En un movimiento inesperado, el Estado de Texas ha iniciado un proceso que podría resultar en la pérdida de la concesión de la autopista SH-288 por parte de Abertis y ACS, dos gigantes empresariales. La autopista, ubicada en la región de Houston, es uno de los activos más importantes de estas compañías en Norteamérica.

La decisión fue tomada durante una reunión de la Comisión de Transportes de Texas, que votó de manera unánime a favor de explorar la posibilidad de revertir la concesión de la autopista a manos públicas. Esta medida ha generado incertidumbre en el mercado y ha puesto en alerta a los inversores de Abertis y ACS.

La Comisión de Transportes de Texas, encabezada por Bruce Bugg, autorizó la creación de una corporación de transportes que podría llevar a la terminación anticipada del contrato de concesión de la autopista. Esta decisión se enmarca en el capítulo 431 del Código de Transporte de Texas y tiene un plazo de seis meses para ser negociada.

Este movimiento ha generado reacciones encontradas. Mientras algunos defienden la recuperación del activo por parte del estado de Texas, argumentando razones de interés público y financiero, otros sostienen que la medida podría tener consecuencias negativas en términos de inversión y desarrollo.

La SH-288 ha sido un activo clave para Abertis y ACS, con un tráfico diario de aproximadamente 160,000 vehículos y una significativa operación de peajes. La concesión de esta autopista ha sido parte de una estrategia de colaboración público-privada que ahora enfrenta un posible cambio de rumbo.

En conclusión, la decisión de Texas de abrir el proceso para arrebatar la autopista SH-288 a Abertis y ACS marca un nuevo capítulo en la relación entre el sector privado y el público en la gestión de infraestructuras viales en Estados Unidos.