Se ha probado que los mindsets de las start-ups impulsan el éxito y esta es de forma frecuente la razón por la cual los gigantes corporativos deciden cooperar con ellas.

Las start-ups acostumbran a fallar. Sin embargo, no se puede negar que las psiques de las start-ups son extraordinariamente ambiciosas; y es esta ambición la que no tiene contrincante en el momento de impulsar la innovación y, más tarde, el éxito.

Tomemos como un ejemplo a Bill Gates, cuya primera aventura empresarial, Traf-O-Data, fue un descalabro, mas que hoy es uno de los líderes más triunfantes de la tecnología. Su éxito puede atribuirse a múltiples factores, mas en esencia, ha probado que debemos cometer fallos para aprender y lograr el éxito.

Se ha probado que la mentalidad de las start-ups impulsa el éxito y esta es de forma frecuente la razón por la cual los gigantes corporativos deciden cooperar con ellas.

Pero, ¿Cuántas empresas grandes y afianzadas se han planteado crear como lo hacen las start-ups? En J&J estamos comenzando a adoptar la mentalidad de las start-ups. Así es como proseguiremos siendo competitivos, renovadores y disruptivos. Hay atributos clave de la mentalidad de las start-ups que creo que tienen un impacto tangible y, si somos capaces de adoptarlos exitosamente, podríamos convertir nuestra forma de trabajar para mejor.

Descubra los 5 atributos clave de la mentalidad de las start-ups que creo que las organizaciones establecidas deben adoptar para impulsar la innovación:

Las start-ups existen para solucionar inconvenientes que absolutamente nadie está resolviendo actualmente; o resolviendo apropiadamente. Desde la manera en que adquirimos, hasta de qué manera vemos la TV y viajamos de un sitio a otro, las start-ups han transformado nuestra forma de vida. Los creadores de start-ups acostumbran a ser personas que han tenido experiencias negativas con productos o servicios y piensan que debe haber una forma mejor.

En el campo farmacéutico, podemos adoptar exactamente la misma mentalidad y estamos en de las mejores situaciones para hacerlo por la gente a la que servimos. Un nuevo modelo de negocio farmacéutico -basado en el valor aportado a los pacientes- revolucionaría inevitablemente nuestra forma de crear.

El éxito no siempre y en toda circunstancia está garantizado, mas el espíritu emprendedor de una start-up es una cosa que hay que admirar. La naturaleza abierta y colaborativa de las start-ups anima a los empleados a aportar nuevas ideas, ya que de forma frecuente parten de una hoja en blanco.

No ocurre lo mismo con las grandes empresas afianzadas, que tienden a marchar en silos y pueden estar bloqueadas o frenadas por procesos e (infra)estructuras del pasado. Sus procesos prosiguen un patrón lineal, lo que quiere decir que los empleados, si bien apasionados, tienden a portarse de una forma un tanto afín.

Las start-ups son estupendas para arrancar procesos que dejen a los empleados aportar sus ideas, mas que al tiempo estén abiertos a aplicarlas. Los individuos tienen una mayor responsabilidad, ya que sus acciones tienen un mayor impacto en el éxito de la compañía, al tiempo que en las compañías establecidas, la responsabilidad se reparte entre equipos y departamentos, reduciendo la responsabilidad individual.

Para que las compañías establecidas rompan con los viejos patrones de trabajo, podrían comenzar poco a poco creando equipos de innovación que experimenten en un ambiente más seguro. Tomemos como un ejemplo los Centros de Innovación de J&J, que apoyan e invierten en innovaciones enormemente distinguidas en primera fase en el mundo entero.

Las empresas de nueva creación acostumbran a comenzar tirando un dado, con la esperanza de que ganen a lo grande; y la mayor parte de las veces, las compañías de nueva creación están prestas a tirar los dados con escasas probabilidades. Esta característica común puede explicarse en una parte por la fuerte visión y la pasión que tienen las compañías emergentes por su marca. Las empresas establecidas acostumbran a tener poca tolerancia al descalabro y son reluctantes al peligro, mas es esencial llevar el peligro a donde corresponde y esto es lo que hacen bien las start-ups.

Las start-ups asimismo pueden cometer los mayores fallos por aceptar peligros, mas la mayor parte de las veces se comprometen a hacerlo bien y este compromiso es verdaderamente esencial para el éxito. Los «fracasos» no se ven como semejantes, sino más bien como una parte del proceso de innovación que va a conducir a un producto mejor.

En el campo farmacéutico, se debe impulsar el peligro en las áreas que sabemos, mediante la investigación y los resultados de los pacientes, que precisan prosperar. Si se identifica que un fármaco o dispositivo médico renovador es una necesidad de los pacientes, el peligro vale la pena.

Las start-ups valoran el desarrollo tanto como cualquier otra empresa establecida; mas con un fuerte enfoque en el desarrollo orgánico sobre el desarrollo financiero y la visión de solucionar una necesidad del mercado, las start-ups han dominado indudablemente el arte de centrarse en el cliente del servicio. Las necesidades del cliente del servicio son el centro de la cultura de las start-ups y ofrecer un valor significativo a los clientes del servicio de la forma más eficiente es la base de su funcionamiento.

Debido a su enfoque en el cliente del servicio, las start-ups se han vuelto muy amoldables, lo que es verdaderamente esencial si deseamos ser líderes en innovación. Se amoldan continuamente a las necesidades de los clientes del servicio y si pensamos en lo mucho que las start-ups han abrazado las tendencias en esta era de la tecnología -solo el cero con siete% de las compañías de nueva creación en la UE ofrecen un producto o servicio fuera de línea- empezaremos a desarrollar un sentido de consideración de lo que está nutriendo su cultura de innovación.

Centrarse en lo que el cliente del servicio precisa y en lo que no consigue hoy en día es lo que impulsa la naturaleza disruptiva de las nuevas empresas. Tomemos el ejemplo de Netflix, que ha trastornado la industria de la TV al ofrecer a prácticamente ciento cuarenta millones de subscritores en el mundo entero un servicio de streaming a la carta muy pedido. La disrupción acostumbra a empezar con clientes del servicio insatisfechos y este es un punto sobre el que merece la pena meditar en la industria farmacéutica.

Nuestra primera prioridad, como se señala en nuestro credo, son nuestros pacientes y sus familias.

Tenemos que comprender las necesidades de nuestros pacientes y actuar en consecuencia; las necesidades obvias y las no tan obvias. Sin embargo, hay que tener en consideración que el enfoque en el paciente por sí mismo no alterará el modelo sanitario y que ahora estamos compitiendo con empresas emergentes que están bien pertrechadas para remodelar esta industria. E

En dos mil diecisiete, el cincuenta y ocho% de los directivos generales de todo el planeta que respondieron a una encuesta sobre opciones alternativas de fusiones y adquisiciones aseveraron que sus ámbitos se van a ver absolutamente reconfigurados o muy influidos por los nuevos modelos de negocio.

En efecto, existen muchos atributos de la mentalidad de las start-ups que nos dejarán impulsar la innovación y el éxito en las grandes empresas establecidas. Desde la adopción de estos atributos hasta la cooperación con las start-ups para impulsar la innovación, está claro que todos nos favoreceríamos de comprender la mentalidad de las start-ups.

¿Qué más podemos aprender de la mentalidad de las start-ups para impulsar la innovación en nuestras grandes empresas?