Los entusiastas y seguidores de Warren Buffett han aprendido que su fórmula para el éxito consiste en tomar resoluciones de inversión inteligentes. Pero la inversión puede no ser rigurosamente una elección de dinero. Una vez aconsejó: «Invertir en ti es lo mejor que puedes hacer. Cualquier cosa que mejore tu talento».
Entonces, ¿cuál es buen punto de inicio para «invertir en uno mismo»? Bueno, para Buffett, es no dejar jamás de adquirir conocimientos y poner en práctica una estrategia que prosigue religiosamente: Irse a la cama un tanto más inteligente día tras día.
El Oráculo de Omaha ha aplicado literalmente esto durante su vida para conseguir una gran ventaja a nivel competitivo, por lo que ocurre el ochenta% de su jornada de trabajo leyendo y pensando.
Para reducir sus opciones de autoinversión, Buffett ha declarado anteriormente que invertir en el desarrollo de su habilidad para comunicarse puede «mejorar su valor en un cincuenta por ciento». En un vídeo publicado en LinkedIn, Buffett insistió aún más en la relevancia de la comunicación:
Si no puedes comunicarte, es como guiñar el ojo a una chavala en la oscuridad: no pasa nada. Puedes tener toda la capacidad intelectual del planeta, mas debes ser capaz de trasmitirla. Y la transmisión es la comunicación.
Él debería saberlo; el millonario ha aceptado en público que una vez tuvo «terror a charlar en público» hasta el punto de devolver. Pero tras hacer un curso de retórica en Dale Carnegie, afirmó, le cambió la vida.
A los líderes y empresarios se les afirma una y otra vez que deben dominar sus habilidades de comunicación para lograr el éxito. Simplemente no se puede pasar por alto si deseamos hacer medrar nuestros negocios y a nosotros mismos.
Un estudio publicado por la gaceta American Journal of Small Business se planteó descubrir cuáles eran, en opinión de los dueños de pequeñas empresas, los factores clave del éxito empresarial. Las peculiaridades mejor valoradas por estas personas eran la comunicación oral y la capacidad de oír. Esta última, a propósito, es un área de la comunicación de manera frecuente ignorada y con graves faltas en los ambientes recónditos dominados por la tecnología digital.
Por último, no podemos ignorar nuestra capacidad de escritura, por el hecho de que asimismo es esencial. Un artículo de Entrepreneur citaba una investigación de la Comisión Nacional de Escritura, conforme el cual «las empresas americanas gastan tres mil cien millones de dólares estadounidenses al año en formar a sus empleados a fin de que escriban. Al menos el ochenta% de las compañías de finanzas, seguros, inmobiliarias y servicios valoran las habilidades de escritura a lo largo de sus procesos de contratación».
Bob Kerrey, presidente de la comisión, dijo: «La escritura es un indicador del trabajo profesional de alta cualificación y alto sueldo. Las personas inútiles de expresarse con claridad por escrito limitan sus ocasiones de empleo profesional y asalariado.»
Volvamos al punto de inicio. El empeño de siempre de Warren Buffet por invertir en sí y esta habilidad de comunicación habría de ser un caso para los líderes y empresarios de todo el planeta. Podría ser la salsa segrega de su éxito (y del tuyo asimismo).
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.