La localidad burgalesa de Pradoluengo se ha transformado, desde el pasado veintinueve de septiembre, en un ambiente de trabajo e inspiración para quince emprendedoras europeas de diferentes edades, que participan en el proyecto ‘The Break’, un programa promovido por la Escuela de Organización Industrial, que busca atraer emprendimiento femenino europeo a España. Estas jóvenes, de países como Croacia, Portugal, Italia, República Checa, Finlandia, Rumanía, Alemania, Suiza y Eslovaquia, continuarán hasta el día veinticuatro en la localidad, y aprovechan cada minuto para empaparse de la cultura del medio rural y absorber todos y cada uno de los conocimientos que puedan asistir a sus negocios. 

Cada una de ellas ha desarrollado -o está en proceso de hacerlo- un proyecto empresarial, y las temáticas engloban desde el turismo, cosmética, huertos ecológicos o productos e ideas destinados a progresar la salud. Financiado por la Unión Europea y los fondos Next Generation, este programa cuenta con mil participantes, que a lo largo de 3 meses gozarán de una capacitación híbrida, que incluye un retiro de trabajo presencial, con el fin de impulsar el proyecto, sus habilidades de negocios y crear una comunidad de mujeres emprendedoras en la Unión Europea. 

En la última edición de este programa, el sitio escogido para acoger a las emprendedoras fue Pradoluengo, de la mano del Grupo de Acción Local Agalsa. El técnico de empleo y emprendimiento de Agalsa y una de las personas que acompaña a las emprendedoras a lo largo de estos más de veinte días, Javier Ruiz, explica que en dos mil veintidos asimismo se presentaron a este proyecto, no obstante no fueron escogidos. “Somos el único grupo de acción local de toda España al que se lo han concedido”, resalta. 

Para poder apresurar sus proyectos, las emprendedoras cuentan con el espacio de co-working ‘El Urdidor’ de Pradoluengo, lugar desde donde pueden trabajar y compartir sinergias entre ellas, o con los miembros de Agalsa. Además, tal como explica Ruiz, cuentan con instituciones como Fundación Caja de Burgos, la Universidad Isabel I o la Universidad de Burgos, entre otras muchas organizaciones especialistas en emprendimiento, que prestan su apoyo a estas jóvenes. 

Sin embargo, no solo estas instituciones se han volcado con ellas, asimismo los propios vecinos del pueblo, que las han acogido con los brazos abiertos. “Los vecinos les traen moras, pimientos, tortillas, botellas de vino”, apunta el técnico de Agalsa, que resalta asimismo el impacto económico y social que va a dejar en el pueblo la visita de estas emprendedoras. De hecho, una de ellas, Joana Costa, una joven de Portugal y productora musical ya ha “interactuado” con el coro de Pradoluengo e inclusive les ha enseñado villancicos en portugués a fin de que puedan incorporarlos a su repertorio de canciones. 

Sin embargo, a lo largo de estos veinticuatro días, las jóvenes asimismo trabajan de manera conjunta en un reto local propuesto por Agalsa, consistente en asistir al conjunto de acción local a “comercializar” sus espacios de co-working, con el fin de crear un “proyecto turístico” llamado ‘Workation’ y promover por Europa las cualidades de los espacios de co-working de los que dispone Agalsa en la Sierra de la Demanda. 

Snacks saludables y productos cosméticos para todo género de pieles  

Cada uno de los proyectos de estas quince emprendedoras se hallan en diferentes instantes de desarrollo, y las clases o asambleas de asesoramiento que reiben les ayudan a enfocar de un modo u otro sus negocios. Una de ellas es Minna Mustapää con su proyecto, llamado ‘Minna’s Dream’ (El sueño de Mina). Esta joven de Helsinki, en Finlandia, ofrece una pluralidad de snacks o temtempiés saludables, sin gluten o elaborados a base de plantas. Opciones más sanas que lo que se puede localizar hoy en día en ciertos supermercados o panaderías, singularmente para aquellas personas que disponen de poco tiempo para comer. En este punto, lamenta que ciertos establecimientos no cuentan con estas opciones, pese a que cada vez son más las personas que procuran productos de estas peculiaridades. 

