Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé un «sólido crecimiento» en la demanda de gas gracias a la caída de precios que ha ocurrido en los últimos meses. Esta baja en los precios ha comenzado a impulsar la demanda de este recurso fundamental para la industria, sistemas de calefacción y generación de electricidad. Se proyecta un aumento del 2,5% en el consumo global de gas para este año, en contraste con el magro 0,5% de 2023, siendo especialmente significativo en el sector manufacturero.
El jefe de Mercados Energéticos y Seguridad de la Agencia, Keisuke Sadamori, señaló que el mercado global de gas está ingresando en un nuevo período a medida que el mundo supera gradualmente la crisis energética. Destacó que se espera un sólido crecimiento en el consumo mundial, ya que los precios han vuelto a niveles manejables. Sin embargo, enfatizó que la velocidad para satisfacer esta nueva demanda será crucial, dado que el suministro sigue siendo limitado y la nueva capacidad de gas natural licuado (GNL) solo estará disponible después de 2024.
Implicaciones geopolíticas
La AIE reportó que en 2023, la oferta de gas natural se mantuvo «relativamente ajustada», principalmente debido a que la nueva capacidad de procesamiento de GNL quedó por debajo de lo esperado, lo que provocó que el crecimiento de la producción no fuese suficiente para compensar la disminución en las entregas de gas ruso por gasoducto a Europa.
Asimismo, la AIE indicó que la geopolítica se ha convertido en el principal factor desestabilizador de los mercados energéticos en los últimos dos años, y continuará siéndolo en el futuro. Factores como la invasión rusa de Ucrania, las tensiones en Oriente Próximo y las interferencias deliberadas en infraestructuras críticas tienen el potencial de aumentar la volatilidad del mercado.
El año pasado, China superó a Japón y a Corea del Sur como el principal importador mundial de GNL, con un aumento del 7% en la demanda, mientras que la Unión Europea experimentó una disminución del 7% en la demanda de este combustible, alcanzando su nivel más bajo desde 1995, en gran parte debido al frenazo de la industria alemana.
Efecto en Estados Unidos
Desde el inicio de la crisis energética, el 80% de la nueva capacidad de suministro de GNL a escala mundial provino de Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Joe Biden anunció una moratoria en la construcción de nuevas terminales de exportación de GNL, invocando razones relacionadas con la crisis climática, lo que podría impactar el liderazgo de EE. UU. en el negocio a largo plazo. A pesar de esto, el flujo de metaneros a través del océano Atlántico no sufrirá cambios inmediatos, pero pone en duda la capacidad de EE. UU. de mantener el liderazgo en la exportación de gas natural a largo plazo.
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