Singapur tiene una historia alucinante que se remonta a sus orígenes como un pequeño puerto pesquero. Antes de la llegada de los británicos, la isla de Singapur estaba habitada primordialmente por comunidades malayas. Sin embargo, en el siglo XIX, Singapur se transformó en un punto estratégico para el comercio en el sureste asiático.
En mil ochocientos diecinueve, Sir Thomas Stamford Raffles, un oficial británico de la Compañía Británica de las Indias Orientales, creó un asentamiento comercial en Singapur. Raffles vio el potencial del puerto de Singapur debido a su localización estratégica en el cruce de esenciales sendas marítimas.
Bajo el dominio británico, Singapur se desarrolló velozmente como un esencial centro de comercio y una colonia próspera. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, Singapur padeció una grave crisis económica. La urbe quedó arrasada y se encaró a inconvenientes como la escasez de comestibles y la alta cota de desempleo.
Además, las tensiones políticas y étnicas aumentaron en la zona.
En este contexto, Inglaterra decidió retirarse de Singapur en mil novecientos cincuenta y nueve y concederle la autonomía como una parte de una federación llamada Federación de Malasia. Sin embargo, la fusión con Malasia no fue triunfante debido a diferencias ideológicas y étnicas, y Singapur se apartó de la federación en mil novecientos sesenta y cinco para transformarse en una nación independiente.
En el instante de su independencia, Singapur encaraba enormes retos, incluyendo una falta de recursos naturales y un territorio exageradamente limitado. Sin embargo, los mandatarios políticos de Singapur, encabezados por el primer ministro Lee Kuan Yew, se plantearon convertir el país y progresar su economía.
Bajo el liderazgo soñador de Lee Kuan Yew, Singapur adoptó políticas económicas y educativas valientes. Se centraron en la atracción de inversiones extranjeras, el desarrollo de campos clave y la promoción de la educación de calidad. Mediante una administración eficaz, una infraestructura sólida y una mentalidad orientada al desarrollo, Singapur consiguió superar su crisis económica y transformarse en una potencia económica y tecnológica global.
Hoy en día, Singapur es famosa como una de las economías más prósperas y competitivas del planeta. Es un esencial centro financiero, tecnológico y de negocios internacionales. Además, Singapur se resalta por su infraestructura moderna, su alto nivel de vida y su enfoque en la innovación y la sostenibilidad.
En resumen, Singapur ha pasado de ser una colonia británica en contrariedades económicas a transformarse en una nación independiente próspera y desarrollada. Su historia es un caso inspirador de de qué forma el liderazgo soñador, las políticas sólidas y la determinación pueden convertir una nación y llevarla al éxito económico y social.
En los últimos años, se ha aumentado el interés por el benchmarking entre países en concepto de educación, singularmente en América Latina, donde la carencia de habilidades básicas y los bajos niveles de desempeño estudiantil son alarmantes. Singapur ha surgido como ejemplo señalado de éxito, lo que ha despertado la atención de otros países que procuran superar la pobreza y progresar sus sistemas educativos.
El sesenta y tres% de los estudiantes en América latina carece de habilidades básicas. La prueba PISA, es el medidor internacional. En Matemáticas, Singapur fue primero, seguido por Hong Kong, Macao, Taiwán y Japón. En los países asiáticos hay una obsesión por la educación: los progenitores invierten a fin de que sus hijos ingresen en universidades extranjeras.
Es hora de que América latina ponga la educación en el centro de su agenda. Si no proseguirá retrasando. La desgracia educativa es que en los hogares no se la valora. Hay una crisis de valores.
Una de las primordiales razones del éxito de Singapur en la educación se halla en su enfoque de meritocracia. El sistema educativo del país identifica y encauza las habilidades y talentos individuales de los estudiantes desde una edad temprana. Mediante un estricto examen a nivel nacional, los estudiantes son escogidos para ingresar a secundarias vocacionales que se centran en desarrollar sus capacidades y encaminar su «genio interior». Este enfoque deja aprovechar al límite el potencial de cada estudiante y administrar una educación adaptada y amoldada a sus habilidades.
Otro factor esencial es la inversión en educación por la parte de los progenitores y el énfasis cultural en su relevancia. En los países asiáticos, como Singapur, hay una obsesión por la educación, y los progenitores están prestos a invertir recursos y sacrificios para asegurar que sus hijos tengan acceso a una educación de calidad.
