Muchas personas sueñan con emprender. Imaginan que su negocio va a tener un enorme éxito, que les dejará conseguir una gran riqueza, ser el jefe, tener la libertad de ir y venir a su antojo y trabajar de qué forma y en qué momento deseen. Si esto fuera la realidad, ¡todo el planeta sería emprendedor! Por desgracia, esta no es la experiencia de la mayor parte. Ser empresario puede ser formidablemente gratificante, mas es un trabajo duro.
Por término medio, uno de los rasgos comunes de los emprendedores es que trabajan más y dedican más horas que sus empleados, mientras que aceptan considerablemente más peligros.
A pesar de las contrariedades, miles y miles de personas crean nuevas empresas todos los años. Algunas van a tener un rotundo éxito, otras se las apañarán para ser sustentables y otras fracasarán. Aunque no hay que olvidar la fortuna, el éxito de una nueva empresa es sobre todo el resultado de la visión, el ahínco y la capacidad del creador.
Entonces, ¿qué hace falta para lanzar una start-up de manera eficaz?
Ten en cuenta los diez rasgos comunes de un emprendedor:
Los empresarios de éxito tienen una visión clara de lo que va a ser su empresa y pueden articular de manera concisa su propósito, sus objetivos y su situación en el mercado. Han identificado (y pueden describir concisamente) el quién, el qué, el dónde, el en qué momento y el porqué de su negocio.
Un empresario de éxito siente pasión por su negocio. Es un trabajo duro, y dedicar muchas horas va a ser bastante difícil si no se ama lo que se hace. Las personas con pasión saben qué es lo que les impulsa a proseguir trabajando para lograr su visión.
Los emprendedores prosiguen siendo duros cuando las cosas se ponen bastante difíciles. No se rinden de manera fácil. Pueden admitir el rechazo y están prestos a aprender de sus fallos. Están preparados y son capaces de amoldarse y alterar su plan para lograr el éxito la próxima vez.
Ser empresario es más bastante difícil que ser empleado. Para lograr el éxito, el emprendedor ha de estar presto a dedicar el tiempo y el ahínco precisos, frecuentemente con poca o ninguna retribución al comienzo. Los empresarios de éxito reconocen el peligro y el trabajo preciso que supone lograr sus objetivos.
Los empresarios de éxito confían en sí y en su negocio. Deben opinar en su capacidad y en su idea. Todo emprendedor se encarará al rechazo en el camino y los emprendedores de éxito son los que tienen la confianza para proseguir adelante y recobrarse tras un revés.
Las cosas no siempre y en toda circunstancia salen como se planean. Un empresario de éxito es flexible. Aprende de sus fallos y está presto a amoldarse y mudar sobre la marcha. Acepta los consejos del resto y está abierto a probar nuevos enfoques.
Un empresario debe sentirse cómodo vendiendo. Incluso con un equipo de ventas, el líder ha de ser un especialista en la creación de redes y ser capaz de promocionarse a sí mismo y a su negocio ante banqueros, clientes del servicio, distribuidores y personal.
Los empresarios de éxito son buenos gestores del dinero. Invierten con prudencia en los gastos generales y siempre y en toda circunstancia llevan la cuenta del dinero y administran su flujo de caja.
Un empresario debe ser un especialista en todo, mas los empresarios con más éxito conocen sus restricciones, saben que no pueden hacerlo todo y están prestos a delegar en otros. Están prestos a solicitar ayuda. Buscan y pagan por el asesoramiento de especialistas cuando lo precisan.
No importa el éxito de su negocio, va a haber baches en el camino. Un empresario de éxito es resistente y puede recobrarse de un incidente. Utilizan los reveses como una ocasión para aprender y medrar. Entienden que el descalabro es parte del juego.
Dirigir tu negocio puede ser formidablemente gratificante, mas no todo el planeta está hecho para ser empresario. Antes de dar el salto al planeta empresarial, pregúntate si tienes lo que hace falta para lograr el éxito. Si lo tienes, goza del viaje.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.