somos un país serio, en que las reglas e instituciones funcionan y se cumplen. En ese marco, por supuesto que nosotras colaboramos con la ministra en la modernización que se piensa hacer al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), en el marco de las reformas que se vienen vislumbrando para la Ley 19.300 y del reglamento de la Ley de Cambio Climático, además de los ajustes del reglamento de impacto ambiental en general”.
– Cuando comenzamos esta entrevista, cada una contó cómo partió su interés y acercamiento con los temas medio ambientales. ¿Se imaginaban cuando eran pequeñas que iban a estar aquí? ¿Qué les gustaría a ustedes imaginar para las niñas del futuro?
M. Rojas: “Yo no me lo imaginaba, pero lo más importante es que las niñas del futuro no tengan ningún techo de imaginarse donde quieran estar”.
V.Durán: “Sin miedo y sin el techo que nosotras sentimos solamente por el hecho de ser mujeres. Todavía 2/3 de las mujeres han sido víctimas de acoso, y hemos avanzado mucho, pero todavía como sociedad tenemos brechas, estamos bajos en el índice de igualdad de género del Banco Mundial, muy por debajo de todos los países de la OCDE, así que todavía tenemos mucho que avanzar”.
M. C Plumer: “Tengo dos hijas y quiero que nada las defina. Tienen que luchar porque no hay ningún derecho asegurado. Es parte de mi mantra. Si una logra derechos, nos damos cuenta que ninguno de ellos está asegurado por parte de nosotras. Hoy por lo menos, si puedo influir eso en mis hijas, quiero que hagan lo que ellas determinen y nada ni nadie las defina”.
“De alguna forma, las mujeres estamos entrenadas para cuidar. Y ahora toca cuidar el planeta. A las tres nos ha tocado verlo desde distintos ámbitos que tienen que ver con acciones cuyo objetivo o resultado no se van a ver en lo inmediato. Y eso requiere un cierto nivel de perseverancia, generosidad y de mirar el largo plazo”.
Valentina Durán, directora del servicio de evaluación ambiental (sea).
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Rosario (Argentina), 1995. Graduada en la Universidad de Buenos Aires, donde estudió Comunicación Social y se especializó en periodismo económico. Actualmente trabaja en como editora de finanzas y negocios, cubriendo noticias y tendencias sobre la economía del mundo hispano. En su tiempo libre, a Camila le gusta leer sobre temas de inversión y finanzas personales, y disfruta de los videojuegos y de tocar la guitarra.