¿De qué forma puede capitalizar una marca de relojes su experiencia con el engaste de gemas, su familiaridad con materiales como el oro y el acero y su inventiva? Lanzando una línea de joyas que vayan a juego con sus relojes, que evite quebraderos de cabeza a aquellas mujeres que no sepan de qué manera conjuntar sus piezas que dan la hora, y, de paso, que complemente el negocio.

Porque la relojería y la joyería están íntimamente relacionadas. Las marcas de relojes de postín incluyen en sus filas a engastadores y a especialistas en piedras bellas para crear vistosos ejemplares en los que los diamantes acostumbran a ser los protagonistas. ¿Por qué no iban a trasladar sus conocimientos a pulseras, collares, colgantes y pendientes?

Hay firmas de relumbrón que se sienten igualmente cómodas fabricando relojes que moldeando alhajas. Piaget, Cartier, Bvlgari y Chopard son ciertas de ellas. Otras enseñas principalmente relojeras lo hacen, si bien de forma residual. Patek Philippe, por servirnos de un ejemplo, realiza de forma artesanal joyas cuyo diseño toma del de sus relojes, para aquellas clientas que desean vestir combinadas. Pero no las promociona, pues son una salvedad y en ningún caso pertenecen a una compilación ad hoc.

Audemars Piguet efectuó hace unos años una cooperación con la diseñadora de joyas italiana Carolina Bucci, que fue la que aplicó en el Royal Oak de la casa la técnica de orfebrería frosted gold en su caja y en su brazalete. Hoy no disponen de joyas que vender, en contraste a estas otras marcas:

Omega

No hay pieza de joyería de Omega que no lleve el ADN de sus relojes femeninos. Ahí están las garras del Constellation, la corona floral del Trésor y los patrones de ondas del Ladymatic. Sus anillos, collares, pendientes, pulseras, charms y colgantes muestran una estética atemporal, sin virguerías, para no llamar mucho la atención. Y siempre y en todo momento están libres para la venta, aun en línea.

Forman una parte de las compilaciones Constellation (la más abundante, con cincuenta y cinco referencias), Aqua Swing, Omega Flower (que incorpora colores, con cabujones de turquesa, malaquita y ónice, entre otros muchos, y con exactamente el mismo diseño floral que la corona del reloj De Ville Trésor), Ladymatic y Omega Dewdrop.

Sus costes fluctúan entre los doscientos ochenta euros de un fácil anillo de porcelana negra con formas onduladas a los once y seiscientos treinta de un anillo Dewdrop de oro blanco con un diamante solitario en forma de pera de un quilate. Si buscas el logotipo de Omega (la letra griega), asimismo lo venden, en forma de charm. Y despachan joyas para hombre, como pulseras náuticas, gemelos y anillos.

Franck Muller

El pasado diciembre, esta firma lanzó su compilación de joyería, que es como sus relojes: escapa de la discreción y se mueve por unos costes elevados. Sus piezas son únicas, y lucen las siluetas de sus familias relojeras, como la manera Cintrée CurvexTM o los grandes números que adornan las esferas. Estos últimos componen la línea de joyas Numbers, y se hallan en oro amarillo, rosa o blanco, con diamantes engarzados o sin ellos y en múltiples tamaños. Cuestan entre dos mil quinientos euros y diez y quinientos euros.

Con los números, añadiéndoles color (verdes, naranjas, negros), asimismo han creado colgantes. Al conjuntar el oro con los diamantes y el esmalte, Franck Muller presenta una extensa gama de pulseras, collares, colgantes, anillos y pendientes. Se adquieren en línea o se entregan a domicilio o en tiendas.

Corum

La forma de barril de la caja de los relojes Golden Bridge de Corum (con su conocido movimiento en forma de baguette) es el motivo de ciertos nuevos pendientes y anillos de esta casa relojera suiza. Los ha efectuado así como Baechtold, un fabricante de joyas alemán con el que se ha asociado a lo largo de más de treinta años. Y emplean diamantes blancos naturales extraídos moralmente y oro de origen ético y/o reciclado. Sus joyas llegan en 4 compilaciones, libres tanto en oro blanco de dieciocho quilates como en oro rojo de dieciocho quilates, como los relojes.

No son algo nuevo en la marca. Ya en los años ochenta y noventa del siglo pasado, el Golden Bridge se presentó en versiones adornadas con oro, platino y piedras bellas, y se ofrecía en forma de colgante para llevar alrededor del cuello en una enorme pluralidad de formas.

Breguet

La web de Breguet dispone de un apartado propio para las joyas de la marca propiedad del conjunto Swatch. Son más barrocas e historiadas que las que hemos visto hasta el momento, y tienen a quién parecerse. Su referencia es el Reina de Nápoles, uno de los modelos femeninos más identificables de la alta relojería. Se caracterizan por su aspecto regio, sobre todo sus collares, que no son para el día a día sino más bien para ocasiones marcadas en colorado en el calendario.

Como el Reina de Nápoles es longevo (data de mil ochocientos diez) y se ha destilado en múltiples versiones, la base de trabajo para la joyería es rebosante. Hay perlas, camafeos florales grabados a mano (como el de las fotografías de arriba), diamantes, turmalinas rosas, zafiros amarillos… Una compilación muy trabajada y original cuyos costes no dan a conocer y que puede hacerte sentir como una reina.