Hay diferentes perspectivas para poder ver al emprendimiento.
Algunos mantienen que emprender es crear empresa, otros aseveran que es crear mejores condiciones de vida para la sociedad; hay quienes afirman que se trata de hacer realidad los sueños; están los persuadidos de que emprendedor se nace y los que aseguran que se hace.
Creo que todas y cada una de las visiones tienen algo de determinado mas en esta temporada donde abundan las analogías zoo-mitológicas para clasificar a los emprendimientos (gacelas, linces, topos, unicornios, etc.), añadiría que emprender asimismo es aprender a ser un león.
El planeta, la sociedad, los negocios, todo semeja ser una selva donde en la cadena alimentaria de la ansía, los grandes se comen a los chicos. En el ecosistema emprendedor, hay una suerte de oasis donde ciertos grandes apoyan a unos pocos chicos a medrar mas eso no implica que no debamos ser leones persuadidos de que podemos salir airosos de la selva.
Porque en el proceso te cruzarás con buitres y vampiros que procuran alimentarse de tu esmero y confianza. Y en este ecosistema donde los vendedores de humo están a la orden del día, aprender a ser un león emprendedor es una necesidad.
Hay que ser fuerte para dejar atrás la falsa seguridad del sueldo, para enfrentar el descreimiento de propios y extraños, para conquistar un mercado y para combatir con ingenio la carencia de capital.
Personalmente, en estos dieciocho años de Emprendedores.News conocí a emprendedores de todas y cada una de las categorías, y puedo dar fe que en todos hay leones en potencia; por eso deseo cerrar compartiendo este cuento sufí:
«Una vez un hombre vio a un zorro inválido y se preguntó de qué manera haría para estar tan bien alimentado. Decidió puesto que, proseguirlo y descubrió que se había instalado en un sitio donde acostumbraba a ir un enorme león a devorar a sus presas. Cuando el león acababa de comer, se distanciaba y entonces el zorro iba y se nutría a placer.
El hombre se dijo:
-Yo asimismo deseo que el destino me ofrezca de la misma manera.
Y se fue a un pueblo y se sentó en una calle cualquiera a aguardar. Pasó el tiempo y no sucedió nada, salvo que cada vez estaba más hambriento y enclenque. Entonces, en su debido instante, escuchó una voz interior que le dijo:
-¿Por qué deseas ser como un zorro que busca la forma de beneficiarse de otros?, ¿por qué no ser como un león a fin de que otros se favorezcan de ti?
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
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Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.