Esta mentalidad de valorar la educación como un camino cara el éxito ha contribuido significativamente a los altos niveles de desempeño estudiantil en estos países.
La experiencia de Singapur prueba que es posible superar la pobreza mediante una educación de calidad y centrada en el desarrollo individual de cada estudiante.
Los países sudamericanos pueden aprender de estos modelos triunfantes y amoldar sus estrategias educativas en consecuencia. Esto implicaría robustecer la capacitación enseñante, progresar la infraestructura educativa, fomentar una cultura de valoración de la educación y promover la participación activa de los progenitores en el proceso educativo de sus hijos.
Solo mediante un compromiso integral y sostenido con la educación se va a poder superar la desgracia educativa en la zona y conseguir un desarrollo sustentable en un largo plazo.
Singapur ha logrado consistentemente geniales resultados en las pruebas educativas internacionales que valoran la capacidad de lectura de los estudiantes. En particular, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA por sus iniciales en inglés) ha señalado el desempeño sobresaliente de Singapur en el área de lectura.
En la última evaluación PISA en dos mil dieciocho, Singapur ocupó el primer sitio en la clasificación global de lectura. Esto quiere decir que los estudiantes de Singapur probaron un nivel alto de competencia en la entendimiento lectora y habilidades relacionadas. El enfoque de Singapur se centra en el desarrollo de habilidades esenciales y el pensamiento crítico.
Además, en otras pruebas y evaluaciones, como el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) y el Estudio Internacional de Educación Civil y Ciudadanía (ICCS), Singapur ha logrado resultados sobresalientes en áreas clave del currículo educativo.
Singapur ha conseguido una situación económica señalada a nivel del mundo y ha mantenido consistentemente uno de los PIB por cabeza más altos del planeta. En dos mil veinte, su PIB por cabeza fue de más o menos sesenta y cinco con doscientos treinta y tres dólares americanos estadounidenses, lo que la transforma en una de las economías más prósperas en concepto de ingresos individuales.
Según el Índice de Competitividad Global dos mil diecinueve del Foro Económico Mundial, Singapur ocupó el primer sitio en el ranking de competitividad, superando a Estados Unidos, Suiza y Hong Kong.
Singapur se ha establecido como un esencial centro financiero y comercial a nivel global. Alberga un sinnúmero de multinacionales y cuenta con una infraestructura financiera sólida. Su situación estratégica y su entorno empresarial conveniente han atraído inversiones extranjeras y han contribuido a su desarrollo económico.
Singapur ha puesto un fuerte énfasis en el desarrollo tecnológico y la innovación. Ha invertido en investigación y desarrollo, como en la creación de parques tecnológicos y ecosistemas de start-ups. La urbe-estado se ha transformado en un centro tecnológico líder en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y las urbes inteligentes.
En resumen, Singapur ha conseguido su desarrollo económico mediante políticas sólidas, un liderazgo soñador, una inversión estratégica en educación y una mentalidad proactiva cara la innovación y la tecnología. Aunque encara retos, prosigue siendo un caso notable de éxito económico y desarrollo sostenible.
No hay especialista en marketing político que se precie de tal que no tenga presente ese eslogan. La oración «es la economía, estúpido» se convirtió en la síntesis más cruda de la incidencia de factores como desarrollo, inflación o empleo en el momento de votar.
Clinton encaraba a George Bush padre, que procuraba su reelección, robustecido en que a lo largo de la caída del Muro de Berlín puso fin a la Guerra Fría y la primera Guerra del Golfo le dejó a Estados Unidos liderar una extensa alianza internacional. Un año ya antes de la elección Bush tenía niveles de aprobación superiores al ochenta%. Pero Clinton machacó sobre la recesión y lo venció. La oración es utilizada para enfatizar la relevancia de lo económico para lograr un fin.
En mil novecientos cuarenta y cinco visitó a Argentina el premio nobel de economía Paul Samuelson y pronosticó que sería la próxima potencia mundial. No sabía que allá se aplicaría la receta: «a país rico gobierno populista». Como afirmó Vargas Llosa: «Un pueblo educado no puede ser engañado». Pero un país rico en recursos naturales fracasó.
¿De qué forma hicieron otros países para ser primeros en educación?, ¿De qué forma consiguieron sin recursos transformarse en potencias y ¿De qué forma hizo Argentina para transformarse en una factoría de pobres?
