Santa Claus es un personaje universal que edificó un emporio y cumple con sus entregas en tiempo récord. Pese a ser imaginario, tiene muchas cosas que instruir a todos y cada uno de los emprendedores.

Por lo que se sabe, Santa Claus tiene una enorme factoría localizada en el Polo Norte, trabaja con cientos o, tal vez, miles y miles de elfos, quienes le asisten a generar los juguetes para los pequeños, y múltiples renos bien entrenados que lo transportan en una noche a todos y cada uno de los rincones del planeta.

También por lo que se ha visto en las películas que se han hecho en su nombre, todos y cada uno de los trabajadores asisten día a día a la planta de producción enormemente motivados y gozan mucho al ejecutar las labores asignadas. En fin, su orientación al logro, y al resultado, es alta.

De esta forma, sin duda, estar al frente de esta gran organización es un reto y qué mejor que imaginarse cuál sería la contestación de Papá Noel a el interrogante ¿Cuáles son sus secretos para ser un buen líder?

Este fue la pregunta que “le formularon” Eric Harvey, David Cottrell, Al Lucia y Mike Hourigan. Lo que “él dijo” lo “consignó” en el libro The leadership secrets of Santa Claus, editado por la firma The Walk The Talk Company.

Es claro que el planeta de hoy insta a los trabajadores a ser más siendo conscientes de su desarrollo y de los aportes que pueden hacer como personas tanto en el campo social como en el empresarial. Ya se sabe que todos y cada uno de los humanos, conforme la teoría de las competencias, tienen la posibilidad de desarrollar la habilidad de liderazgo.

Gurúes en el tema organizacional, entre ellos Stephen Covey, han señalado que las compañías hoy precisan de líderes más que de gerentes o jefes. Y ¿esto qué es lo que significa? Que todas y cada una de las personas, indiferentemente de su situación jerárquica en la compañía –aunque las jerarquías prosigan existiendo-, tienen la posibilidad de liderar actividades y de marcar la diferencia que pueda llevar al éxito.

Le toca motivar a trabajadores, leer cartas, sostener unos niveles de calidad perfectos en sus productos, adoptar y amoldarse a nuevas tecnologías, desarrollar habilidades de forma continua y, además de esto, conforme sus palabras en la introducción del libro, “solucionar los problemas que puedan tener los elfos y sacar los excrementos de los renos (pese a que esta última tarea la he delegado a otro)”.

Cualquier similar con la realidad no es pura coincidencia. Diariamente, los trabajadores deben enfrentar inconvenientes afines, ocupen o no un cargo directivo. Y para todas y cada una estas actividades, las personas que deseen proseguir actuales en el mercado de trabajo de hoy deben prepararse.

Le han preguntado a Santa Claus de qué forma ha hecho para manejar todos esos temas con la eficacia que lo hace, y su contestación ha sido clara: “Algunas personas piensan que yo uso magia. Pero realmente, no hay nada de magia en ello”.

Las ha podido realizar cumpliendo diariamente con “ocho prácticas estrategias” que aplica con él mismo, con las personas que trabaja y con los proyectos que emprende.

Sus prácticas, planteadas en el libro mentado, se resumen así:

Haz de tu misión la primordial tarea
Concéntrate en tu gente, como en tus propósitos
Déjate guiar por tus valores

Sé exigente en la selección a fin de que la gerencia sea más fácil
Promueve a las personas correctas… por buenas razones
Apuéstale a el beneficio que da la diversidad

Planea tu trabajo
Ejecuta tu plan
Maximiza lo que tenga

Escucha claramente sus aportes
Presta atención a de qué forma eres percibido
Ponte un rato en los zapatos de ellos

Ayuda a todos a admitir la realidad del cambio
Recuerda el usuario es el que manda
Enseña “el negocio” del negocio

Ayúdalas a ver la diferencia que hacen
Se adecuado con aquellos que hacen bien las cosas
Consolida las posibilidades

Confronta los inconvenientes de desempeño… pronto
Prepara “la mayoría en el medio”
No olvides a las “superestrellas”

Da ejemplo
Establece indicaciones y promueve la responsabilidad auténtica
Recuerda que todo cuenta

Estas prácticas podrían ser parte de tu lista de deseos por cumplir en el dos mil veintitres.

Reflexiona sobre cuántas de ellas ya tienes y cuáles estimas que debes desarrollar para transformarse o fortalecer tu habilidad emprendedora. Y ¡adelante! con tus propósitos.

Feliz semana, feliz vida, felices emprendimientos

Marcelo Berenstein
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