En la vida cotidiana, solemos asociar la palabra «problema» con algo negativo, que genera preocupación y malestar. Sin embargo, la forma en que enfrentamos los problemas puede marcar la diferencia entre encontrar soluciones superficiales o resolverlos de manera efectiva.

En lugar de evitar los problemas o tratar de eludirlos, es fundamental abrazarlos y entender su complejidad. Enfrentar un problema de manera consciente y comprometida nos permite desarrollar soluciones creativas y efectivas, en lugar de caer en un ciclo de doble discurso y falta de acción.

Enamorarse del problema adecuado es el primer paso hacia la resolución efectiva.

Para que un problema sea relevante, es necesario que nos sintamos atraídos por él, que nos motive a buscar una solución. Es importante aceptar la dificultad del problema y estar dispuestos a enfrentarlo con determinación y creatividad.

El pensamiento creativo y la capacidad de encontrar soluciones innovadoras son habilidades fundamentales en la resolución de problemas. Romper con las limitaciones mentales y fomentar la creatividad nos permite expandir nuestras posibilidades y mejorar nuestras habilidades en este campo.

Un enfoque interesante es el de Alejandro Magno, quien optó por cortar el nudo gordiano en lugar de desatarlo, demostrando así la importancia del pensamiento lateral y disruptivo. La heurística, que consiste en resolver problemas a través del pensamiento divergente, es otra herramienta valiosa en este proceso.

Es crucial mantener un equilibrio entre el pensamiento racional y estratégico, representado por el hemisferio izquierdo del cerebro, y el pensamiento emocional e intuitivo, asociado con el hemisferio derecho. Comprender la complejidad del problema y buscar soluciones viables tanto técnicamente como humanamente es esencial en este proceso.

En definitiva, enamorarse del problema correcto nos acerca a su resolución efectiva. Aprender de los errores, cuestionar los prejuicios y trabajar en equipo son claves para superar los obstáculos y encontrar soluciones innovadoras. En un mundo donde los desafíos son constantes, abrazar los problemas con valentía y determinación nos permite crecer y evolucionar tanto a nivel personal como profesional.