Minna recuerda que fue en dos mil quince cuando se dio cuenta de esta falta en el mercado, en el instante en el que comenzó a cuidar más de su salud mediante la alimentación. Su objetivo es, en un futuro próximo, poder ofrecer en supermercados, cafeterías o aun internacionalmente estos snacks sanos. “La clave es tener la oportunidad de elegir. Estés donde estés, tener la opción de algo vegano, nutritivo y sin gluten, porque ahora las opciones son limitadas”, apuntó. Minna asegura además de esto que su experiencia en Pradoluengo le ha tolerado ver en qué debe centrar sus sacrificios ahora, una estrategia de marketing para la que espera contar con influencers que promocionen sus productos. 

Monika Wikarska, de la República Checa, asimismo tiene muy avanzado su proyecto, al que ha puesto asimismo su apellido: Wikarska Symbiotics. Esta joven emprendedora, diplomada en Biotecnología y Química de los Alimentos, lleva 9 años desarrollando cosméticos naturales, desde el momento en que acabó el instituto. “No sabía que montaría un negocio, pero me animaron a ello mis clientes”, asevera. En Wikarska Symbiotics realiza fórmulas para productos cosméticos unisex, para todo género de pieles y con los que busca un cómputo entre el microbioma y la hidratación profunda. 

Según explica, su capacitación le deja realizar productos que combinan la ciencia y lo natural, de manera que emplea materias primas cuya eficiencia ha sido probada en los productos cosméticos, ya que apunta que a veces aquellos productos que poseen solo productos naturales no tienen tanta eficiencia sobre la piel. Por ello, para emplea ingredientes sacados de la naturaleza en su “formas más pura”, por el hecho de que “cuando tienes la forma más pura, puedes estar seguro de su efecto”. Actualmente, en su página pueden encontrarse uno de sus productos de mayor éxito el Desodorante Snow, y conforme avanzó, los productos para la piel van a estar en venta estas Navidades.

Turismo rural y endometriosis

“Poner en valor el mundo rural”, ese es el principal objetivo del proyecto de Gabriela Castro, que llega hasta Pradoluengo desde Castelo Rodrigo, en Portugal, donde a lo largo de 4 años dirigió un hotel rural. Con su proyecto, sin nombre fijo y aún en desarrollo, busca fomentar el turismo rural mediante experiencias que llama como “auténticas”. De esta forma, los turistas gozarían del ambiente en su esplendor, conociendo la cultura de cada zona, sus gentes y sus tradiciones. “Un negocio de turismo auténtico que permita tener una experiencia irrepetible”, asevera Castro. Por todo esto, es una de las emprendedoras que más aprende del entorno en el que se alojan, y asevera que el sitio “ha superado todas sus expectativas”. 

Por su parte, Leila Zillmann, de Alemania, y su proyecto ‘Endolution’ es uno de los más personales, y con él desea asistir a otras mujeres en su situación. Leila explica que cuando tenía veintiuno años le diagnosticaron endometriosis, una enfermedad por la que el tejido que generalmente cubre el interior del útero, medra fuera del mismo. Un trastorno que puede resultar muy doloroso a quien lo sufre, singularmente a lo largo de la regla, e inclusive presentar inconvenientes de fecundidad. Leila explica que las únicas opciones para combatirlo que le dieron fue someterse a una cirujía o tomar hormonas. Fue entonces, cuando decidió probar otras alternativas, como un cambio radical en su nutrición y modo de vida, como reducir su nivel de agobio. 

“Mis síntomas mejoraron y ahora casi no tengo dolor”, asevera. Por todo esto, con Endolution se plantea compartir sus conocimientos y asistir a otras mujeres que se hallen en exactamente la misma situación que , como que se sientan escuchadas y comprendidas. “Quiero darles una opción diferente si no quieren el tratamiento habitual o una opción adicional si el tratamiento no les ayuda lo suficiente”, apunta. 

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