Existe un motivo o la razón que provoca la realización o la omisión de una acción. Se trata de un componente psicológico que orienta, mantiene y determina la conducta de una persona. Se forma con la palabra latina motivus (‘movimiento’) y el sufijo -ción (‘acción’, ‘efecto’).

Puede surgir en función de la fuente u origen del estímulo. En la motivación del logro, el mecanismo que promueve la acción es alcanzar el objetivo. La motivación por afiliación supone la búsqueda de pertenencia a un grupo. La motivación por competencia supone realizar algo de la mejor forma posible.

En la motivación intrínseca los incentivos son internos, surgen del placer de hacer lo que se hace. Está relacionada con la autosatisfacción personal y la autoestima. Por ejemplo, hay personas que realizan ejercicio físico porque disfrutan de la actividad.

En la motivación extrínseca, el estímulo o incentivo que mueve a una persona a realizar una actividad viene de afuera y no de la tarea. Funciona a modo de refuerzo. Por ejemplo, se realiza ejercicio físico no por disfrutarlo sino por recomendación médica.

El psicólogo Abraham Maslow representó las necesidades humanas en una pirámide. La mayoría se motiva por los niveles inferiores, y pocos llegan a los elevados. En la base están las de comer y dormir, siguen las de seguridad, futuro, los lazos sociales, el deseo de reconocimiento y las de autorrealización y trascendencia. La necesidad es la madre del invento que permite escalar la pirámide. Pero tener el corazón contento supone tener la panza llena.

La creatividad innovadora se alcanza al tomar conciencia de la misión, esto permite actuar desde un propósito vital interno, sentir que se contribuye con un valor esencial y con un servicio útil para los demás. Creación e innovación asociadas son productoras de valor.

La motivación laboral está relacionada con el ámbito de trabajo. Algunos ejemplos pueden ser la remuneración económica, los días de vacaciones, el status social y la propia realización y desempeño de la tarea. Es importante en este caso para la persona encontrar factores intrínsecos en el desarrollo de las tareas de un puesto de trabajo.

En el mundo del deporte, especialmente a un alto nivel, la motivación es fundamental, ya que en muchos casos para alcanzar determinados objetivos el cuerpo tiene que llevar a unos límites de esfuerzo enormes. La autosuperación, la competitividad y la recompensa que se puede obtener de conseguir una meta mueven a los deportistas.

En muchos casos, la motivación intrínseca se ve condicionada por la propia lógica del deporte de alta competición y los deportistas deben también trabajar el componente mental.

Por ejemplo, en pruebas ciclísticas de larga duración, en la que se requiere un gran esfuerzo, es posible que los deportistas que disfrutan de montar en bicicleta y escalar puertos pierdan ese tipo de motivación cuando el nivel de exigencia es mayor.

Para Bernard Shaw no importa de dónde vengan las ideas siempre que no sean de uno mismo. La memoria trae viejas soluciones y lo nuevo es imperceptible. Muchas veces la motivación es producida por otra persona. Jennifer la hija de Edwin Land preguntó a su padre por qué tenía que esperar tanto para ver las fotos que sacaba. Land se motivó y en 1947 inventó la cámara instantánea Polaroid, incorporando el proceso de revelado en la misma película.

La motivación es un tema recurrente en los equipos deportivos y empresas. Habitualmente se contratan estrellas del deporte para que cuenten experiencias y aconsejen. 

Guardiola, el director técnico de equipos de fútbol, recurre a la vida misma. Los jugadores ven el film Gladiador donde Máximo, General de las Legiones Romanas, era querido por todos, incluso por Marco Aurelio, que lo elige a como sucesor dejando de lado a su propio hijo, Cómodo. Cómodo movido por el odio condena a su familia a la muerte. Máximo intenta salvarlos, pero Cómodo llega antes. Máximo vuelve a Roma como gladiador en busca de venganza.

Guardiola no ve al fútbol separado de la realidad. Fútbol, solidaridad y empresa  pueden descubrir conexiones ocultas que movilizan cambios. Por ejemplo, utilizó el accidente de un alpinista para inscribir en el espíritu del equipo la actitud solidaria. Guardiola transgrede la lógica del entrenador del pizarrón y la tiza y demuestra que la solidaridad es una actitud básica del trabajo en equipo. Empresas y equipos asumen la lógica de que lo humano fuera del grupo le es ajeno. Un especialista puede ser un incompetente social, eso sí, altamente calificado.

El menos motivado marcha a la deriva. El que se dirige a alguna parte se energiza. Descubre el mensaje socrático: «Conócete a ti mismo». Sin saberlo te dirigen desde afuera, corres sin saber por qué, preguntándote que o quién podrían motivarte.

