La ventana se reinventa para ganar en sostenibilidad. Las posibilidades de este elemento van poco a poco más dirigidas a solucionar las pérdidas de energía que quitan confort a las residencias. No en balde, el veinticinco% de las fugas en una casa mal apartada se generan por la testera y los huecos de las ventanas son los puntos más críticos. “Hoy en día, la sostenibilidad es uno de los factores más demandados por los compradores, y esta abarca desde el rendimiento de la ventana para reducir el consumo energético en el hogar hasta la obtención de las materias primas y la fabricación”, apunta Almudena López de Rego, arquitecto y directiva de Prescripción de Velux.

Sin embargo, esta apuesta por la sostenibilidad ha chocado con las contrariedades para poner este producto. A inicios de dos mil veintidos, la mayor parte de las compañías del ámbito padeció desabastecimientos por la parte de sus distribuidores y retrasos de suministro para la adquisición de materiales como plásticos, motores, vidrios o pinturas. Y con todo, el año pasado el ámbito de la ventana facturó en torno a tres.502 millones de euros, un tres% más que en dos mil veintiuno, estima la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (Asefave).

Durante los últimos años, aunque la eficacia energética ha sido el motor de desarrollo del ámbito, hoy se está avanzando más en sostenibilidad y economía circular, reconocen en esta asociación. “Los fabricantes están volcados en los análisis del ciclo de vida de sus productos de forma que puedan dar información de su impacto ambiental a los consumidores”, afirma Pablo Martín, directivo de Asefave.

Las ventanas de PVC, madera y aluminio son las opciones más demandadas. Sin embargo, “las diferencias entre tipologías de carpinterías ya no se establecen en función del material de los perfiles, sino en cuanto a las prestaciones que pueden ofrecer”, apunta Martín. Y añade: “La mezcla de estos materiales se está incorporando en los propios perfiles, generando unos sistemas híbridos”. Reconoce, también, que puede haber ciertas diferencias en lo que se refiere al mantenimiento de estas carpinterías o restricciones a las dimensiones máximas con que se pueden fabricar ciertos sistemas de perfilería. Así, “las ventanas de PVC tienen un mínimo mantenimiento, siendo necesario tan solo agua y jabón durante su larga vida útil, y se pueden reciclar al 100%. Mientras que las ventanas de aluminio pueden alcanzar grandes tamaños, las de PVC se adaptan a casi todos los huecos”, apunta Olga Díaz, directiva de Marketing de Veka Ibérica.

Los materiales determinan cuánta energía se ha invertido en extraer las materias primas, tratarlas y lograr que acaben siendo una ventana. “En el caso de la madera, tenemos un material natural y fácilmente extraíble. El cuidado debe estar en el tratamiento responsable de los bosques que sirven de cantera. El PVC es un material muy aislante, al contrario que el aluminio, que debe contar con rotura de puente térmico para asegurar que el calor no se transmite del interior al exterior de la vivienda. En ambos casos, los procesos de extracción de la materia prima y producción de los perfiles son más exigentes a nivel energético y de emisiones”, asegura la directiva de Prescripción de Velux.

Soluciones

El ámbito asimismo ha ganado en innovación. Lo último son las ventanas pegadas. Ahora, las testeras tienen huecos más extensos y las ventanas incorporan perfiles minimalistas y vidrios gruesos. El peso se acrecienta y, a veces, los perfiles no son capaces de aguantarlo. En estos casos se precisa un refuerzo extra que se consigue con las soluciones de pegado. “Los productos para el pegado de los vidrios proporcionan un refuerzo adicional, que nos permite contar con un elemento de diseño y mayor eficiencia”, explica Javier Blázquez, responsable de Mercado de Fachadas y Ventanas de Sika.

La tecnología de adhesión da una mejor unión con la estructura, permitiendo diseños más abiertos y luminosos; acrecienta la resistencia y durabilidad de la ventana; reduce el tiempo de montaje; reduce los materiales en obra, cita Blázquez.

La simple intervención y el impacto positivo que la ventana tiene sobre el aislamiento térmico de la piel del edificio, transforma al cerramiento del hueco en el primer elemento a valorar económica y técnicamente cuando se encara una rehabilitación energética del edificio.

Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), si en un bloque de 3 plantas de residencias siguiente a mil novecientos setenta y nueve se reemplazan todas y cada una de las ventanas de vidrio fácil por un doble acristalamiento bajo emisivo, como los marcos por otros de altas posibilidades, los ahorros alcanzados pueden fluctuar entre un cinco con cuatro% y un ocho% del consumo total de energía del edificio.

Es más, si la rehabilitación energética se efectuase simultáneamente tanto en el hueco como en el resto de la envolvente, teniendo presente que las mayores pérdidas se generan por medio de la testera y cubierta, los ahorros de energía alcanzados podrían superar más de un cuarenta%, apunta el instituto en la guía Soluciones de acristalamiento y cerramiento acristalado.

Invertir en aislamiento sale a cuenta, mas los fondos europeos no logran tirar de la rehabilitación energética. Su impacto para reemplazar las carpinterías por otras más eficaces no es el aguardado. “Acostumbrados a la mecánica de funcionamiento de los planes renove de ventana, hemos percibido que está costando adaptarse a los nuevos requisitos de las convocatorias de estos programas de ayuda”, justifica el directivo de Asefave. Las subvenciones son claves a fin de que el ámbito reciba un mayor impulso y se inyecte la liquidez precisa.

La revolución del diseño

El ciudadano busca poco a poco más el ahorro en sus facturas, mas asimismo demanda un diseño funcional de las ventanas, que sean capaces de alargar los espacios cara el exterior de la residencia y aportar las mayores ganancias de luz natural. “Prestaciones térmicas, grandes dimensiones y, en ocasiones, un protagonismo significativo en el diseño con perfiles minimalistas, fundamentalmente cuando el prescriptor lo permite, son las principales características que demanda un cliente de una ventana”, apunta Icíar de las Casas, arquitecto y directiva general de Weco Windows.
 Pero el interés por el diseño asimismo llega a otros componentes, como son las hojas ocultas, las manillas ocultas y los perfiles cubiertos de otros materiales.

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