En el mareante planeta de los negocios actuales, donde la innovación y la distinción son monedas de cambio rutinarias, surge fuertemente una herramienta poderosa para emprendedores y profesionales por igual: la marca personal.
Construir una marca personal es más que un mero ejercicio de vanidad o autopromoción; es un proceso estratégico y reflexivo que sirve para acotar y comunicar al planeta quiénes somos, qué hacemos y, lo más esencial, qué nos hace únicos.
La marca personal es nuestro sello propio en el mercado, una firma que refleja nuestra identidad y valores, y que se transforma en un puente de conexión con nuestro público. Tal como aseveraron Ries y Trout en su libro “Posicionamiento” (allí por la década del ochenta), en un planeta sobresaturado de información y opciones, donde captar y sostener la atención se vuelve una labor hercúlea, tu marca personal sólida te deja resaltar, ser recordado y preferido.
Si llevas adelante un emprendimiento, la marca personal es un activo incalculable. No solo mejora la visibilidad y verosimilitud del emprendedor, sino asimismo crea una asociación sensible con el público. Esta conexión es esencial en la toma de resoluciones de los clientes del servicio, quienes, con frecuencia, escogen con base en la confianza y la afinidad más que por peculiaridades o costes.
Definir la marca implica un profundo ejercicio de introspección. Se trata de descubrir nuestra esencia, lo que nos apasiona y nos motiva, y de qué manera esto se alinea con nuestras habilidades y experiencias.
Al igual que pasa con los grandes iconos del marketing que todos ya conocemos, una marca no solo es un propio, sino más bien un contenedor de emociones en el que el consumidor vuelca deseos, satisfacciones (¡o insatisfacciones!), recuerdos, sensaciones y sentimientos. La identidad de nuestra marca he de ser genuina y congruente, reflejando no solamente lo que hacemos, sino más bien asimismo por qué lo hacemos y de qué manera lo hacemos diferente. Por ello, comprender a nuestro público es esencial.
Una marca personal no solamente se trata de nosotros, sino más bien asimismo de de qué manera nuestros valores y propuesta de valor repiquetean con nuestras audiencias. Es vital comunicar de forma clara y eficaz lo que representamos, asegurándonos de que nuestro mensaje llegue y se asiente en la psique de nuestro público objetivo.
Al establecer una marca fuerte y identificable, cualquier producto o servicio asociado se favorece de esta percepción positiva, facilitando su posicionamiento y recordación. La congruencia entre nuestra marca personal y nuestro portafolio comercial robustece nuestra propuesta de mercado, otorgándole un valor agregado único.
Finalmente, una marca personal robusta abre puertas, produce ocasiones de negocio, colaboraciones y networking. En un ecosistema empresarial donde las relaciones son esenciales, nuestra marca nos antecede y habla por nosotros. Se transforma en un imán para captar clientes del servicio, asociados y guías, como en una plataforma para expandir nuestra red de contactos.
Construir y sostener una marca personal es una labor que requiere esmero, consistencia y autenticidad. Pero las ventajas que aporta son incontrovertibles y de largo alcance. En la era del emprendimiento y la innovación incesante, la marca personal no es solo un complemento; es una necesidad estratégica para cualquier profesional que busque resaltar y triunfar en un mercado global y competitivo.
No olvidemos que, en este nuevo siglo que solo tiene algo más de veinte años de vida, la clave de los buenos negocios es la “sustentabilidad”. Nada mejor que una buena marca personal para alcanzarla.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.