En los últimos tiempos, ha surgido en España una nueva generación de emprendedores que van más allá del simple beneficio económico. Personas como Orson Acosta Romero de Tejada, Cristina Lafuente y Daniel Valenzuela están liderando proyectos con un enfoque claro en el impacto social y medioambiental.
Este enfoque se refleja en compañías como Azolla Projects, fundada por Orson Acosta, que busca cambiar el modelo de producción de alimentos a través de la agricultura regenerativa. Este tipo de iniciativas están ganando terreno en el ecosistema empresarial español, donde el propósito pesa tanto o más que la rentabilidad económica.
El crecimiento de la inversión de impacto en España
Según datos de SpainNAB, el segmento de financiación bancaria de impacto gestionó activos por valor de 1.743 millones de euros en 2022, un crecimiento del 4,4% respecto al año anterior. Este crecimiento refleja una tendencia hacia un enfoque más sostenible y socialmente responsable en el mundo empresarial.
Proyectos como Nactiva, plataforma colectiva que promueve la cooperación entre actores privados, técnicos, académicos e institucionales, están contribuyendo a este cambio de paradigma. Nactiva ha creado una comunidad de alrededor de cien personas comprometidas con el impacto social y medioambiental.
El papel de la inversión y la colaboración
Emprendedores como Cristina Lafuente, con experiencia en gestión de riesgos geológicos y naturales, destacan la importancia de una inversión de impacto bien gestionada que involucre a la Administración pública y al sector científico-académico. Esta colaboración es clave para escalar proyectos e impulsar cambios necesarios en la sociedad.
En cuanto al futuro de la inversión de impacto en España, Daniel Valenzuela de World Fund señala el potencial del país en áreas como las energías renovables y las soluciones basadas en la naturaleza. Aunque aún hay desafíos por superar, el crecimiento del interés de inversores locales y extranjeros en proyectos de impacto indica un camino prometedor hacia un ecosistema empresarial más sostenible.
Conclusión
En resumen, el emprendimiento con alma de ONG está ganando terreno en España, impulsado por una nueva generación de fundadores con una visión más allá de lo puramente económico. El camino hacia un ecosistema empresarial más responsable y sostenible está marcado por la colaboración, la inversión de impacto y el compromiso con un futuro mejor para las próximas generaciones.