Cuando pensamos en la palabra «poseer», solemos asociarla con la idea de tener control y responsabilidad sobre algo en particular. Sea un coche, una mascota o incluso un negocio, la sensación de propiedad va más allá de la mera posesión, involucra un vínculo emocional y un sentido de pertenencia.
Los emprendedores, en muchas ocasiones, rehúyen de la palabra «dueño». Parece un término demasiado común para describir la ambición y los logros que desean alcanzar. Sin embargo, la propiedad va más allá de la denominación; se trata de sentir que eres el arquitecto de tu propio destino.
Según Aristóteles, la motivación de poseer cosas está arraigada en nuestra naturaleza. No se trata solo de acumular riquezas, sino de sentirnos realizados y progresar en la vida. Este impulso va ligado a una mayor autoestima y a un comportamiento más solidario. Es interesante notar cómo valoramos más aquello en lo que hemos invertido esfuerzo, como el famoso «efecto IKEA».
Para los emprendedores individuales, como en el caso de Jotform, ser dueño de su negocio es una fuente inagotable de motivación. El saber que cada logro es fruto de su esfuerzo personal les impulsa a superarse día a día. Aunque el paradigma actual promueva la idea del cofundador como un pilar indispensable, la experiencia demuestra que la plena propiedad puede ser igual de gratificante y exitosa.
Es crucial, no solo para los fundadores, sino también para todos los colaboradores, sentirse dueños de su trabajo. Esto no implica necesariamente tener acciones en la empresa, sino más bien estar comprometido y valorado en sus funciones. Permitir la creatividad, la autonomía y el orgullo en lo que se realiza es clave para fomentar este sentido de propiedad.
En definitiva, la propiedad va más allá de la posesión material; es sentir que eres el responsable de tu propio camino y que tienes el poder de escribir tu historia. Ser dueño de tus decisiones y acciones es una de las fuerzas más motivadoras que existen.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.