Lo responde Finlandia. Ellos aseveraron que eran muy pobres para no invertir en educación e hicieron de ella su política de estado. Los maestros son las estrellas de la sociedad. Para ser profesor hay que tener título universitario, para estudiar no hay que ser rico y todos reciben una educación de avanzada. Hace cien años Finlandia era pobre y Argentina rica.
Esta oración de Eva Perón se arraigó en el pueblo argentino y fue el síntoma de la fe populista. No puede haber un derecho tras cada necesidad por el hecho de que no hay suficientes recursos para satisfacer todas y cada una de las necesidades, salvo que se limite lo que se comprende por necesidad.
En las proclamas populistas niegan que tras cada derecho haya un costo y dejan de lado que existen obligaciones que deben honrarse. No existen recursos en el Estado para satisfacer todas y cada una de las necesidades, mas los gobiernos peronistas que se sucedieron lo procuraron incrementando irracionalmente el gasto público y la inflacionaria emisión monetaria.
El poder de uno precisa de la estupidez del otro. El ascenso de un líder va minando la independencia de los sujetos y van perdiendo su autonomía, se hacen contumaces y sin independencia de criterio. Al procurar charlar se aprecia que internalizaron consignas y reglas que repiten sin meditar en lo que afirman.
Están como encantados, abusados y maltratados por alguien que se ha apoderado de su ser. Convertidos en herramientas van a ser capaces de cometer maldades inclusive contra sí mismos, sin advertir sus efectos. No es suficiente con instruirlos por el hecho de que no admiten la información contrastante. Solo liberarlos del hechizo puede salvarlos. La acción no aflora del pensamiento sino más bien de la responsabilidad. La prueba de la responsabilidad es el planeta que legaremos a nuestros hijos.
Para los que naturalizan la pobreza es interesante saber de qué forma Singapur consiguió superarla. Sus estudiantes triunfan en las pruebas internacionales. Mientras los billetes de otros países muestran imágenes de próceres, el billete de Singapur tiene la imagen de pupilos atendiendo al maestro y se lee: “Educación”.
Hace pocas décadas Gran Bretaña la desechó como colonia y absolutamente nadie deseó hacerse cargo de ella. Hoy, por su educación, Singapur es el noveno país más rico del planeta. Hace 4 décadas eran iletrados. Hoy son de los primeros en lectura. Singapur no tiene recursos naturales. Logró su desarrollo transformando su sistema educativo en una meritocracia que genera trabajadores calificados y exporta productos de alta tecnología. Luego de un examen, los estudiantes son derivados a escuelas vocacionales que encauzan sus capacidades y los encaminan cara el desarrollo de su genio interior.
Argentina es un país que no deja de autodestruirse. La iglesia asistió a afianzar la idea de que para ser más justa ha de ser más pobre. Que ser pobre da un certificado de superioridad ética, y que los empresarios son neoliberales corruptos. El pobrismo consigue que cuantos más indigentes mejor, por el hecho de que dependen del Estado y se vuelven votantes cautivos.
Para ser congruentes, los peronistas republicanos deben migrar cara la oposición y desamparar una fuerza donde queden los que modulan de manera clandestina exactamente las mismas convicciones, mas que en el momento de la verdad se dejan arrastrar por un verticalismo cobarde y por una estrategia recesiva que lleva a todos, aun a ellos mismos, al descalabro y al siniestro.
Fidel Castro presagió que el nivel de vida de Cuba sería mayor que el de Estados Unidos. Eliminó la actividad privada, medró el mercado negro, la censura y la opresión. Abandonada a su suerte tras la caída de la URSS, las epidemias se multiplicaron, bicis y bueyes reemplazaron a autos y tractores. El cubano pasaba el día buscando comestibles, los fallecidos y los suicidios subieron; escuelas y centros de salud cayeron a pedazos. Fidel alteró su discurso: adiós modernidad inmoral, combatió a la riqueza y no a salir de la pobreza.
Ser pobre es un honor. La utopia se convirtió en un alegato. Cristina Kirchner afirmó que Fidel era el último líder moderno. Esa afinidad devastó al país. Las elecciones de dos mil veintitres abren una ocasión para el cambio de rumbo. El sistema actual en Argentina ya no resiste más. Un cartel en el museo de ciencias naturales de New York dice: “el mundo no es un legado que nos dejaron nuestros padres, es un préstamo que nos hacen diariamente nuestros hijos”.
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.