Raül Blanco, actual presidente de Renfe, se enfrenta al desafío de liderar la compañía en un momento crucial para la industria ferroviaria. Con la mirada puesta en la descarbonización, la transición hacia una movilidad sostenible y la expansión internacional, Blanco destaca la importancia de modernizar y potenciar el servicio de trenes en España.
En su labor al frente de Renfe, Blanco subraya la necesidad de diferenciar lo esencial de lo secundario, teniendo siempre al viajero en el centro de las decisiones. Con una inversión récord de alrededor de 5.235 millones de euros, la compañía busca renovar y ampliar su flota de trenes para garantizar la calidad y fiabilidad de los servicios, tras años de falta de inversión en el parque ferroviario.
Uno de los principales objetivos de Renfe es optimizar las conexiones y reducir los tiempos de trayecto. Para ello, se han puesto en marcha nuevos servicios en diversas comunidades autónomas, se han inaugurado líneas de alta velocidad y se han implementado trenes de la Serie 106 y Avlo S106 en diferentes rutas estratégicas.
En cuanto a la red de Cercanías, Blanco reconoce la importancia de este servicio y afirma que se están llevando a cabo medidas para mejorar su accesibilidad y digitalización. Con proyectos como los Controles de Acceso Inteligentes y el Renfe Smart Security Station RS3, la empresa busca modernizar y hacer más eficiente esta red de transporte central en la vida diaria de muchas personas.
Además, el presidente de Renfe destaca el compromiso de la compañía con la sostenibilidad y el medio ambiente. El ferrocarril es considerado uno de los medios de transporte más limpios, evitando la emisión de millones de toneladas de CO2 y promoviendo un ahorro significativo de combustible y reducción de la circulación de vehículos privados.