Se trata de un conjunto de habilidades para fortalecer x10 la capacidad de conducir la administración de proyectos y personas.
Es un estilo más holístico, donde el conocimiento se integra velozmente con la experiencia y se valida en lo empírico: en la puesta en marcha de cada aprendizaje, en vez del pensamiento racional que ha prevalecido a lo largo de tantas décadas.
En la historia vivimos un instante de transformaciones tan complejas e impredecibles, que la inseguridad se ha transformado en rutinaria. Frente a este escenario, las compañías, negocios de todo género y organizaciones que se animan a reinventarse y a crear, aquellas disruptivas y enormemente flexibles, son las que van a continuar.
Como contraparte, las actividades que estén atascadas en modelos del pasado y que traben su proceso de transformación se van a ir extinguiendo poco a poco como un fuego que las va consumiendo.
En este nuevo contexto aparece el liderazgo exponencial; un líder que sabe moverse en el terreno de innovación y de la aceleración de los cambios, y que no teme moverse en escenarios tambaleantes día a día. Incluso aprende a decidir con una serie de atributos muy, muy diferentes a los racionales de otras temporadas.
Fundamentalmente, el líder x10 (pues multiplica por diez la velocidad, despliega en igual medida su visión multidimensional, y alcanza un elevado nivel de impacto humano en las personas y equipos que lo acompañan) está llamado a ser el conduzco de tormenta de estos tiempos turbulentos.
Las nuevas generaciones del trabajo -con los Millenials accediendo ahora a situaciones de conducción, y los Centennials, generación Z, comenzando con nuevos formatos de trabajo que llegan para ser permanentes, como los nómadas-, valoran la proximidad, empatía, la cultura de una compañía y los objetivos de los valores personales alineados con lo que hacen para sostener su vida. El líder exponencial está en esa sintonía.
Las nuevas organizaciones han migrado a modelos inclusivos, entornos de trabajo a distancia, liderazgo colaborativo, la sustentabilidad y el cuidado de los recursos del medioambiente, y el uso de la tecnología como un eje trasversal e inevitable para el éxito de cualquier empresa. El liderazgo exponencial potencia estos estilos profesionales.
Según Singularity University, una corporación académica de Silicon Valley en California, Estados Unidos, se pueden identificar ciertas primordiales competencias que tienen o precisan desarrollar los líderes x10. Como vamos a ver, se trata básicamente de habilidades blandas que ocuparán el componente mayor de lo que este tiempo requiere, por encima del conocimiento técnico o académico puro:
Crea visiones de futuro, trabaja en la inclusión y equidad de formas específicas y tangibles, no solo un alegato hueco como en muchos líderes del pasado.
Parte de la premisa de que co-crea realidades optimistas y propositivas donde tanto el líder exponencial participa activamente, como cada uno de ellos de los cooperadores de equipos donde la diversidad y la inteligencia colaborativa con los ejes.
El x10 tiene un término de que cuanto más medran todos, más se los remunera. Por lo tanto, esto cambia la ecuación de generación de beneficios para las compañías, ya que se busca un desarrollo basado en la equidad, prosperidad compartida y desarrollo personal y profesional.
El líder exponencial sabe que la persona está en el centro de su acción y resoluciones. Ve a las personas desde su potencial, en vez de marcar sus carencias; es justamente desde acá que edifica riqueza y exuberancia, sabiduría y consciencia comenzando por las personas, y esto retumbará asimismo en las compañías y proyectos.
Como la tecnología medra en forma mareante y exponencial, el líder x10 sabe leer el impacto de esta transformación, y los conecta con las necesidades de los mercados y clientes del servicio (incluyendo el “cliente interno”, el que está en el proyecto o empresa). Conocimientos sobre robótica, transformación digital, análisis de datos y una cultura orientada a hacerla marchar en función de factores de mayor precisión, son ciertas peculiaridades que tiene.
El líder exponencial se esmera en hacerse preguntas y responderlas sobre todo para abrirse a lo ignoto en la mitad de la inseguridad. Las contestaciones van a llegar de diferentes formas; se manejan realidades alternativas; el análisis de los inconvenientes se efectúa usando big data y no pierde su sentido de intuición, basado en la curiosidad y apertura a lo nuevo: la auténtica “mente abierta”.
Una de las primordiales cualidades del liderazgo exponancial es crear un flujo de comunicación con sus equipos y con los mercados para los que trabaja. El aprendizaje experimental, aquel que se consigue solo por medio de la experiencia específica, es una genial forma; aparte de pensamiento crítico, inventiva aplicada, pensamiento lateral, storytelling para producir comunicación con emociones; y la apertura a un pensamiento disruptivo para poder interpretar, resignificar y dar sentido a la dificultad del planeta.
El x10 tiene en claro el valor de las personas en la co-creación de futuro; hace énfasis en el cuidado de la salud y equilibrio físico, mental y espiritual de cada humano, y del equilibrio con el ambiente donde se desenvuelve. El acompañamiento adaptado es otra de sus peculiaridades, donde aparece el rol del “líder coach” de su equipo en su expresión.
El líder exponencial llega para ser un líder basado en lo humano, con competencias donde el eje es la persona (interna y externa), y el producto o servicio, un puente de conexión. El auténtico valor es tocar el corazón del resto. El x10 tiene empatía, gratitud, habilidad para fluir con lo que se presenta y un espíritu potente y optimista con respecto al futuro.
Un aspecto esencial es el liderazgo exponencial de influencia: el impacto positivo que produce el x10 en todos y cada persona y experiencia con la que toma contacto; la enriquece. Para conseguirlo, es una persona que se conoce realmente bien igualmente (auto conocimiento) como condición para desarrollar su auto liderazgo, ya antes de poder liderar a otros.
Las convierte. Para esto, es un líder con espíritu colaborativo muy desarrollado, y una fuerte impronta de colaboración con lo posible, aún en terrenos sinuosos que semejan imposibles.
Todas estas competencias se interconectan y crean un sistema holístico de liderazgo exponencial, a través del que el foco está puesto en añadir valor y en el respeto y revalorización de los principios humanos esenciales de cada persona.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.