Había un actor muy exitoso que sufría de una profunda tristeza. Fue a ver un médico para pedirle un diagnóstico y una receta. Después de fracasar con varios tratamientos el médico recordó a un artista que hacía milagros con la gente a la que contagiaba de un pensamiento positivo que les cambiaba la vida. Visita al mejor cómico del mundo, le dijo, se llama Garrid. Pero el actor le respondió: Doctor cambie ya mismo su receta: «Yo soy Garrid».

Ya sea porque algo nos atraiga o nos asuste, ese algo motiva nuestra conducta. Por eso analiza el objetivo. ¿Es real o imaginario, estás capacitado para lograrlo o será quizás un nuevo disfraz por no conocer la causa de tu desmotivación?

Cambiar el planteo: Un hombre se acerca a un grupo de tres albañiles que realizan la misma tarea y les pregunta qué están haciendo. El primero dijo que estaba apilando ladrillos, el segundo que estaba haciendo una pared. El tercero, que era el realmente motivado, contestó: Estoy construyendo una catedral. Debemos anclar lo que hacemos a objetivos superiores.

Metas claras y realistas. El objetivo debe estar al alcance intelectual del sujeto, debe querer concretarlo, ser viable y convertible en metas pequeñas que nos acerquen al objetivo.

Los motivadores pueden ser personas o proyectos que nos impulsan y debemos descubrirlos. También es importante saber cómo nos sentiremos al alcanzarlos conociendo las recompensas que esperamos obtener al cumplir los objetivos. El motivador puede ser dinero, poder, posición, pero el mejor motivador es el sentido de autorrealización, que haremos lo que amamos.

Vivimos en sociedades donde nadie está satisfecho con lo que hace, siente una falta de sentido, incompetencia, menor autonomía que genera menos compromiso, falta de horizonte, o que el esfuerzo a realizar no se compatibiliza con la meta. Las causas pueden ser externas: falta de ascensos, de reconocimiento o feedback positivo, de contacto personal, de aceptación a las iniciativas, monotonía, incongruencias o contradicciones. Las causas internas son la culpa por no dar la imagen óptima, resentirse por falta de reconocimiento, temor a asumir responsabilidades, quejarse por un sentimiento omnipresente de obligación y aburrimiento.

Estamos en equilibrio hasta que se genera el estrés positivo o motivación que lleva a encarar una nueva acción, o bien no hacer nada y desmotivarse. La desmotivación puede surgir por disconformidad en el trabajo, rencor por acciones de los jefes, por esperar que la situación se solucione sola con el paso del tiempo, por depresión o falta de interés o por falta de cooperación e iniciativa. La fase final es la renuncia o hacer lo mínimo.

Cómo remotivarte: Hay formas de salir, es recurrir a la voz interior que te diga si lo que estás haciendo coincide con tu misión. Para sentirse protagonista y responsable de tu vida y ser el jefe de su propia existencia, la perseverancia es imprescindible. Ver el lado positivo del cambio permite tolerar la frustración actual.

Ser proactivo hacia lo que se quiere es el principio, anclarse a experiencias positivas refuerza la autoestima, agendar y cumplir nuevas metas afianza el desafío. Afilar la sierra, capacitarse, sentir que cada día es una oportunidad. El primer día de cambio hace de la amenaza una oportunidad. Aprender a convertir el error en una lección, analizar su causa, pero pensando en el éxito.

Escuchar el doble de lo que se habla, imaginar lo que se sentirá con el resultado. Que el trabajo no sea todo, repasar el ambiente físico y social que nos rodea y redactar los objetivos: las palabras vuelan y se las lleva el viento. Enfrentado a las crisis se puede pensar en lo divertido que será salir de ellas, verse como el espectador de una película, la gimnasia mental es recibir los golpes pensando cómo salir adelante.

Algunos se motivan por la negativa, necesitan morder el polvo de la derrota. La motivación negativa sirve para escapar a vicios que pueden perjudicarnos. Muchas veces queremos el rresultado,pero no hacer lo necesario para lograrlo.. Hay que levantarse temprano para llegar a la cita, queremos la cita pero no levantarnos temprano.

Hay una motivación positiva que se acerca al objetivo y otra negativa para alejarnos del dolor. “Acercarse a” implica iniciativa, automotivación, ambición, imaginación; acciones muy valoradas en esta sociedad. Pero a veces se arriesga sin medir los riesgos. A otro todo les da miedo y pueden usar el temor para limitar los riesgos.  Pero la distancia genera menos motivación y se puede ir al lugar equivocado. Además antes de huir acumulan estrés.

Esto se puede evitar anticipándose, detectando antes los problemas.  Lo ideal es acercarse primero y alejarse antes de decidir. Tendemos a hacer lo que se nos advierte negativamente. Por eso hay que invertir el orden de la motivación. Hay que aprender a no funcionar como radares sino como brújulas que buscan los valores. Los valores representan lo que buscamos en la vida. Lo muy atractivo tiene sus imágenes. Hay que hacer corresponder las conductas con los valores creando películas muy motivadoras.

El problema es que la maestra se alarma con el niño curioso y llama a sus padres como si se tratara de un problema. Así se le va cortando la virtud. Hay sinergia entre la dispersión que genera ideas y la concentración que las materializa. El error es tratar como problema del niño una falla de la educación. Existe el estado de flujo caracterizado por una gran concentración y placer.

El método AIDA: atención, interés, deseo y acción conecta el corto y largo plazo, evita la operación en piloto automático y genera el efecto láser entre la atención reactiva al suceso, la proactiva al deseo y la flotante a la oportunidad.

El pensamiento light creado por la sociedad de consumo entrega un radar para copiar la moda, pero no la brújula para descubrir el genio interno. Empowerment es el poder interior que surge del autoconocimiento. Los métodos enriquecen y educar es desarrollar su potencial.

Llevamos una doble vida. Una es la que querríamos tener y otra la que tenemos. Al descubrir tu misión sentirás un imán que te hará vibrar, te hará despertar entusiasmado, y lucharás cada día por hacer una obra maestra. Para eso tienes que descubrir la pasión de tu vida.

Hay personas que amanecen con una energía incontenible, otras apenas pueden levantarse. Esa virtud misteriosa es como el poder transformador del viento, invisible, pero con efectos materiales y ante el cual hasta las hierbas se inclinan. Si lo real es un río, la persona motivada es la nave que despliega libremente su energía. Más que una cualidad es un estado de ánimo que no necesita ver para creer, porque su fe mueve las montañas.

A nadie se le puede prestar la motivación que no posee. No es el optimista que mira el lado positivo de las cosas. No es el lógico que optimiza recursos, ni el conservador que actúa por conveniencia. El individuo motivado es proactivo no se ata a los sucesos. Como la profecía que se autorrealiza, logra lo que anhela porque cree. Su libertad es plena, y la potencia no la da el intelecto, ni el objetivo intencional; sino la fuente que lo nutre, escribe y ejecuta como si se tratara de una novela.

Están los motivados y los que perdieron la motivación. Son, los que están tristes, pesimistas o les falta el deseo. Su diagnóstico es: «Depresión». Lo que necesitan es algo que los apasione, un proyecto que no los deje dormir. Ese «alguien» o «algo» que los haga amistosos con la vida y los aleje del triste destino de sólo perdurar.  Durar es postergar el disfrute que significa la palabra presente. No hay que empeñarse en durar, sino en buscar esa pasión de ser protagonista. No es tan malo morir, al fin y al cabo la muerte nunca se olvida de nadie. Lo trágico, es no animarse a vivir y a ser feliz. Para estar contento y activo, hay que motivarse con la vida.

De hecho, Roosevelt era fumador y bebedor y tenía una vida familiar irregular, Churchill dormía hasta tarde, era arrogante, y mal alumno. 
Lo importante en un líder es su capacidad de motivar. Haciendo virtudes de sus defectos, un día pudieron tomar la decisión clave en un momento difícil y encontraron la razón de su vida.

El hábito de pensar por patrones previos adapta la realidad a lo que conoce o cree. Este automatismo es explotado por los políticos para que la gente les responda. Hay que enseñar a desarrollar un pensamiento distinto que desafíe los caminos trillados. Es un error querer mejorar haciendo más de lo mismo: se resiste al cambio y se convive con los problemas.

El pensamiento lateral sugiere que la solución no es hacerlo mejor, sino de otra manera.
Las ideas dominantes impiden crear nuevas situaciones pues marcan el recorrido y debemos transgredirlas, para alcanzar lo que pretendemos. Una vez generada la idea nos parece increíble que no la hubiéramos pensado antes. El pensamiento lateral enfoca situaciones con creatividad sin seguir patrones, entrenándolo con una nueva gimnasia para ponerse en forma y avanzar sobre nuevos territorios saliendo del círculo de comodidad para hacerlo mayor y mejor.

“No pienses en un elefante” es la metáfora de cómo conducir a un cerebro dormido, porque lo primero que hará es pensar en un elefante. Por eso debemos crear cerebros creativos y motivados. Somos gigantes dormidos que utilizamos tan solo el 10% de nuestra capacidad. El verdadero sentido de educar y motivar es desarrollar el potencial que traemos al nacer.

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.